OPINION: Punto de inflexión en la historia de los Estados Unidos
El 20 de enero de 2017 marca un punto de inflexión en la historia de nuestro país. En los últimos ocho años hemos avanzado mucho, combatiendo el cambio climático con compromisos reales, promoviendo conversaciones sobre la raza y la reforma de la justicia penal, y fortaleciendo el crecimiento del empleo a un ritmo constante.
Esto fue gracias a un presidente que, aunque no siempre perfecto, representó y vocalizó bien los valores progresistas que pueden fortalecer la mano de las comunidades desfavorecidas de todo el país.
Debemos ahora enfrentar una realidad nueva e incierta. Una que nos habrá de desafiar. Pondrá a prueba nuestra resolución constantemente. Pero si nos unimos en torno a los ideales sobre los que se fundó este país: la igualdad, la autodeterminación y la libertad de la opresión, podemos salir de estos cuatro años más organizados y preparados para seguir adelante como nación.
En el transcurso de los próximos días habrá una reacción instintiva para atacar, protestar y desafiar a un individuo. Esto es totalmente justificable. Pero al mismo tiempo que marchamos y resistimos, busquemos también determinar hacia dónde vamos después.
Es obvio que el ascenso del nuevo presidente no fue manejado debido a la habilidad o capacidad, de hecho ninguno de estas dos cosas jugó un papel. No, lo que debemos darnos cuenta es que éste hecho es sintomático de una sociedad quebrantada.
Y son de las cosas que debemos enfrentar. De las cuales se deriva una indiferencia sistémica por la situación de los menos afortunados. De una desinversión a gran escala de las comunidades trabajadoras. De la incapacidad de poner la igualdad en primer lugar cuando se trata de servicios como educación, vivienda, espacio abierto, servicios de emergencia. Derivándose la diferencia de todo tipo. El ingreso y la riqueza principalmente, pero también el acceso a la salud, el transporte y mucho más.
A medida que trabajamos para oponernos a la administración entrante, también debemos apoyar el suministro de estos servicios. Vamos a defender la educación de todos los niños para que el código postal ya no determine el futuro. Mantengámonos en contra de la segregación que hemos ignorado durante demasiado tiempo, incluso aquí en la comunidad territorial que representamos. Estemos preparados no sólo para vocalizar la disidencia, sino también para afirmar lo que funciona en nuestra sociedad, así como y cuáles pueden ser modelos para nuestro éxito futuro.
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