OPINION: ¿Se puede ser trujillista y la vez duartiano, boschista, cristiano y revolucionario avanzado?

¿Se puede ser trujillista, y la vez, duartiano, boschista, revolucionario avanzado y hasta cristiano, con todo lo que ello implica, principalmente en eso de no ser ladrón, racista, explotador, mendaz, simulador, codicioso, vividor, confabulado con lo peor, entreguista, golpeador de mujeres, indolente y generador de grandes sufrimientos a sus semejantes, entre otras lacras de esa naturaleza?

Antes de continuar, permítaseme hacer un aclarando:

En nuestro país, es muy común asociar las palabras revolución y revolucionarios, con comunismo, ateo, subversión, enemigos y traidores a la patria y un largo etc.  Para evitar esa malintencionada interpretación, en este trabajo significo revolución, como el fenómeno que permite los cambios radicales o progresivos en lo político, social, económico, científico, tecnológico, industrial y cultural.   Y lo de revolucionario, aludo a aquellas personas ideológicamente avanzadas, entendiendo por esta categoría, los que piensan que las revoluciones aludidas deben estar orientadas para el beneficio social, económico y cultural de las mayorías.

En este plano, para lograr ese mundo soñado por los revolucionarios tanto de la izquierda como de la derecha, se precisa de esos revolucionarios, tal como para hacer el pan se requiere de los panaderos o de los agricultores para sembrar la tierra, o de la hembra en cualquier especie para parir y ser madre.

En nuestro país, los políticos en su mayoría presumen de avanzados ideológicamente.  El paradigma de esta especie lo tenemos con Vincho, Euclides G Félix, Leonel Fernández, Margarita Cedeño y Miguel Vargas Maldonado entre otros; y hasta diputados como Prim Pujals y senadores como Félix Bautista, presumen de esa categoría, en lo que se proclaman con el mayor desparpajo, duartianos y boschistas y hasta cristianos, y para mas, fervientes altagracianos.

Un reflejo de esa supuesta categoría de avanzados, lo constituye el discurso de todo político aspirante a un cargo electivo.  En esa línea, veamos como ejemplo, el modelo de discurso a pronunciar por un aspirante a presidente de la República Dominicana:

«Llegaremos al poder para hacer las transformaciones sociales que el país necesita.  Este país merece mejor suerte. Yo amo a este país, por el daré lo mejor de mí. Ustedes pueden estar seguros, que de yo llegar a la presidencia no olvidaré mis promesas de campaña.  Jóvenes, trabajadores, mujeres, niños, ancianos, todos serán de la mayor prioridad.  En mi gobierno no perecerá la libertad y habrá justicia social para todos. Las riquezas serán repartidas equitativamente y la soberanía del país, nunca estará en mejores manos.  A todos les aseguro, que mi gobierno, jamás caerá en la ignominia del robo, de la corrupción, del desfalco y de la reelección.  Por igual, los diputados, senadores y síndicos que mi partido patrocina en estas elecciones, serán el modelo de funcionarios que el país ha soñado.  Dios Patria y Libertad etc., etc., etc.»

En este fenómeno político ¿qué podemos colegir de Miguel Vargas y su equipo, entre ellos los más conspicuos (Peggy Cabral, Fiquito, Yanet Camilo y ahora Tony Peña Guaba?  ¿Son ellos gentes ideológicamente avanzadas, que piensan en el bienestar de su pueblo?

¿Son Hatuey Decamps, Miguel Soto Jiménez, Jorge Zorrilla Ozuna, revolucionarios en el sentido político de la palabra?

¿Son avanzados, Vincho y sus hijos, lo mismo que Euclides Gutiérrez Félix, José Ricardo Taveras y la mayoría de diputados y senadores actuales, como Abel Martínez y Prim Pujals?

¿Quique Antún, Amable Aristy Castro, Arístides Fernández Zucco, Ito Bisonó, Víctor Gómez Verges e hijo Víctor Gómez Casanova, son gente de pensamiento político avanzado?  ¿Por qué Quique Antún nunca vio que la dominicanidad peligraba, mientras sus amigos colonos azucareros, traían miles de haitianos al país, que nunca repatriaban?

¿Tienen esa categoría de avanzados ideológicamente y de duartinos y boschistas Roberto Rosario Márquez, Mariano Germán, Milton Ray Guevara y demás jueces de los Altas Cortes de la República? ¿Sus actuaciones, están motivadas por un mejor país para todos? ¿Cuándo Milton Ray Guevara en el gobierno de don Antonio Guzmán, trajo al país 48 mil haitianos y los dejó a su suerte sin ocuparse de repatriarlos, lo hizo por duartiano, por boschista, o por ganar dinero con ese tráfico humano?

¿Son avanzados Álvaro Arvelo hijo, Cesar Medina y julio Martínez Pozo, entre otras figuras de los medios de comunicación?  ¿El quehacer de ellos en los medios, es sano, es democrático, es duartiano, es desinteresado?

¿Son duartianos, avanzados y modernos Hipólito Mejía y su gente (Héctor Guzmán, Cesar Cedeño, Bonaparte Gautreaux Piñeiro, Juan TH, Pepe Goico y Milo Jiménez), entre otros?

