OPINION: Trump cambia el rumbo
En el trabajo anterior, expusimos nuestra preocupación por el giro que en ese momento estaba dando la campaña electoral de Estados Unidos, fruto de una mala estrategia del equipo de Hillary Clinton, que perdió los comicios del martes, estando ganando y, en el caso de Donald Trump, ganador de las elecciones, el correcto uso de sus múltiples recursos para variar, en las urnas, el resultado de un proceso que era adverso para sus aspiraciones presidenciales.
Fue por esa razón que el anterior trabajo lo titulamos: El poder de Trump. Decíamos que si las elecciones fueran por votos directos, Hillary ganaría con facilidad las elecciones, pero con el sistema actual de electores, donde sólo 538 votos deciden quién es el ganador, su triunfo estaba en peligro.
Y así fue. Trump usó el poder económico para ganar las elecciones. Con su triunfo, por ahora, queda eliminada la forma de ganar del liderazgo político tradicional. ¡El que no tiene muchos millones de dólares, no gana! Avanzada la madrugada del miércoles, estaba lo que los dominicanos llamamos el juego cerrado. Las elecciones las decidirían nueve Estados indecisos, entre los cuales figuran Pensylvania y Wisconsin.
Pero ya Trump tenía asegurados 249 votos. Después de casi tres horas de espera, llegaron los resultados de Pensylvania, con 20 votos, pero favorables para Trump. Y luego, de otra larga espera, llegó el otro de los más grandes Estados indecisos: Wisconsin, con diez votos, los cuales sellaron la victoria del candidato del Partido Republicano.
¿Qué hizo el poderoso Trump para ganar esas elecciones? Simplemente se trasladó, junto a su equipo, a cada uno de los Estados indecisos y comenzó a “solucionarles” problemas a los electores. ¿Con qué se resuelven los problemas económicos?, con dinero. Cada Estado tiene asignado el número de votos. Si son 10, no pasa de ahí, aunque se multiplique el número de votantes.
Y tiene mucha razón el embajador de Estados Unidos en nuestro país, James Brewster, el cual se lamentó del rumbo que tomó la democracia de su nación.
Se acabó eso que muchos politiquitos dominicanos llaman compra de votos. ¿Y qué pasó en las elecciones de Estados Unidos? ¿Se impuso o no el poder económico del candidato republicano contra Hillary Clinton?
La dama es muy popular en su país, pero no para competir en recursos con su oponente. Le ocurrió lo mismo que su compañero demócrata, All Gore, en otras elecciones, que tenía mayoría de votos, pero no de Estados.
Uno de los aviones de Trump costó 100 millones de dólares. ¡Y es fácil competir en desigualdad! Pero el ganador de las elecciones de Estados Unidos fue capaz de variar la postura informativa de la mayoría de los poderosos medios norteamericanos, los cuales estaban favoreciendo a Hillary.
Además de ser un gran estratega en el manejo de sus recursos, que ni él mismo sabe qué hacer con tantos millones de dólares o negocios, tuvo una inmensa capacidad, que hay que reconocérsela, de cambiar un discurso que mantuvo durante casi toda su campaña electoral, en contra de los negros y los latinos, haciéndoles un llamado a votar por su candidatura, prometiéndoles que trabajaría por un Estados Unidos fuerte para todos.
Podemos estar en contra de Trump, pero en lo adelante esa figura política debe ser estudiada. Y hay que admitir que supo enfocar los puntos débiles de la campaña en contra de Clinton.
¿Y cómo se condujo la estrategia para golpear a Hillary por donde más le dolía? Lo primero que hizo fue atacar el aborto, una Ley promovida por Clinton, pero rechazada por los católicos y evangélicos de todo el mundo.
Y, para rematar, introdujo la campaña de los correos electrónicos, de los cuales no hubo uno que el Buró Federal de Investigaciones (FBI), dijera que atentaba contra los intereses de Estados Unidos, pero mantenía a los norteamericanos a la expectativa de qué estaría haciendo la ex secretaria de Estado.
Como esa política le estaba dando resultado, pero se “apagó”, Trump volvió a colocarla en los medios de comunicaciones a través del FBI. ¡Y le dio mucho resultado!
Recuerden que escribí que Hillary salió muy mal del último debate, especialmente por el acorralamiento que le hizo el candidato presidencial con respecto a la defensa que ella le mantiene al aborto.
La estrategia no advirtió a la candidata de ese problema y ella lo que hizo, como es una legislación que ella apoyó cuando era senadora, fue ratificar su defensa, de manera radical, en vez de dejar aunque fuese una esperanza de revisión de esa legislación, para tranquilizar a la mayoría de votantes norteamericanos, que son adventistas, y luego a los católicos, pero que coinciden en rechazar esa práctica criminal.
Los que siguieron el mapa de los Estados, que publicó Diario Libre, coloreados de rojo para Trump y azul para Hillary, probablemente recordaron al fallecido líder dominicano, Joaquín Balaguer, que siempre ganaba las elecciones con los pequeños partidos como aliados.
Cerca del 70 por ciento del mapa quedó rojo, porque Trump trabajó durante su campaña los Estados que tienen entre 3 y 7 votos electores, los cuales ganó casi en su totalidad. Hillary concentró su campaña en los grandes Estados, de los cuales ganó la totalidad, pero le faltaron los chiquitos para la sumatoria.
El ganador de las elecciones, ya con la mayoría de los pequeños Estados bajo su control, lo que hizo fue mudarse a los grandes indecisos, donde están los que le dieron la victoria. Hillary ganó a Nueva York, con 29 votos, Ilinois, con 20, California, con 55, Virginia, 13, Washington, con 12, Minnesota, 10, y otros.
Los únicos Estados grandes ganados por Trump son Florida, con 29 votos, Texas, que es una zona republicana, 38, Carolina del Norte, 15 y Georgia, 16. Debemos admitir que la buena estrategia del ganador de los comicios, que muchos creían era equivocada, que incluyen el “correcto” manejo de los millones de dólares de parte de éste, el ataque al aborto y los correos, provocaron el éxito.
También hay que admitir que la mayoría de ciudadanos de Estados Unidos, cree que el nuevo Presidente puede ofrecerles más seguridad con respecto al terrorismo y la delincuencia. Su forma franca de decir lo que siente, les gustó mucho a los votantes. Pero, como dice mi hijo, Luís Miguel, Trump cambió el rumbo de la historia política de ese país, porque ya lo primero que debe tener un aspirante presidencial en ese país, es dinero. ¡Pero no hay prueba de que se hizo un uso incorrecto del dinero!
Excepto que sea modificada la Constitución de esa República. La llegada al poder de Trump, es posible que anime a otros poderosos millonarios a incursionar en la política y entonces se daría el pleito entre “dragones”. Su accionar político, ya en Presidencia, dirá cuál será el trato a los aliados y cómo enfrentará a los adversarios de Estados Unidos.
JPM