¿Por qué nos tachan de prohaitianos y traidores?

En nuestra lengua española, el traidor es el que comete traición, locución ésta, que define la falta que se comete quebrantando la confianza, la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener, para lo que es intrínsecamente nuestro, lo que incluye, el delito cometido por civil o militar que atenta contra el honor, la seguridad de la patria e independencia del Estado.

Pues bien…desde la aparición del hombre sobre la tierra, han coexistido la traición y los traidores.  Da cuerpo a esa verdad, el hecho, de que el bien y el mal son dos caras de la humanidad, en lo que se ha dado la paradoja, que los verdaderos traidores, acusan de traidores a los que verdaderamente no lo son.

En nuestra patria, esa situación se ha dado en varias ocasiones, de las cuales podemos señalar, aquellas en las que Buenaventura Báez fusiló a sus adversarios por considerarlos enemigos de la patria y cuando el General Pedro Santana, acusó de traidores a los Trinitarios, lo que trajo consigo el fusilamiento de María Trinidad Sánchez, Francisco del Rosario Sánchez, Antonio Duvergé, y los hermanos Puello entre otros, y la deportación a perpetuidad de Juan Pablo Duarte, su familia, y de otros patriotas, artífices de nuestra independencia.

Posteriormente, siguió a esta «saga patriótica»,  el perínclito Trujillo y sus alabarderos, quienes acusaban de traidores  a la patria, a quienes no fueran adherentes incondicionales de aquel régimen de terror y muerte, tal como sucedió con muchos honorables ciudadanos, y con lo mejor de la juventud dominicana, que perdió su vida en la invasión de Maimón, Constanza y Estero Hondo.

Ulteriormente, también se tachó de traidores a la patria, a todo antitrujillista, y a los miembros del 14 de junio, a quienes como castigo a esa «alta traición», se les persiguió, encarceló y torturó hasta la muerte.  La llamada «Cárcel de la Cuarenta», y las fincas el Sisal en Azua y el Pozo de Nagua, fueron escenarios excepcionales de esas aberraciones nacionalistas del fascismo trujillista.

Luego, ese accionar retorcido, de tachar arbitrariamente, a quienes son traidores y no traidores, fue continuado por Joaquín Balaguer y sus discípulos, lo que trajo consigo, miles de muertes a personas que fueron sacrificadas en nombre de Dios, de la patria y del anti-comunismo.

Pero como la vida continua, y con ella la retorcida interpretación, traición-lealtad, con mayor protagonismo, en las sociedades atrasadas y empobrecidas como la nuestra, viene a ser, que en esta era: «PLD-Leonel-Danilo-corporación mafiosa de nuevos ricos», no ha muerto la paradoja: «verdaderos traidores, acusan de traidores a los que verdaderamente no lo son».

En consecuencia, en este aciago momento histórico, que sufre mi amada patria, esa contradicción, como en antaño, se manifiesta como expresión y ejercicio del más puro accionar patriótico por expertos simuladores, y por gente común del pueblo, que ha sido fanatizada, por la arengas nacionalistas de aquellos, lo cuales, en nombre de la salud de República, como en los viejos tiempos de los tiranos aludidos (Santana, Báez, Lilis, Trujillo y Balaguer), piden la muerte para los que ellos consideran traidores, mientras loan, a los verdaderos felones.

De ese trastrueque de valores, ahora resulta que para los nuevos «nazionalistas», Trujillo, Balaguer, Milton Ray Guevara, el ario Manuel Núñez Asencio, Vincho Castillo, Luis Ramfis Domingo Trujillo, Euclides Gutiérrez Feliz y todos los de esa calaña, ahora son patriotas dominicanos, de la más acendrada estirpe civilista, por las teorías fascistas que sustentan para dar solución al problema de la excesiva inmigración haitiana que nos preocupa a todos.

Naturalmente, para esta conceptualización, se ha ignorado, que Trujillo y Balaguer han sido los dominicanos que mas haitianos han metido en el país.  ¿Cómo es eso?, me preguntarán los que no conocen esa historia, y yo le contesto: El «nacionalista y católico» Trujillo, y por ende «cristiano» de la más pura cepa, en nombre a los correspondientes ismos de esa militancias (nacionalismo, catolicismo y cristianismo), en 1937 mató a miles de haitianos que trasegaban la frontera, pero no tocó a ninguno de los miles de braceros que como fuerza de trabajo casi esclava, eran mantenidos confinados en todos los ingenios del país.

