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OPINION: Nueva estrategia Acuerdo Santos FARC
Aunque el fracasado socialismo del siglo 21 es el mismo desastre del viejo comunismo, por lo menos, para aplicarlo, los marxistas reciclados han descartado, al parecer, la vía violenta para la toma del poder.
El acuerdo para la Paz a que arribaron las “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia” FARC, con el régimen de Juan Manuel Santos, se enmarca en esa misma estrategia.
Luego de haber pasado por encima de un montón de cadáveres para acceder al poder, con su antiguo método violento y criminal de tierra arrasada contra el “viejo orden burgués”, los comunistas del siglo 21 se muestran como mansas palomas mensajeras de paz, amor y redención, y ahora quieren el poder por medio de elecciones democráticas preparadas sanamente, por sus antiguos enemigos capitalistas.
Al comprobar que la dictadura del proletariado fue un infantil disparate que quedó para siempre desacreditado y sumamente impopular, por sus pesarosos resultados, se inventaron este nuevo accionar que consiste en jugar a la democracia que tanto han odiado y combatido, tomar el poder por medio del voto, para luego traicionarla, amañándolo todo, tratando con ello el control total de las instituciones del Estado, con el mismo fin totalitario, pero mostrando una imagen “democrática”.
Así vemos con asombro, como los países que componen el ALBA, que son el resultado de esta última estrategia, todos tienen gobiernos de larga data, pues han aplicado lo explicado anteriormente, logrando controlar todos los poderes institucionales, utilizando todas las trampas habidas y por haber, para hacerse con todo el poder con el fin de no soltarlo nunca.
Junto la clásica dictadura castrista, los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, no han mostrado tener la disposición de ceder en el control de las instituciones, y lo que muestran cada día es su intención de apretar mas el amarre que le tienen a cada una de ellas.
Los ejemplos sobran: en Venezuela, los chavistas, luego de haber controlado el congreso unicameral por unos 10 años desde el 2005, lo perdieron en las últimas elecciones legislativas, celebradas el pasado 6 de diciembre del 2015, pero hicieron lo imposible para aniquilarlo y convertirlo en algo inoperante, que no puede legislar porque de antemano todas las iniciativas que vayan a favor de restablecer el estado de derecho, serían bloqueadas.
En Nicaragua se da una situación parecida, pues hace unos meses fueron expulsados del congreso unos 28 diputados de la oposición, irrespetando con ello la voluntad de los electores que los escogieron para que los representaran en esa instancia legislativa.
Esos 28 diputados fueron electos en 2011 como representantes de opositor Partido Liberal Independiente (PLI) y fueron oficialmente destituidos de sus escaños por orden del Consejo Supremo Electoral (CSE), acatada por la Junta Directiva de la Asamblea Nacional, controlada por los diputados del Frente Sandinista de Liberación Nacional, (FSLN)
En Ecuador y Bolivia, se han dado situaciones similares que en su momento crearon incertidumbre y malestar, por acciones antidemocráticas contra la libre expresión, y la libertad de prensa y otras violaciones a los derechos humanos, con las que han logrado fortalecer sus posiciones de fuerza en contra de sus opositores democráticos, que ingenuamente y de buena voluntad les permitieron conquistar el poder sin ponerles ninguna traba siendo sorprendidos en su buena fe.
jpm