¿Leonel Fernández, Félix Bautista, Víctor Díaz Rúa, Temistócle Montas, Francisco Javier García, Radhamés Segura, Danilo Medina, Alejandrina Germán, Franklin Almeyda Rancier, Reynaldo Pared Pérez y todas las demás personalidades peledeistas de ese nivel, responden a ideales duartianos y boschistas?

¿Fueron Balaguer y Carlos Morales Troncoso, duartianos o políticos de avanzada?

¿Es el cardenal López Rodríguez un revolucionario, tal como lo fue Cristo?

¿Son revolucionarias en su acepción patriótica, la iglesia católica y las evangélicas?

¿Son los empresarios y banqueros dominicanos avanzados en el sentido patriótico de la palabra?

¿Revolucionariamente hablando, son avanzadas la dirigencia y militancia peledeista, perredeista, perremeista, y de los demás partidos, como esos de la Fuerza Nacional Progresista de Vincho Castillo, los de la Quinta República de Miguel Soto Jiménez, los del Partido Cívico Renovador de Radhamés Zorrilla Ozuna, o los del Movimiento izquierda Unidad de Miguel Mejía, entre otros de esa corriente que proclaman querer llegar al poder para hacer las transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales que el país necesita?

En esta reflexión, también es de lugar preguntarnos ¿es Luis Abinader un ente avanzado, en la acepción que hemos estado desarrollando?   A este respecto puedo decir, que como él no ha sido presidente, ni congresista ni funcionario público, solo a él le tocará demostrar si lo es, o no.  Pero, los que estamos apoyando su candidatura, esperamos que él no sea uno más del montón de los tradicionales, porque un gobierno suyo hará la diferencia.

Las preguntas planteadas anteriormente, vienen a colación, relacionándolas además, con aquel refrán que reza: «no se puede servir a dos señores».  «No se puede servir a Dios y al diablo a la vez», por consiguiente, no se puede ser trujillista, y la vez, duartiano y boschista, como tampoco avanzado revolucionario ni cristiano y altagraciano.

Estos «enrevesados» personajes, confesos trujillistas, balagueristas, duartianos y boschistas a la vez, de manera no santa, a despecho del principio de honradez duartiano y boschista, que dicen profesar, se han hecho multimillonarios de la noche a la mañana.  Pese a este currículo vitae, tienen el tupé, de peregrinar hacia el Altar de la Patria, para dizque rendirles honores a Duarte o en fechas puntuales a otros patricios, y al mismo Bosch.

Que se pretenda no tener vínculos de responsabilidad en el desastre actual que es hoy la República Dominicana, es una forma cobarde y perversa de escurrir el bulto.  Y llevar ellos ofrendas y discursos patrioteros a Duarte, es un cinismo imperdonable.

 En conclusión

La República ha estado y aún está gobernada por todo un conglomerado de gente, que la han llevado a la desastrosa situación en que se encuentra actualmente.  Por una u otra razón, ese desastre es responsabilidad de todos ellos y hasta de un pueblo forjado con posterioridad al 1980. Traigo esta observación a juicio, porque poco queda, de aquel pueblo rebelde y aguerrido, que generó una juventud llena patriotismo, que se sublevó contra Trujillo, que sufrió cárceles y torturas, que produjo la invasión de Maimón Constanza y Estero Hondo y que posteriormente produjo la odisea de Las Manaclas, la revolución de abril con lo que enfrentó el imperialismo, la invasión Playa Caracoles y la epopeya de Los Palmeros.  Ha de recordarse, que en todas esas gestas gloriosas, estuvieron a cargo de gigantes, como Manolo Tavares Justo, Amaury Germán Aristy y coroneles, como Francisco Alberto Caamaño Deñó, Rafael Tomás Fernández Domínguez y Juan Manuel Lora Fernández, entre tantos otros, verdaderos revolucionarios.

En contraposición, los coroneles y generales de hoy, en su mayoría, hemos visto, son vulgares delincuentes.  Y los políticos en el poder, trujillistas y balagueristas, antítesis, de lo fueron Duarte y nuestros patriotas en general.

En fin, indigna, confrontar la situación de la nación, con tanta sangre derramada por sus mejores hijos e hijas, en aras de que tuviéramos un mejor país para todos; y que en vez de una patria libre, justa y soberana, tengamos una caricatura de país, subordinado a potencias extranjeras, y usufructuado por un grupo de codiciosos, para quienes la patria, la libertad y la democracia, se resumen a sus intereses económicos y nada más.

Ser trujillista y balaguerista, y la vez, duartiano, boschista, revolucionario avanzado y hasta cristiano, es un contrasentido, que en nuestra realidad refleja a todas luces, que el desastre que es hoy la República Dominicana, es producto del gobierno de toda esa gente.   El prototipo de esa realidad,»-León-ratón, culebra-maco-peje-cacata-«, lo tenemos con Leonel Fernández, porque a la misma vez, es, duartiano, balaguerista, Vinchista, boschista, cristiano, marxista y revolucionario y hasta pro-yanqui.

¿Y esa facción del pueblo que les hace el juego a esos camajanes, en que categoría caería?

 

 

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