Posteriormente, a mediados del año 1947, mientras ejercía su tercer periodo en la Presidencia de la República, el dictador Rafael L. Trujillo, decide incorporarse al negocio de producción y comercialización de azúcar, la única actividad comercial en la que no había participado, desde que asumió el poder en 1930.   En esa área se dedicó con tan tanto empeño, que ya mediados del 1955 Trujillo era propietario de trece ingenios: Catarey, Río Haina, Amistad, Monte Llano, Ozama, Porvenir y Santa Fe, Consuelo, Quisqueya, Esperanza, Las Pajas, Boca Chica y  Barahona,

Para operar esos ingenios, el «nacionalista Trujillo» se dedicó a traer miles de haitianos, en un comercio de tratas, que hacía con el jefe del gobierno haitiano de turno, pagando chilatas por cabezas, para hacerse de mano de obra barata y sumisa.   En esa acción, en siete años y algo se calcula que Trujillo introdujo en el país más de 200 mil haitianos que en ningún momento fueron repatriados como debía de ser, cosa que no hacían, primero, para evitar los gastos de esa repatriación, y segundo, porque después de terminada la zafra del azúcar eran utilizados por el mismo Trujillo y los colonos agrícolas en las labores de sus fincas.

Igual cosa hicieron los dueños de los demás ingenios en todas sus administraciones, principalmente los Vicini y los del Central Romana, sin obviar la administración del «patriota y nacionalista» Carlos Morales Troncoso (que en paz descanse).

En inhumana explotación al haitiano y al dominicano, en lo cual, estos seres eran tratados como bestias, también le robaban en el pesaje de la caña y en la pulpería con los famosos vales.  Con esta práctica, Trujillo, los Vicini, los del Central Romana y todos los dueños de ingenios, y los que participaban en el negocio de traer los haitianos al país, se hicieron inmensamente ricos.

De la riqueza de Trujillo, adquiridas con esta forma de explotación, su hija Angelita Trujillo y su nieto, Luis Ramfis Domínguez Trujillo, todavía, a la fecha actual, se están lucrando de ella, pero tratando de ocultar el origen mal habido de la misma.   Por ironías de la vida, hoy esos descendientes de Trujillo, se unen a Vincho, a Euclides G Félix y al ario Manuel Núñez Asencio y a otros especímenes de similar naturaleza, para proclamar que la invasión haitiana destruirá la dominicanidad, pero soslayan, la destrucción de la dominicanidad por parte de los gringos, que sí han penetrado con su cultura a nuestro país, con todo lo que ello implica, desde drogas, hasta la promoción de la homosexualidad.  En estas, también ignoran, que los yanquis, nos han subyugado siguiendo el libreto de una praxis geopolítica que solo responde a los intereses de sus clases gobernantes.

En mi trafagar de día a día, leo en los diarios, que ese nieto de Trujillo, ha formado un Partido político, con la meta de llegar a Presidente de nuestro país y que su campaña para llegar a esa posición, sostiene, que su abuelo era un gran ser humano.  En este punto-debemos recodarle- a Domínguez Trujillo, que el dinero que él gasta en su campaña, se lo dejó su abuelo en heredad, y que el mismo fue adquirido con la explotación de los haitianos y dominicanos paupérrimos, a los cuales él denosta y le niega la nacionalidad dominicana que les corresponden.  !   Pero, qué cosas tiene la vida!  Ahora, a éste descendiente directo de Trujillo, por sus planteamientos anti-haitianos es considerado un patriota por los que les adulan… y evalúan como traidores, a quienes no comulgan con sus credos.

En cuanto al patriotismo de Balaguer, se traen a colación sucesos y recursos retóricos, que éste cortesano de Trujillo, utilizaba tan solo para engañar y lograr golpes de efectos en una masa de hambrientos analfabetos, con cuya oratoria rimbombante, eran presas fáciles de cautivar, porque no había, ni aún hay, capacidad para el análisis crítico.  Quienes presentan a este exgobernante, como un icono del patriotismo dominicano, olvidan que  éste fue un gran violador de los derechos humanos, y que estuvo al pleno servicio, de los norteamericanos, tanto, que los dominicanos que mató, encarceló, torturó y mandó al exilio, lo hizo siguiendo órdenes y estrategias establecidas por la CIA.  La subordinación de éste hombre fue tanta al poder extranjero, que en un momento llegó a decir, que si Richard Nixon le pedía su renuncia como presidente, él, lo haría inmediatamente.

