Papá cocote, el voto obligatorio y la ley de partidos

 

1- En estos días está sobre el tapete el asunto del voto obligatorio y la ley de partidos, ante lo cual, de manera muy particular me toca enfocar estos dos temas, sintiéndome con la autoridad para hacerlo, debido a que he sido el primer (o uno de los primeros) que ha escrito sobre estos tópicos, especialmente sobre la obligatoriedad de voto.  Al efecto, mis lectores podrán recordar, que hace más de tres años que escribí sobre este tema, señalando la necesidad de imponer constitucionalmente la obligatoriedad del voto, en lo que también me aboqué a ripostar a los que no están de acuerdo con que esa obligación tenga rango constitucional.

 

2- Ahora bien, quienes se oponen al voto obligatorio (entre ellos Miguel Guerreo, Ito Bisonó, Roberto Rosario y otros) reconocen nuestra debilidad institucional que fomenta un continuismo, que se vale y fortalece con el uso desmedido de los recursos públicos, lo cual crea así un modelo de prostitución política que alienta la corrupción y un clientelismo que perpetúa una indigencia social que permite la compra de votos y la comercialización de adhesiones políticas que han caracterizado nuestros procesos electorales.   Los susodichos refuerzan esta posición con el criterio siguiente: «Una mayoría de nuestra población no ejerce un voto de conciencia, ni se abstiene de votar, porque entiende que ningún candidato o partido llena sus expectativas, sino, que lo hace vendiendo su voto al mejor postor, o no lo hace, precisamente por falta de conciencia cívica, con implicancia de una gran dosis de vagabundería.

 

3- Por lado lado, estos mismos que describen la situación anterior incurren en negarla, cuando, oponiéndose al voto obligatorio, plantean, que la nación ha madurado lo suficiente como para entender que la abstención, bajo determinadas circunstancias, es un voto de conciencia y una manera de rescatar el valor que ese acto cívico posee.  Obligar a los dominicanos a votar es monstruosamente antidemocrático.  Somos ciudadanos, no borregos, nos dicen los opositores aludidos al voto obligatorio.

 

4- Entre los opositores al voto obligatorio traigo a colación las consideraciones que sobre esta discusión tiene Ito Bisonó, cito: no hay que establecer el voto obligatorio para el sufragio; al contrario, lo que hay es motivar, crear conciencia y ofrecer opciones creíbles para incentivar el voto.  “Yo creo (sostiene Ito), que estamos hablando de una época de libertad, de garantías, de empoderar al ciudadano, que el ciudadano entienda cuál es su deber para reclamar derechos.

 

5- Nótese (señalo yo, Miguel Espaillat), que los primeros criterios que expresan varias de las personalidades que hoy se manifiestan públicamente contra el voto obligatorio, están en abierta contradicción con sus consideraciones y evaluaciones sobre nuestra sociedad, resultando, que las opiniones de ayer, no son coincidentes con los juicios con que hoy argumentan el rechazo al voto obligatorio, puesto que primeramente, ellos denuncian debilidad institucional, fomento de un continuismo, uso desmedido de los recursos públicos por parte de quienes manejan el Estado, de prostitución y corrupción política, de clientelismo, de indigencia social, de compra de voto, de  voto inconsciente, de venta de voto al mejor postor, de falta de conciencia cívica, de la existencia de una gran dosis de vagabundería, etc., para posteriormente, como si esta situación hubiese cambiado, oponerse al voto obligatorio aludiendo que  la nación ha madurado, que somos ciudadanos, no borregos, y que el voto obligatorio constituye algo monstruosamente antidemocrático.

 

6- Mi respuesta a todos estos discursos ha sido la siguiente: «Es urgente ponerle coto a esta situación, pues se da el caso, que éstos dominicanos que venden su voto por un electrodoméstico,  por 500 pesos, romo y picapollos,  por miedo a perder un empleo, el bono gas, la tarjeta solidaridad, o el cheque en nominilla, definen unas elecciones, lo que viene a ser algo sucio, indignante, injusto, cruel… porque esta aberración pone el futuro del país, y la suerte de todos los dominicanos, a merced de un amasijo de ciudadanos sin conciencia cívica, que vive como chivos sin ley, y sin temor a Dios, pero que también nos deja, en manos de una jauría de políticos malvados, con doctorado en corrupción de robos, cinismo, demagogia e hipocresía.

 

7- En mis refutaciones a los que se oponen al voto obligatorio, he seguido exponiendo: «Para evitar la tiranía del sufragio concretizada cuando se tenga que votar, contra la conciencia por un candidato o partido que no llene las expectativas, simple y llanamente, que se establezca el voto blanco o voto de rechazo, con el cual, el ciudadano rechace o castigue a los candidatos o al partido que le parezcan, por lo que sea, él considere no dignos de su apoyo y simpatía.

