PAKISTAN: Se elevan a 72 las víctimas mortales de un atentado suicida
PAKISTAN.- El terror ha golpeado este domingo la ciudad de Lahore, en Pakistán, donde un suicida se ha inmolado en un parque matando al menos a 72 personas, entre ellas 18 mujeres y 17 niños, y provocando heridas a otras 359, según ha informado el portavoz policial de la ciudad, Qaisar Abbas.
El atentado ha tenido lugar en una zona de aparcamiento del parque Gulshan Iqbal, a pocos metros de unos columpios infantiles, según informa Reuters.
El grupo talibán Jamaat ul Ashar ha reivindicado la autoría del ataque y ha asegurado que el objetivo eran los cristianos que celebraban la Pascua. La organización terrorista ha señalado que el atentado forma parte de una serie de operaciones que ha denominado como ‘Saut-ul-Raad’ (la voz del trueno), que continuarán a lo largo de 2016.
Según ha informado el portavoz del Gobierno local, Tariq Zaman, 20 de los 359 heridos se encuentran en condición crítica. Entre los fallecidos, según el portavoz policial de Lahore, Qaisar Abbas, había 10 cristianos y 49 personas de esta religión se encuentran entre los heridos.
El ataque, el peor desde el asalto talibán a la escuela de Peshawar (norte del país) en el que murieron 125 alumnos en 2014, ha sacudido Pakistán en un momento de cierto optimismo por la reducción de la violencia a raíz de una operación militar en las zonas tribales.
El lugar del atentado estaba lleno de familias
«Un suicida hizo explotar las bombas que portaba en el parque Gulshan Iqbal cerca de una zona infantil en torno a las 19:00» hora local -las cuatro de la tarde, hora peninsular española-, según ha explicado a Efe el portavoz policial del área, Mohamed Salim.
El sospechoso de cometer el atentado suicida, según el portavoz policial de Lahore, es un joven del sur de la provincia del Punjab, de la que Lahore es la capital, que había estudiado durante años en una madrasa o escuela coránica. Su documento de identidad fue encontrado quemado en el lugar del atentado.
El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, ha viajado esta mañana a Lahore, donde se encuentra reunido con las autoridades de la ciudad.
Un portavoz de los servicios de rescate de la ciudad, Jam Sajjad, ha señalado que el parque Gulshan Iqbal tiene una extensión enorme, con zona de actividades para niños y que en el momento de la explosión el lugar estaba lleno de familias que van a pasar allí la tarde los fines de semana.
«Cuando se produjo la explosión, las llamas eran tan altas que sobrepasaron los árboles y vi cuerpos volando por el aire», relata Hasan Imran, de 30 años, que había acudido al parque esta tarde a dar un paseo.
El Gobierno provincial del Punjab, de la que Lahore es la capital, ha informado en su cuenta de Twitter de que se ha declarado el estado de emergencia en todos los hospitales de la ciudad y ha anunciado tres días de luto oficial. Está previsto que este lunes se celebren los funerales por las víctimas mortales.
Salman Rafique, un portavoz del gobierno provincial, ha explicado que la cifra de fallecidos podría aumentar. Muchos de los heridos, según cuentan los medios locales citados por Reuters, han tenido que ser desplazados a los hospitales en taxis por la escasez de ambulancias.
«¿Qué clase de gente ataca a niños en un parque?»
«Estábamos allí para pasar un buen rato y disfrutar del tiempo», asegura Nasreen Bibi en el hospital donde espera llorando a que los médicos le digan cómo está su hija de dos años que ha resultado herida. «¿Que clase de gente ataca a niños en un parque?», se lamenta.
El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, ha condenado el ataque y ha expresado su dolor por estos hechos. A la condena se ha unido el Gobierno de Estados Unidos, que ha calificado de «atroz» el atentado.
«Este acto cobarde en el que ha sido durante mucho tiempo un parque pintoresco y apacible ha matado a decenas de civiles inocentes y ha dejado muchos heridos», ha resaltado en un comunicado el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ned Price.
A mediados de marzo, 15 personas murieron y 30 resultaron heridas en un atentado con bomba contra un autobús en el que viajaban empleados del Gobierno en la ciudad de Peshawar, en el noroeste del país.
A pesar de ello, los atentados talibanes se han reducido tras el comienzo de una operación militar en las zonas tribales en 2014 y que todavía continúa en la que han muerto unos 3.500 insurgentes, según el Ejército.