La supuesta fusión de la isla, es una propuesta de Joaquín Balaguer y de Ramón Rafael Casado.

En un importante artículo, el brillante y valiente periodista dominicano Gustavo Olivo Peña, demuestra que la tesis de la supuesta “fusión” de la República Dominicana y Haití y de otorgar igualdad de derechos a dominicanos y haitianos en toda la isla La Española, no es autoría de potencias extranjeras ni de planes malévolos concebidos por los “traidores de la patria dominicana”, como argumentan los nacionalistas, sino que se trata de una propuesta de Joaquín Balaguer y Ramón Rafael Casado, dos prominentes intelectuales dominicanos.

Ambos (Balaguer y Casado) – nos relata Olivo Peña- coincidieron por separado en diversas épocas en plantear la creación de una federación o confederación de estados entre la República Dominicana y Haití, para mejorar las relaciones políticas y comerciales, el ejercicio de derechos a los ciudadanos y la administración de gobierno a ambos lados de la isla compartida por dominicanos y haitianos.

Joaquín Balaguer, planteó el gobierno federado entre República Dominicana y Haití en su libro La realidad dominicana, publicado en 1941, y lo retomó con mayores detalles en La isla al revés, publicado en 1983.

El filósofo Ramón Rafael Casado Soler, perseguido por su oposición a la dictadura trujillista, lo planteó como una tesis más elaborada en 1949, en un documento que escribió como parte de sus estudios de filosofía en la entonces Universidad de Santo Domingo, y luego lo retomó en 1951, con motivo de la reunión de los dictadores Rafael Leónidas Trujillo Molina, dominicano, y Paul E. Magloire, haitiano, celebrada en Elías Piña.

 Balaguer propuso la doble ciudadanía para dominicanos y haitianos

En su libro La isla al revés (1983) Balaguer retomó la idea de la federación dominico-haitiana y propuso la redacción, aprobación y proclamación de una sola constitución para la República Dominicana y la República de Haití, bajo la cual podría reconocerse inclusive, con determinadas restricciones, la doble ciudadanía a los naturales de ambos países.

Pero Balaguer llega más lejos, al proponer que, en virtud de esa constitución única para los dos estados, se establezca también la doble ciudadanía para dominicanos y haitianos, recalcando, que “una constitución paralela” garantizaría “la existencia en toda la isla de un régimen democrático fundamentalmente idéntico para los dos países. «Y agrega: “Bajo una Carta Orgánica refrendada por los dos pueblos, Haití y Santo Domingo podrían ayudarse mutuamente y el estatus internacional a que se acojan por su propia voluntad serviría de cortapisas a las extralimitaciones de sus gobernantes y constituiría a la vez un obstáculo contra los abusos de poder y contra las tiranías.

 De la propuesta de Ramón Rafael Casado Soler, reseño lo siguiente:

“Una Confederación Dominico-Haitiana sería un pacto de unión permanente que salvaguarde los preceptos de paz, progreso y justicia que se han trazado nuestros dos pueblos…»

“Para nosotros es la única solución justa…la idea de Confederación parecerá al principio un propósito incongruente con nuestras mismas esencias vitales. ¡Summun de prejuicios y no realidad verdadera!”.

“El mito de la raza –aún fantasma para muchos-, y la pseudo barrera de la lengua –socorrida argumentación de otros- quedan desmoronados ante la vigencia de un problema humano muy superior a las limitaciones conceptuales que nos distanciaron, y muy soluble cuando el buen entendimiento alcance un plano de jerarquía sobre los prejuicios pasados”.

“Somos dos pueblos distintos, cierto, pero con un problema vital común: el desarrollo de ambos dentro de los límites de una misma isla. Si comprendemos que su solución concierne a los dos con el mismo interés, el conflicto será dirimido con igual ventaja para ambos”.

“Pero hasta ahora, todos nos hemos limitado a buscar una solución satisfactoria solamente para nuestros egoísmos particulares y exacerbados nacionalismos”

“Hemos actuado con criterio unilateral donde hay dos partes con la misma aspiración de paz e iguales ideales de grandeza”.

