OPINION: Revisar cómo gastar el dinero público
Gestionar dinero ajeno o propio, inclusive, no es tarea fácil ya que constantemente el ser humano se ve expuesto a tentaciones de gastar en exceso más aun cuando se hace por vanidad y no por necesidad. Son muchas las necesidades insatisfechas que buscan ser complacidas hasta con dinero mal habido.
Es un arte y una ciencia administrar el dinero. Arte porque no todo ser humano posee la ecuanimidad, moral, ética, humildad y habilidades para hacer uso racional de los recursos financieros que siempre son escasos y ciencia porque se basa en leyes y principios para alcanzar los mayores rendimientos sobre los mismos para compensar la pérdida de su valor en el tiempo.
Es por ello que a partir del siglo XVIII, en el parlamento ingles se inició por primera vez la aplicación de técnicas presupuestales con el propósito de planificar y controlar el uso del dinero.
Hoy los medios de comunicación dan cuenta con mayor frecuencia del uso indebido o desviación de dinero recaudado por el Estado a través del cobro de impuestos, aranceles, desembolsos provenientes de préstamos, transferencias y donaciones.
Son muchas las auditarías y sistemas de controles que se han aplicado para que algunos funcionarios y empleados no se desborden en el uso del dinero del Estado y aun así la corrupción se pavonea entre instituciones públicas y privadas.
En países de la región de América se han propuesto sistemas presupuestarios de distintas denominaciones para planificar y controlar los ingresos públicos.
De ahí que actualmente se formulan presupuestos por resultados, por programas, por actividades y hasta presupuestos base cero que establece la asignación de fondos mínimos y esenciales para el desenvolvimiento operacional de los diversos ministerios y en caso de que se requieran fondos adicionales estas instancias tienen la obligación de justificar transparentemente su uso o aplicación ante el Ministerio de Hacienda y la Dirección General de Presupuestos.
La República Dominicana no ha sido la excepción en planificar y controlar los recursos del Estado para hacer de estos uso eficiente y efectivo, pero de nada ha valido, hasta ahora, ya que siempre se han salido con las suyas funcionarios y empleados a todos los niveles al distraer fondos del erario y sin pagar las consecuencias.
Se critica acremente que las actuales autoridades dominicanas gastan donde no debe gastar y donde se necesita no se gasta ni se invierte.
Si se quiere conocer la misión y la visión de un país basta con que se analice el presupuesto de la misma, ya que dicho documento es una representación cuantitativa de su planificación operacional y estratégica.
Dentro de unos días la nación dominicana se abocará a la celebración de las elecciones presidenciales y congresuales en la que participarán unos seis candidatos a la presidencia los cuales han expuestos sus programas de gobierno que aplicarán en caso de alcanzar la primera magistratura del Estado.
Uno de esos programas considerado completo y moderno es el del candidato de la oposición, señor Luis Abinader Corona, con más posibilidad de alzarse con el triunfo electoral el próximo 5 de julio del año que discurre. El mismo contiene aspectos interesantes sobre el manejo de los fondos públicos.
Entre dichos aspectos el señor Luis Abinader Corona candidato a la presidencia por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) señala que a partir del próximo 16 de agosto, el Presupuesto General del Estado (PGE) se convertirá en un verdadero instrumento de desarrollo, asegurando que los ciudadanos y los actores no estatales tendrán oportunidades efectivas de participar en forma directa en el debate público sobre el diseño, implementación y revisión de las políticas fiscales.
El PGE será sustentado en principios generales internacionales, que establecen que todo presupuesto público debe estar basado en políticas, objetivos y metas contentivos en el programa del gobernante de turno.
Que los recursos deben ser gastados exclusivamente en los objetivos establecidos en el presupuesto, por lo tanto, toda partida presupuestaria tendrá que ser medida por sus resultados impactantes en la calidad de vida de la gente, lo que implicará formular y ejecutar un presupuesto por resultados.
De ahí será necesaria una revisión profunda de la estructura del Estado, dotándola de eficiencia y eficacia al menor costo, poniéndola al servicio de la ciudadanía al permitir asignar los recursos en función de la misión de cada institución, generando una alta disponibilidad de recursos al evitar el despilfarro, por consiguiente, conllevará la unificación de órganos e instituciones que realicen las mismas funciones.
No bastará elaborar programas presupuestarios orientados a resultados. Para alcanzar una verdadera gestión pública al servicio de la gente, se requiere la introducción de cambios en todo el Sistema Integrado de Administración Financiera del Estado (presupuesto, tesorería, deuda pública y contabilidad), así como compras y contrataciones, recursos humanos, planificación e inversión, bienes nacionales y muy especialmente en el sistema de control interno.
Todo lo anterior revestido de transparencia y publicidad, afirmando la relación recíproca que debe existir entre los ciudadanos y el gobierno. Donde los ciudadanos proveedores de los recursos confíen en sus gobernantes administrares de la cosa pública y, a su vez, esperar recibir información sobre las finanzas y las políticas fiscales así como también oportunidad en participar en su elaboración.
El programa del señor Luis Abinader Corona también plantea que el PGE estará centrado en la calidad del gasto, haciendo un uso eficaz y eficiente de los recursos públicos, para ser realidad la instauración de un verdadero Estado Social y Democrático de Derecho, en el que lo social implique la mejor y más adecuada distribución de la riqueza, y lo democrático de derecho vinculado a la construcción de una sociedad de ciudadanos con derechos y consecuencias, donde nadie estará por encima de ley.
Asimismo señala el programa de gobierno del señor Abinader que en los primeros 100 días, el Gobierno del Cambio, el PRM y aliados, harán que el pueblo dominicano supere y deje atrás la parálisis de la pandemia y emprendiendo anchas y luminosas sendas de desarrollo económico, de inclusión y bienestar social.
De violarse los aspectos presupuestales que recoge el programa de gobierno del candidato a la presidencia 2020-2024 por el PRM, aquí detallados, se aplicaran todas las consecuencias que estipulan la ley orgánica de presupuesto 423-06 y la Constitución de la República.
Entonces se puede afirmar que la nación dominicana tendrá en la administración Abinader un verdadero presupuesto o instrumento de desarrollo económico y social en el que se revisarán periódicamente los recursos públicos y su aplicación para una eficiente y efectiva gestión gubernamental.
felix.felixsantana.
JOM/of-am