 

8- Y continúe argumentando: «Todo mi discurso está inspirado, en que creo firmemente, que todo ciudadano tiene derechos y deberes ineludibles e inalienables, para con su patria, y que entre ellos está, el elegir a sus gobernantes por conciencia y obligatoriedad constitucional, tal como lo es el tener los documentos de identidad personal (acta de nacimiento y la cédula).  Entonces, si a ésta normativa obligatoria, a nadie se le ocurre catalogarla como monstruosidad antidemocrática, ¿por qué tendríamos que considerar que el sufragio obligatorio sí lo es?

 

9- Con este mandato y su penalización, estaríamos evitando la compra y venta de votos, que de manera pública y descarada, se ha venido haciendo en todos los procesos electorales que hemos tenido desde la creación de la República.  Esta sería la fórmula más idónea para acabar, con esa desvergüenza de la compra y venta de cedulas, cosa ésta, que se ha constituido en un “negocio” generalizado y clave, para fraudulentamente ganar elecciones.  Además, recalco, con esta disposición constitucional y su penalización, entendemos, se evitaría, que la suerte de todos los dominicanos dependa de una minoría ruin y degenerada, y de políticos canallas, con doctorado para el robo y la vagabundería, y para traicionar a nuestra patria.

 

10- Para mayor argumentación a mi propuesta he venido refiriendo lo siguiente: Varias naciones ya tienen este mandato en sus constituciones: Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Honduras, Paraguay, Perú, Panamá, Austria, Bélgica, Grecia, Luxemburgo, Egipto, y El Líbano.  Y en Los Estados Unidos de Norteamérica y en Chile, ya se ha planteado esta obligatoriedad, sobre la base de que: «el voto no es sólo un derecho, sino también un deber; y si los ciudadanos quieren exigir derechos, tienen que cumplir deberes».  Incluso he sugerido las penalidades a considerar con las palabras siguientes: «Dentro de las penalidades podemos considerar: el impedimento de sacar pasaporte por un año o dos, el impedimento para transacciones bancarias por varios meses, la imposibilidad para realizar otros actos civiles y comerciales, etc.  Nunca una multa, a no sean de elevadas sumas, para impedir que los compradores de votos negocien la compra por una suma superior a la multa.

 

Vista la anterior exposición, ahora pasemos a otras consideraciones

 

11- Por otro lado, Reinaldo Pared Pérez presidente del Senado y Secretario General del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) considera de lugar aprobar el voto obligatorio, pero observa, que hay que verificar lo que dice la Carta Magna, porque pudiera resultar inconstitucional”, abundando, que en la Constitución el voto de los ciudadanos y ciudadanas es un derecho y un deber, pero no lo impone de manera categórica.

 

12- Ahora veamos lo que dice la nuestra Constitución sobre el voto en su artículo 75 y numeral 2, citamos: Artículo 75.- Deberes fundamentales. Los derechos fundamentales reconocidos en esta Constitución determinan la existencia de un orden de responsabilidad jurídica y moral, que obliga la conducta del hombre y la mujer en sociedad. En consecuencia, se declaran como deberes fundamentales de las personas los siguientes: 2) Votar, siempre que se esté en capacidad legal para hacerlo (omito los demás numerales, porque no son necesarios al análisis en cuestión)

 

13- Si con criterio jurídico se analiza este artículo 75 y su numeral 2, se llega a la conclusión, de que votar es un deber fundamental, y como todo deber fundamental es obligatorio, entonces, votar es obligatorio, por ser un deber fundamental.  Para dar mayor sustentación a mis señalamientos, traigo a colación, que tanto el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, como cualquier diccionario jurídico, definen y categorizan el deber como una obligación, entonces, siendo así, ¿por qué los juristas dominicanos, no han interpretado bajo ese concepto, la obligatoriedad de este mandato de la Constitución de la República, consignado como un deber?  Para mí la respuesta es simple: las leyes en nuestro país se interpretan para su aplicación, en razón a los intereses de quienes constituyen las elites de poder en conjunto (las que fingen estar en la oposición, y las que en un momento ostentan la dirección del Estado), porque ambos estamentos, siempre se ponen de acuerdo para defender sus intereses, incluso, hasta al Imperio le conviene la debacle que se origina en estos de fraudes y compras de voto, puesto que, con nuestros países sumidos en el caos,  se les hace más propicio sus objetivos de neocolonización o recolonización.

 

14- Ahora bien, muchos se agarran del artículo 208, para sustentar que el voto no es obligatorio, cuyo contenido reza así:Ejercicio del sufragio.  Es un derecho y un deber de ciudadanas y ciudadanos el ejercicio del sufragio para elegir a las autoridades de gobierno y para participar en referendos.  El voto es personal, libre, directo y secreto. Nadie puede ser obligado o coaccionado, bajo ningún pretexto, en el ejercicio de su derecho al sufragio ni a revelar su voto.