“Jamás se ha tratado de reconocer en la otra parte el elemento de coordinación que existe, y hemos dado así la espalda a la clave misma del problema.  Eso es, desconocimos que nuestra unidad geográfica nos reclama un órgano funcional que estructure en Derecho, el hecho de nuestra interdependencia, para proveer a los intereses sociales, económicos, políticos, de la isla, del medio eficaz para incrementar toda su capacidad creadora”.

“La conciencia de que para la obtención de ese propósito común se precisa de una acción conjunta orientada en el mismo sentido establece las bases sobre las cuales debe cimentarse la paz perpetua de la isla con la fundación de la Confederación de Dominicana y Haití”.

 Otras consideraciones del profesor Casado Soler, sobre las relaciones entre dominicanos y haitianos.  Cito:

“Las condiciones históricas que rigieron nuestra vida del pasado no son las mismas que informan nuestra vida hoy”.

“No debemos toma aquellas, por tanto, como patrón para mantener un estado de cosas que nuestra experiencia actual nos enseña a enfocar de modo distinto”.

“Las pasadas guerras entre dominicanos y haitianos obedecieron al trance de inadaptación propio de todas las colectividades vecinas separadas por distintos orígenes culturales o raciales, explicables aún más por la circunstancia nuestra de que todos esos elementos concurrían dentro de los límites geográficos de una isla”.

Gustavo Olivo Peña, inserta en su artículo en la parte que corresponde a Balaguer el comentario siguiente: «Nadie en su sano juicio, que haya leído el libro citado y que conozca la trayectoria de Joaquín Balaguer, podría acusarlo de ser un pro haitiano ni nada parecido, ni de estar detrás de los imaginarios “planes internacionales para la fusión” de ambos países, socorrido disparate fruto de la perversidad, y que lamentablemente se propaga por la suma letal del fanatismo con la ignorancia», (fin de la cita).

De ésta propuesta de Balaguer, ningún «nacionalista», incluyendo a los Vinchos, han hecho uso de la misma, para acusar a Balaguer de prohaitiano.  ! Pero Dios mío! ¿Cómo la hubiera utilizado Vincho contra el Dr. José Francisco Peña Gómez, si éste hubiese sido el autor de semejante propuesta?

 En cuanto a la defensa de Leonel Fernández por parte de los nuevos patriotas

Miles de beneficiarios de Leonel, han asumido la defensa de este exgobernante frente a sus muchos desafueros y actos de traición a la patria en su quehacer como presidente llevó a cabo.  En esta categoría se inscribe, el haber entregado a la Barrick Gold nuestro oro, dando un 97 % de ganancias a esa empresa, a la que también le concedió la Presa Hatillo, para que de gratis, use los millones y millones de agua necesarios a la explotación del oro, pero que también, le concedió a esa empresa, exoneraciones y subsidios obscenos.  A este contrato infame, que Leonel y los beneficiarios del mismo le han llamado contrato modelo, constituye para mis parámetros patrióticos, una acción, que merece el repudio más enérgico de todo verdadero dominicano… y su autor, debe ser condenado a la degradación cívica, y a muchos más.

Pero para sorpresa de muchos, los nuevos nacionalistas, han defendido a Leonel a capa y espada, y hay quienes hasta han caído en el ridículo, de expresar: «tú puedes decir todo lo que te dé la gana de Leonel, pero Leonel ha salido en defensa de la Soberanía Dominicana.  Lo hizo en la OEA y en la Unión Europea».

Ante este nuevo paradigma de patriotismo y nacionalismo marcado por el anti-haitianismo,  robar hasta más no poder el erario, o hacerse millonario sobrevaluando la obras del Estado, o a través de un préstamo Sund Land o como sea, lo mismo que matar, engancharse a narcotraficante, ser corrupto y corruptor, enajenar la Bahía de la Águilas, o vender a precio vil cualquier porción del Territorio Nacional a persona o potencia extranjera, así como también hipotecar, endeudar el país, sumir sus mayorías en la pobreza y en la injusticia y dañar todas sus instituciones, en lo que viene a ser, que el autor o autores de las atrocidades cometidas contra la nación, con el nuevo patriotismo, si estos oportunamente asumen un discurso anti-haitiano, quedarán limpios de cualquier tipificación delincuencial y criminal que correspondan a sus delitos, y  por ende, iso facto,  quedarán libres del estigma y castigo condigno a las transgresiones cometidas , y como por arte de magia, de inmediato, se convertirá o convertirán, en un patriota, o patriotas dominicanos, del más rancio abolengo.

