Sobre los 170 exgenerales y excoroneles con Leonel

En el libro, «Coronel Rafael Fernández Domínguez: Soldado de la libertad» de la autoría de Arlette Fernández, quien fuera la esposa del citado Coronel, se cuenta, cómo se estructuró y organizó el grupo de militares jóvenes, que con el seudónimo «Enriquillo», propugnó, a costa de sus vidas, la defensa del gobierno constitucional encabezado por Juan Bosch a partir del 27 de febrero de 1963.  En esa histórica obra, se narran las motivaciones de esa iniciativa, las diferentes fases y todos los pasos dados, con las dificultades, pericias, malabares y avatares, que conllevó, ese épico quehacer.

Como consta en la historia, el gobierno constitucional de Juan Bosch, fue profundamente democrático, decente, transparente, respetuoso de los derechos humanos, de la libertad, enemigo del robo y de la corrupción en general, y que nos dio una constitución (la del 1963), que consagraban esas buenas nuevas para el pueblo dominicano, que hasta entonces, había sido víctima de caudillos ladrones y sanguinarios y de crueles tiranos, siendo el sátrapa Trujillo, el prototipo, de esa maldita saga.

Como ya es historia, ese gobierno de Bosch lo tumbaron con un golpe de Estado el 25 de septiembre de 1967, siete meses después de instalado.

Es sabio, que para ese golpe de Estado se confabularon, los militares más retrógrados, la cavernaria jerarquía de la iglesia católica de aquel entonces, la egoísta y atrasadísima oligarquía nuestra, y sectores políticos, también atrasadísimos.  A ellos no le gustó ese gobierno de Bosch, porque esos susodichos derechos y libertades que consagraba la constitución del 63, eran- según ellos- cuestiones del comunismo ateo y disociador, por lo que un gobierno así, había que tumbarlo para salvar al país del caos y la herejía.

Este cuarteto (jerarquía eclesiástica, jerarquía militar, oligarquía y políticos de extrema derecha), tenían en común, una mentalidad trujillista, de egoísmo y avaricia,  y por demás, particularmente renuentes a la evolución, porque ya, sus almas y masas encefálicas, estaban condicionadas, por dogmas medievales y doctrinas imperialistas, que los habían embrutecido y programado, al punto de anularles el raciocinio.  Con tal discapacidad, estos entes no podían pensar por ellos mismos, por consiguiente, sus pensamientos y acciones, eran, y aún son en las personas de sus descendientes, seres, que siguen pensando y actuando, en función de los que otros les han inculcado e inducido.  Esta programación cerebral fue tan efectiva, que 52 años después, aún persiste en lo que están vivos, y en las generaciones sucesivas, estas taras mentales, que han sido transmitidas por sus progenitores, mediante un condicionamiento genético y de gravitación social, que los frena de la evolución espiritual.  (Algo tendrán que hacer ellos, para romper con ese maleficio ancestral que los somete a una estancación existencial y cognitiva.  Si los Coroneles, Caamaño Deño, Fernando Domínguez, Miguel Ángel Hernando Ramírez y Juan Lora Fernández, pudieron romperlo, también otros, pueden hacerlo).

Para que se tenga una idea del estrecho y obtuso pensamiento de aquellos protagonistas del funesto derrocamiento de Bosch en la noche del 24 de septiembre de 1963, veamos parte del manifiesto con que ellos justificaron esa barbaridad:

«Es necesario poner fin al estado caótico en que se debate el país»

«Lo más alarmante, son las consentidas maniobras de los dirigentes del comunismo internacional y ateo que han llevado a la nación al borde de la ruina».

«El gobierno era indiferente al estado de subversión latente provocada por los comunistas y sordo ante las advertencias que le habían sido hechas por diferentes segmentos de la sociedad muy especialmente por los institutos armados de la República».

«Este paso trascendental e histórico, lo hemos dado, a más de las razones expuestas antes, unidas estas a las negativas del presidente Bosch, cuando en reiteradas veces las Fuerzas Armadas le solicitaron por la seguridad de la República» (fin de la cita).

Consumado el golpe de Estado, declararon fuera de ley la doctrina comunista, derogaron la constitución vigente, disolvieron las cámaras legislativas y repusieron la Constitución del 17 de septiembre de 1962.  También, declararon el estado de sitio y toque de queda en toda la República, y prohibieron toda reunión de carácter público, para, según ellos, mantener la tranquilidad de la familia dominicana».

Concomitantemente, se comprometieron a garantizar los derechos humanos y los derechos civiles y políticos. Todas esas promesas las rubricaron, mientras al mismo tiempo, y posteriormente, en la era de los 22 años del balaguerato, principalmente, en los primeros 12 años (del 1966-1978), esas promesas fueron letras muertas.  Los encarcelamientos con torturas y muertes, los asesinatos mas deleznables, el terror sobre la población, principalmente sobre los más pobres e indefensos, la persecución política contra todo aquel considerado comunista, aunque el perseguido, nunca hubiese leído o tenido en sus manos un folleto de ese sistema, el exilio forzado, la grosera represión, la libertad y democracia profanadas al más alto grado de la infamia, aguantar sucesivos fraudes electorales y el asqueroso culto a la personalidad de Balaguer como en los mejores tiempos de Trujillo.  En esas, llenaron el país de sangre, de luto, de muertos, de lisiados, de horrores, de dolor.