 

15- Artículo que yo interpreto, no exime de la obligatoriedad de voto, pues sigue siendo un deber fundamental, pero que el asunto de personal, libre, y que nadie puede ser obligado o coaccionado, bajo ningún pretexto, en el ejercicio de su derecho al sufragio ni a revelar su voto, se refiere a libertad de votar por quien uno quiera, no a la exención de la obligatoriedad, tal como sostiene el terrible   Roberto Rosario y otros, violadores impenitentes de la Constitución, y de las leyes positivas.   Además, jurídicamente, tiene que ser como lo expresa primeramente el aludido artículo 75, puesto que, un texto como la Carta Magna no puede establecer una norma en un artículo, y derogarlo en otro, tal como sería, si interpretamos el artículo 208, como contrario al artículo 75.

 

16- Roberto Rosario, en sus declaraciones habla de que un 70% de los dominicanos vota sin necesidad de obligarlos, pero omite aclarar, que de esa cantidad, más de un 40% vota sin conciencia, pero si impelidos, por el clientelismo, por el rentismo, por romo, picapolllos, electrodomésticos, hojas de zinc, fundas de cemento, compromisos económicos, por miedo a perder un empleo, el bonos gas y demás bonos, y por la compra de votos, que son todos medios de corrupción, que queremos eliminar con el establecimiento del voto obligatorio.

 

¿Qué pinta Hipólito en todo esto?

 

17- Pues bien…, Ya he advertido que en nuestro país (RD), las reformas a la Constitución y la creación de leyes positivas, obedece al interés de las clases gobernantes en conjunto (las que supuestamente están en la oposición, y las que nominalmente ostentan la dirección del Estado).   Estas reformas y creaciones, nunca se han hecho para beneficiar al colectivo, es decir al pueblo.  En consecuencia, si se está debatiendo una ley de partidos, estos poderes ya están maquinando para que esa ley resulte en favorecer sus intereses, pero también, están estudiando si le conviene o no, el establecimiento del voto obligatorio.

 

18- Al efecto, ya me figuro a Hipólito Mejía (un asimilado y servil de esas élites después de haber conseguido dinero y poder), reunido en privado y al margen del PRM, con Pepín Corripio, los Vicini, sus amigos banqueros y empresario dueños absolutos del país, pero también, con sus canchanchanes políticos, como Amable Aristy Castro, Euclides G Felix, Reinaldo Pared Pérez, Danilo Medina y su círculo intimo (del cual, ya él es parte), para en confabulación tomar la decisión que más convenga a sus intereses, en cuanto a la ley de partidos y la ley electoral, de esta última, específicamente lo relativo al voto obligatorio.

 

Conclusión

19- Me adelanto con esta denuncia, porque nuestro PRM, está inclinado a favor del voto obligatorio, pero como Hipólito (ya hemos visto en varias ocasiones), se pronuncia en contra de las decisiones de Partido, para favorecer a otros intereses, consecuentemente, tenemos que estar a la expectativa de sus pronunciamientos cualquiera que esos sean, para que no nos coja asando batatas o de tontos útiles a las causas suyas y a la de sus amigos y canchanchanes, las cuales, nada tienen que ver con un proyecto duartiano de nación, que por ende,  beneficie a nuestro pueblo.

 

Posdata:

20- En estos días la prensa ha resaltado el pronunciamiento del expresidente Mejía considerando muy difícil que las nuevas generaciones de políticos desplacen su liderazgo o el de Leonel Fernández; en lo que argumentó, que los sectores que critican a los políticos de su generación tienen pocas probabilidades de triunfar en sus aspiraciones.  Esta declaración del «líder Mejía», lo retratan de cuerpo entero, dejando saber a las claras, lo egoísta que es, pero además, lo engreído y equivocado que está. Ahora mucha gente entenderá el porqué, en las elecciones pasadas no se empleó a fondo para que Luis Abinader llegara al poder, sino, que más bien se confabuló con Medina.  En su angurria por dinero y poder, él ha obstaculizado el surgimiento del relevo generacional, algo que debió de darse de manera natural para bien del Partido y del país.

 

21- Esta ambición enfermiza de Mejía por el poder (tal como la tuvieron, Báez, Lilis, Horacio Vásquez, Trujillo, Balaguer, Leonel y ahora Danilo), se puede relacionar con aquella frase «estoy haciendo cocote», o «estás haciendo cocote».  La misma se usa en nuestra cultura popular, para tipificar la conducta de alguien que piensa y actúa, compulsivamente todo el tiempo (noche y día) en la consecución de algo, tal como lo está haciendo Hipólito con su obsesión de volver a presidente…o sea, Hipólito está haciendo «cocote» con volver a ser presidente de la República…Entonces, por asociación, podríamos trasmutar el «llegó papa», por llegó «papa cocote» o simplemente, por, «llegó cocote», ¿Que os parece?

 

A mis lectores, les dejo la palabra.

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