Es decir, en éste momento, por lo que veo, el único traidor a la patria que existe, es el que de alguna manera se opone a la maldad que determinados sectores quieren seguir haciendo contra gente pobre e indefensa de ascendencia haitiana.  Por lo que rápidamente, los imputados de corrupción, concusión, prevaricación, lavado de activos, enriquecimiento ilícito y otros delitos mayores, en estas circunstancias, ni cortos ni perezosos, rápidamente echan lengua al discurso anti-haitiano, porque así, al vapor, fingiendo de la noche a la mañana un patriotismo militante a los ojos de los incautos, al parecer se limpian de un pasado abominable, viveza esta, en la que supuestamente se acreditan un estatus social, que los blinda contra la persecución de la justicia y que los habilita para seguir obteniendo el voto, de miles de ingenuos electores.

En consecuencia, ante la «gigantesca exacerbación de sentimientos patrióticos», que ha originado la aviesa Sentencia 168/13, se ha visto como los políticos implícitamente aludidos, se han tirado al ruedo con un discurso anti-haitiano, buscando- como se dijo- lavarse de sus pecados, e insertarse de manera oportunista a un mercado electoral, susceptible de manipularse con los más  extraordinarios sofismas.

Por tales razones, hemos visto como Milton Ray Guevara ha querido tapar o lavar su pasado de oprobioso enriquecimiento, con la trata de personas que hoy él degrada a la condición de animales, pero con los cuales ganó buen dinero cuando en el gobierno de don Antonio Guzmán, trajo al país 48 mil de esos «animales» dejándolos a su suerte, porque lo que le interesaba era el dinero que ganaba en ese sucio negocio.  En ese entonces, en él no primó el patriotismo que presume hoy, para reflexionar todo el mal que de inmediato y para el futuro, estaba sembrando para su país y para esos seres humanos y su descendencia.

Por iguales caminos anda el amigo Quique Antún, balaguerista, leonelista y vinchista de larga data, pero también compadre del presidente Medina y amigo de todos los sectores de poder y hasta enllave del cardenal, no por lo social, sino por lo católico y celoso vigilante de la patria  contra los «invasores haitianos».   En este punto es de lugar resaltar, que ese despertar ha sido a partir de la evacuación de la Sentencia, manzana de la discordia, de la que tanto hemos hablado, porque anteriormente, cuando todo el país, y en particular en todo el Este, sus amigos colonos azucareros lo llenaban de braceros haitianos, de los cuales hoy, sus   descendientes son el problema, el amigo Quique, nunca vio nada malo ni antipatriótico, ni para aquellos tiempos, ni para el futuro, en esos trasvases de braceros haitianos.

A las proclamas patrióticas de Quique Antún, hemos visto se  le han sumado, Miguel Vargas Maldonado, Ito Bisonó, todos los peledeistas aspirantes a presidentes, y todos los políticos de la derecha y ultraderecha como Luis el gallo, Luis Gómez Díaz, también otros aspirantes a presidentes, a diputados, a senadores a síndicos, a regidores, o la lo que sea.  Ellos no tontos, explotan oportunistamente ese germen patriótico que subyace en el alma de todo dominicano, que ve en personas que adoptan ese discurso, una esperanza para la patria.  Con el pasar de los días veremos, que otros tantos políticos que pretenden cargos electivos, se sumarán a esta retahíla de «patriotas».

Lo de Euclides Gutiérrez Feliz, Vincho Castillo y sus hijos, no hay porqué explayarse en el patriotismo de ellos, porque ya es algo antológico.

La cuestión es, que de ese trastrueque de valores, ahora resulta, que para los nuevos «nazionalistas», matar a todos los haitianos que hay en nuestro territorio, aunque sean dominico-haitianos, es la única solución adecuada a la excesiva inmigración de nacionales haitianos que enfrentamos, y quien difiera del método de  ellos, es traidor a la patria, y hay que matarlos.  De esa posición ha surgido, que hay que matar a Juan Bolívar Díaz, Amelia Deschamps, Luis Eduardo Lora (Huchi), a Roberto Cavada y a todo dominicano que no apoye el genocidio propuesto.  En esta aberración se ha llegado hasta de tachar de traidor al presidente Danilo Medina, y en consecuencia, pedir su muerte.