Todo esto y mucho mas, unido a la pobreza generada en una población que veía impotente, como unos cuantos civiles y militares, abusadores y sin escrúpulos, se adueñaban del país de todos, haciéndose poderosos e inmensamente ricos robando los fondos y propiedades públicas descaradamente, en lo que, si la indignación era manifestada, se tenía que pagar con la cárcel, y hasta con la propia vida, esa «temeridad o subversión comunista».

La corrupción aludida, el terror, la represión feroz e inhumana, la masacre al pueblo humilde, el desprecio olímpico por los derechos humanos, por la democracia y por la libertad, fue tan extrema, que engendraron tanto asco e indignación en la joven oficialidad, de nuestras fuerzas armadas, como en el seno del pueblo, que motivaron, acciones concretas para acabar con tanto oprobio.

En página 222 de la tercera edición del libro que nos ocupa, se puede leer la dolorosa confesión del teniente coronel del Ejército Nacional Miguel Ángel Hernando Ramírez, respecto a la corrupción militar de aquel entonces: «no es fácil derrocar a un gobierno de facto, porque hay mucha gente comprometida con la corrupción. Están los grandes comerciantes, los militares y civiles corruptos.  Un gobierno así se afianza mucho» (tal como ahora está pasando, con Leonel y su PLD).

Los acontecimientos posteriores, al golpe de Estado referido, ya son parte de nuestra historia patria: triunvirato, Donald Reid Cabral, asesinato de Manolo Tavares y su grupo en las Manaclas, contra-golpe de Estado la noche del 24 de abril de 1965, guerra civil y guerra patria en abril de 1965, invasión norteamericana, la muerte violenta del Coronel, Rafael Fernández Domínguez y de      otros importantes militares constitucionalistas, y las muertes, también violentas de unos 5 mil dominicanos, a causa de la guerra de abril, imposición de Joaquín Balaguer, marcha a toda máquina la eliminación física de lo más granado de la juventud revolucionaria del país para sustituirla por la llamada juventud reformista ( Víctor Gómez Bergés, los Lluberes Montas, Manolín Jiménez, Leonardo Matos Berrido, Federico Antún, Amable Aristy Castro, los Ginebra y Vincho Castillo entre cientos más), muerte en combate de los Palmeros (Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo, Bienvenido Leal Prandy, y Ulises Cerón Polanco el 12 de enero de 1972), asesinato del Coronel Caamaño, el 16 de febrero de 1973, división del PRD, y fundación del PLD en 1973, subidas y bajadas del PRD al poder, fraudes electorales del balaguerato con represión militar a todos los niveles, llegada del PLD al poder en 1996 al concretizar una alianza electoral con Balaguer, para impedir el ascenso al poder del Dr. Peña Gómez,  el PLD sube al poder por segunda vez en agosto del 2004 y en el 2015 su presidente después de confesarse balaguerista y vinchista, declara que su Partido gobernará hasta el 2044, o para siempre.

Llegado a este punto, muchos se estarán preguntando, qué relación tiene esta historia, con el asunto de los 170 militares retirados (exgenerales y excoroneles) que tan rabiosamente, ahora apoyan a Leonel.  Primero: lo hicieron el 28 de febrero, 70 generales en servicio pasivo, incluyendo 10 ex jefes policiales, proclamando su apoyo “irrestricto” al ex presidente de la República, ante las acusaciones que le hace el ex narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo de haberle entregado más de 200 millones de pesos para su campaña electoral entre 2002 y 2004 y haber “financiado” su Fundación Global, Democracia y Desarrollo, la que catalogan de “comedia mediática”.  Por segunda vez, reiteraron ese apoyo a Leonel Fernández, 170 militares retirados, haciéndolo público el 18 de marzo, es decir un mes después del primer apoyo dado.

Doblez de conductas, de formas de pensar y de accionar

En toda esta vorágine, el golpe de Estado dado a Bosch, y todas las acciones concretizadas para impedir su vuelta al poder, e impedir el ascenso del PRD, con fraudes electorales, fue justificado, para según ellos, «evitar que el país cayera en las manos del comunismo ateo y disociador, que con sus hordas de herejes al mando de la cosa pública, conducirían el país, a la ruina material, y a la pérdida de los cimientos culturales y espirituales de nuestra nacionalidad.  En esta tesitura, ha de recordase, que también se impidió el ascenso del Dr. Peña Gómez al poder, porque además de atribuírsele ser comunista, este llenaría de haitianos el país.

