OPINION: Mal de amores

Me embriagué en “mal de amores”, de nostalgias.
Fue una bohemia fantástica, mágica, de gente adulta que rejuvenecía en una melopea
o en una melodía citadina.
(Dicen que recordar es vivir. Y es verdad)

Bohemia con gente buena, de buen gusto, que toma la vida en cada trago sin que le
sepa amargo. Y cada canción es un motivo para bien vivir olvidando los años que
pasaron con la prisa del verano, reflejado en las cicatrices que va dejando.
Gente que brinda una y otra vez por los amigos, por estar juntos, por cantar a coro
desafinado, sin importarle un carajo.

Gente que reía y compartía la vida en cada verso de una canción, levantando su copa
con emoción. (“Que me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su canción”)
Una bohemia de amor por el amor, de amor del bueno, del que se entrega en una
canción, y se olvida en la próxima.

Amores extraños de esos que invitan al suicidio y a la vida,
(“porque amores que matan nunca mueren”)
Teresa cantando con un gusto que le sale del alma canciones en “mal de amores”,
donde por desgracia no hay navajas para cortarse las venas, y “morir por un momento,
pero sólo por un momento”, como dice José Antonio.

Teresa canta y emborracha, Ramoncito se hace acompañar de su fina guitarra, Francis
se sumerge en un mundo incognito, mitológico, cantando “recuerdos”, al estilo de
Miltiño, luego “nostalgias”, con un llanto hondo, melancólico y profundo como suele
ser el tango, Che. No hizo falta el bandoneón porque su guitarra es un corazón.

(“Nostalgias, de escuchar su risa loca y sentir junto a mi boca como un fuego su
respiración. Angustia de sentirme abandonado y pensar que otro a su lado pronto,
pronto le hablara de amor…”)

Y mientras me sumerjo triste en mis propias nostalgias me pregunto ¿dónde se perdió
el amor, dónde el buen amor, dónde fue a parar lo bello, lo hermoso, lo romántico?
¿Qué pasó con el bolero que permitía tomar sensualmente por la cintura a la mujer
deseada desde la distancia de un tambor?

Diomary –la mala- no pudo más; era demasiado para su bohemio corazón. Más mala
que nunca se levanta, quiere cantar, pero Teresa la estremece al igual que a los demás
con “No Me Quitte Pas”, (No me dejes, no). Y en ese instante el mundo se detiene; el
mundanal ruido hace silencio. (“Por ti inventaré las palabras que te harán enloquecer,

y te hablaré de aquellos amantes que una y otra vez ardieron de amor. No te vayas,
no, no te alejes, no, no me dejes, ¡no!”)
Noche de tragos, de canciones cantadas con el alma,
de guitarras rasgando en cada nota nostalgias de dolor,
bohemia de espontáneos aplausos, de una multitud pequeña creciendo en las
entrañas.

Gente cantando sin ser cantante, gente viviendo en un país donde la vida cada vez vale
menos.

PD; La Ciudad Colonial se ha convertido en un espacio interesante, donde los
ciudadanos tienen espacios para caminar, pasear, detenerse en cualquier bar,
restaurante, tarantín, museo, cafetería, galería de arte, Casa de Teatro, “Mal de
Amores”, “Jalao”, parques, la Catedral, Plaza España, Sabina Bar, etc., sin temor a ser
violado o atracado porque han aumentado considerablemente los niveles de
seguridad.

of-am

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