En mis muchos artículos, donde he tratado el asunto de la excesiva inmigración de haitianos, y de la injusticia que se ha cometido con la desnacionalización de los dominico-haitianos, mediante la Sentencia 168/13, si estos se leyeran con conciencia, no se encontraría un solo párrafo, con el cual se me pueda enjuiciar como pro-haitiano, y consecuentemente con lo que se me pueda sindicar de traidor a la patria, tal como lo hacen en sus comentarios, los se hacen llamar, Luzclarita, Lorgo el imbatible, Nanita Riva, Eduardo Guillermo, Los Minas y otros tantos coterráneos, que por lo que escriben están llenos de  odio y de ignorancia.  De odio, porque lo de ellos es matar, linchar, ahorcar, guindar, machetear, apalear, quemar vivos, cosas estas que no se corresponden con los ideales duartianos, ni con un cristianismo, que todos ellos dicen profesar.  Y de ignorancia, porque solo, seres en tinieblas, pretenden el uso de esta diabólicas maneras para resolver problemas con sus semejantes.   Los Iluminados, usan del amor espíritual en su más alta expresión, para dilucidar cualquier problema con sus congéneres.

En esta discusión he entendido, que así como hay, dominico-españoles, árabes, turcos, sirios, libaneses, chinos de Bonao, judíos de Sosúa, japoneses de Constanza, Cocolos de Samaná o de San Pedro de Macorís, así también hay entre nosotros, descendientes de haitianos que son dominico-haitianos, que tienen sus raíces en 100 años de explotación inmisericorde. A esos yo los defiendo, porque son dominicanos, como el que más.

Además, los nacionalistas nuestros, dirigidos por hombres diabólicos como Vincho Castillo y Euclides G Feliz, y a la vez, vasallos de unos jerarcas peledeistas también al servicio de los avernos, cuyo Dios es el dinero y el poder, en esa militancia de las tinieblas, se han ofuscado, a tal grado, que no han podido distinguir las diferencias que hay, entre los conceptos jurídicos, Desnacionalización y Regulación.  En mis escritos lo he explicado repetidas veces, y en ellos también he establecido, que apoyo decididamente la susodicha Regulación, mas no así, las Desnacionalización, pero ellos, en su odio, no entienden esto, y solo atinan desaprensivamente, en acusar de traidor a todos los que no confesamos con sus cavernarias ideas.

Pero además, mi carpeta de escritos contiene muchos artículos con los que he combatido a la Barrick Gold y denunciado a muchos de los autores que han ocasionado los grandes males que acusan actualmente las estructuras políticas, económicas y sociales, de nuestro país.  Al contrario, los falsos nacionalistas de hoy, que como tales, solo pueden enarbolar su anti-haitianismo, pues no tienen en su haber un solo escrito, con el que hayan combatido la Barrick Gold, o la enajenación de Bahía de las Águilas, o que manifiesten repulsa al contrato llamado Sund Land, ni contra los robos al erario que han practicado todos los partidos políticos, pero en grado superlativo, los jerarcas del peledeismo.

De las diligencias para la concesión de ese contrato, si recuerdo, que Vincho apoyó esa infamia, lo mismo que Miguel Vargas y todos los que hoy están privando de patriotas, vociferando contra gente que  todos ellos trajeron aquí, y con lo que además, se han hecho ricos.   Por ejemplo, Milton Ray Guevara puede ignorar la situación que lo involucra con lucrarse trayendo haitianos al país, pero la historia de su negocio de trata, está compendiado, sin que él, ni nadie pueda, borrar de la historia, ese hecho, que constituye una verdadera traición a la patria.