Pero !oh cosas de la vida!, el PLD, que se vendió como incorruptible, ha ejercido el gobierno más corrupto y entreguista, que hemos tenido en nuestra historia republicana. Del desglose de esa corrupción, en lo que la jerarquía del PLD se ha hecho inmensamente rica, no la voy a hacer en esta ocasión, por lo harto conocida que es, pero, para dejar al desnudo el entreguismo aludido, solo hay que analizar las letras del contrato conferido a la Barrick Gold por Leonel, lo mismo, que los contratos sombras de peajes a carreteras, los contratos de instalación por capacidad instalada firmados a las empresas eléctricas y el caso de Bahía de las Águilas, entre muchos otros.

En esta pesadilla peledeista, ha de señalarse, que Leonel nos ha dejado un país hipotecado para siempre, en razón de una deuda que no podremos pagar jamás y que nuestra soberanía, además de estar mediatizada por esta deuda, también lo está, porque se ha permitido, que extranjeros se adueñen de parte de nuestro suelo patrio, por compras a precio de vaca muerta.  Pero también, en esta cadena de daños, por lo que veo irreversibles, cuenta, cómo el narcotráfico y sus secuelas se ha apoderado del país, en lo que además, se suma, la ampliación de la brecha social, la infuncionabilidad de la justica y de los hospitales públicos, el aumento de la delincuencia y de la inseguridad ciudadana, la carestía de la vida, la deficiencias de los servicios básicos, (agua, luz, recogida de basura etc.), la falta de empleos, y toda una gama de males, que han hecho de la vida un infierno en la República Dominicana. Y para colmo de males, existe una excesiva inmigración de nuestros vecinos, que nuestros exgenerales y coroneles, no pudieron evitar, cuando estuvieron al mando.

¿Dónde está la paradoja, en todo este discurso?

Primero: Muchos de los exgenerales y excoroneles mencionados, hoy, apoyan irrestrictamente a Leonel Fernández y anteriormente a Balaguer (no sé si por ignorancia o perversidad), al ignorar todo el daño que estos dos engendros le han ocasionado a nuestra patria, en cambio, adversaron a Bosch hasta derrocarlo, que sí dio muestra de ser un hombre profundamente democrático, transparente, celoso guardián del patrimonio de la nación, de sus instituciones, de su soberanía, de sus valores culturales, cívicos y morales, respetuosos de los derechos humanos, y un inspirado en resolver los problemas de la nación.

El golpe militar, que derrocó a Bosch, fue el inicio de la hecatombe, económica, política, cultural y social, que en todos los órdenes hoy padece nuestra patria.  Las militares y demás clases sociales que auspiciaron ese golpe, lo justificaron- como ya he dicho- afirmados en un anticomunismo patológico, prometiendo a nuestro pueblo, paz, progreso y libertad.  Los acontecimientos posteriores y sus efectos negativos sobre el país, en contraposición, con lo que ellos plantearon evitar, se volvió agua de borrajas, pues muchos de los auspiciadores de aquel fatal golpe de Estado, reafirmaron la conducta corrupta, que le atribuían los militares constitucionalistas a los altos mandos, cosa que los motivó, a conspirar para reponer el gobierno constitucional de Bosch, para entre otras metas, adecentar las Fuerzas Armadas del país.

En este tiempo, 52 años después de aquella rotura del orden constitucional, varios de sus protagonistas y descendientes de los 170 exmilitares, se presentan ante el país, apoyando a un expresidente corrupto y corruptor, que si no ha tirado el mar sobre nuestro territorio para destruirlo de una vez y por todas, es porque no tiene, ese omnímodo poder.

Para que se den estos comportamientos, ya yo di una explicación, fundamentada en condicionamientos genéticos y de gravitación social, que frena la evolución espiritual, que conlleva a la estancación existencial y cognitiva.

Y ustedes, mis amigos exgenerales y excoroneles, ¿qué explicación nos dan, de ese insistir, en estar al lado de los malvados, de los perversos, de los corruptos, de los hipócritas, de los que, de su lengua, solo brota la mentira, de los codiciosos, de ambiciosos que nada los sacia, de los que tanto le gusta el poder, el dinero y  posesiones a como dé lugar; de los concupiscentes, de los ambiciosos, de los que, con sus acciones destruyen nuestra patria y a todos, incluyéndolos a ustedes, porque un país, en que sus gobernantes son demonios vivos, que han perdido el amor al prójimo, el temor a Dios, la espiritualidad y la humanidad, nada puede funcionar bien, y por ende, tampoco, nadie puede ser feliz.  Dios, la justicia y la felicidad, nada tienen que ver con los demonios.

Enlaces: las declaraciones de los exmilitares

https://almomento.net/setenta-generales-anuncian-su-apoyo-a-leonel-dicen-hay-comedia-mediatica/

https://almomento.net/unos-170-generales-retirados-reiteran-respaldo-a-leonel-fernandez/

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