Nunca he cometido un hecho deleznable contra mi país, ni viviendo en él, ni fuera de él.  Al contrario, estando allá como funcionario, nunca robé de los cuantiosos recursos que estuvieron a mi alcance, ni viví de botellas, ni apoyé dictadores, como sí hicieron Vincho y Euclides con Trujillo y Balaguer, y posteriormente con el zafarrancho de Leonel.  Mis principios, me hicieron un rebelde y un inadaptado al balaguerismo, y luego a los sucesivos gobiernos erráticos del PRD y a los corruptos gobiernos del PLD, lo que me empujó a irme al extranjero, pues me negaba a seguir viviendo en un país de corruptos y de ricos indolentes, donde los desastres de toda índole y la injusticias, se sucedían un tras otra, sin que nadie le pusiera frenos, y donde si no eres ladrón, lambón e irresponsable, se hace requete difícil, subsistir decentemente, en ese degradado ambiente.

Mi vida, como la de muchos dominicanos, ha transcurrido en un exilio doloroso.  Desde la lejanía de mi patria, he seguido dando seguimiento a los acontecimientos políticos que se dan allá, en lo que solo he cosechado decepciones y pérdida económica, puesto que la participación política activa, tal como yo la he asumido, conlleva erogaciones de dinero, consumo de tiempo y el padecimiento de vaivenes emocionales.   En esta lucha he arribado a mis 66 años, con tan solo lo indispensable para subsistir, pero también con grandes decepciones, al ver que la lucha heroica de tantos hombres y mujeres, ha sido para que un grupo, siempre llegue al poder a enriquecerse, olvidando las promesas de campaña y el patriotismos que todos los políticos que hemos tenido, proclaman a boca llena en sus campañas electorales.

Pero también es decepcionante, que mi pueblo haya arribado después de tantas luchas, a un estado que puede considerarse degradante y envilecido. ¿Cómo es posible, que aun estemos en una etapa de funditas y cajas de comida, de botellas y nominillas y que haya tanta desigualdad social, pese al gran crecimiento económico que hemos tenido?

¿Cómo es posible que a 54 años de muerto Trujillo, cortesanos de aquella satrapía como son los casos de Euclides G Feliz y Vincho Castillo, todavía al día de hoy, sean piezas decisivas en nuestro destino nacional?, y lo que es aún peor…, un nieto del tirano Trujillo, que sostiene que la bestia de su abuelo fue un gran ser humano, está tirado a la calle del medio, queriendo llegar a presidente de nuestra República, y que encuentre quien le haga el coro.

¿Cómo es posible, que aún en nuestro pueblo haya multitudes que vendan su voto por un insignificante pica pollo y otras bagatelas y que una caterva de sinvergüenzas se hayan adueñado del gobierno, del Estado, y de todas sus instituciones?

¿Cómo es posible, que en medio de tanta riqueza, el pueblo esté sufriendo de tanta pobreza e injusticias extremas, y viendo toda clase de iniquidades y cómo los ricos se vuelven cada vez más ricos y los pobres más pobres y que a vista de todos, los funcionarios de todos los estamentos del Estado roban descaradamente, y que pese a ello, estos descarados políticos pretendan que el pueblo los sigan favoreciendo con su voto?  ¿Cómo es posible, que gran parte de ese pueblo que sufre por las canalladas de sus gobernantes, aún sigan votando, elecciones tras elecciones, por los mismos saqueadores?

¿Cómo es posible, que se tenga por patriota a un Manuel Núñez Asencio y a un Vincho Castillo, quienes instigan al odio y a la confrontación sangrienta de dos etnias que están obligadas a coexistir en un mismo territorio por secula seculorum, en vez de estimular la solución a la excesiva inmigración haitiana, con formulas civilizadas, que deriven en la creación de un ambiente de paz, propicio al desarrollo económico, social y político de uno y otro pueblo, que conlleve además,  respetar las fronteras de ambas naciones y los derechos humanos y la dignidad de cada quien, en cualquier lugar de la isla, en que sus habitantes se desplacen.

¿Cómo es posible, que a estas alturas del juego, no se sepa discernir entre un verdadero traidor y uno, que no lo es?

¿Será que aún estamos anclados en la época de Pedro Santana, Báez, Lilis, Trujillo y Balaguer, en que a los verdaderos patriotas se tachaban de traidores, y a los verdaderos traidores de patriotas?

Al amigo lector dejo la palabra.

 

 

Posdata: Para los que quieran ilustrarse más sobre éste tema, los invito a leer por completo el artículo aludido de Gustavo Olivo Peña, yendo al enlace siguiente:

https://acento.com.do/2013/politica/1137085-fusion-de-rd-y-haiti-no-es-idea-extranjera-sino-de-balaguer-y-casado-soler/

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