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OPINION: Maduro coloca Almagro a la defensiva en OEA
La OEA, actualmente reunida en Santo Domingo, capital de la República Dominicana, en el marco de su 46ta asamblea general, donde trata diferentes temas, ha acogido una solicitud de Venezuela para evaluar el comportamiento de su Secretario General, Luis Almagro, con respecto a la crisis que acogota a ese país, lo que demuestra como las dádivas y las facilidades petroleras usadas como armas para comprar voluntades, están produciendo los efectos planeados.
De inmediato esto fue celebrado como un triunfo por el régimen de Caracas. La votación para lograr la declaración para evaluar el «respeto a la institucionalidad y normativas de la organización» por parte del Secretario General, fue de 19 votos a favor, 12 en contra, dos ausencias y una abstención.
«Se ha dado una votación histórica», dijo de inmediato la canciller venezolana Delcy Rodríguez en conferencia de prensa, quien presentó la propuesta por considerar que el diplomático uruguayo “ha usado su función y el presupuesto de la OEA para atacar al gobierno venezolano y al presidente Nicolás Maduro”.
Todo sucede en el contexto de peligro que se encuentra Venezuela de ser expulsada del organismo regional por sus violaciones constantes a la institucionalidad democrática y demás derechos y libertades publicas vulneradas durante 17 años de gobiernos chavistas.
Siempre se ha dicho en los círculos izquierdistas, que la OEA es un organismo al servicio del ‘imperio”, y que por lógica sirve a sus intereses. Esa retórica prevaleció durante la guerra fría y hasta hoy esas voces la siguen acusando en tal sentido. Este es uno de los principales obstáculos por lo que ese organismo no ha tenido mucho éxito en conseguir algún logro positivo, en relación al conflicto que ha enfrentado
Venezuela desde que el extinto caudillo Hugo Chávez, asumió el poder en 1999.
El anterior Secretario General, José Miguel Insulza (“el insulso” como una vez lo llamara Chávez), antes de terminar su largo mandato de 10 años, refiriéndose a Venezuela, afirmó que allí era necesario un diálogo, porque la situación económica, política y social era muy critica, considerando que un país dividido estará siempre muy amenazado y que la OEA habría querido jugar un papel mas importante, pero Venezuela se negó al diálogo incluso a uno propuesto por sus socios de Unasur.
Sin embargo es ahora, cuando el gobierno de Maduro se ve con la soga al cuello, que surge la iniciativa de diálogo impulsada por el susodicho. Ahora le conviene el diálogo porque con el puede ganar tiempo, mientras utiliza a los árbitros o moderadores escogidos por él con la anuencia de la Unasur, de tontos útiles a sus servicios. Unasur, Leonel Fernández, Martín Torrijos y Rodríguez Zapatero, son afines al chavismo, por lo que no son bien vistos por parte de la oposición.
Con el diálogo el gobierno de Maduro busca la no celebración este año del referéndum revocatorio, ya que si se celebra en 2017, cuando una salida de Maduro no significaría la celebración de elecciones, sino que el vicepresidente completaría lo que queda de mandato hasta 2019.
Los inéditos deseos de dialogar a su manera, del inefable gobernante, surgen luego de la iniciativa de la OEA, de apelar a la Carta Democrática, una herramienta del organismo que fue aprobada el 11 de septiembre de 2001, en sesión especial de la Asamblea de la Organización de los Estados Americanos –OEA– en Lima, Perú.
La Carta Democrática es un instrumento que tiene como objetivo principal, el fortalecimiento y preservación de la institucionalidad democrática, al establecer que la ruptura o la alteración de esta, que afecte gravemente el orden democrático, (como es precisamente, lo que está ocurriendo en Venezuela), constituye un obstáculo insuperable para la participación de su gobierno en las instancias de la OEA.
Como es harto sabido, el gobierno venezolano ha tratado constantemente, a través del Tribunal Supremo de Justicia, de boicotear todas las iniciativas de la Asamblea Nacional, en un intento sistemático de anularla como institución, solo porque es dirigida actualmente por la oposición. Todas las propuestas legislativas surgidas del congreso unicameral han sido anuladas por ese organismo judicial, dominado completamente por chavistas al servicio del régimen.
Por otro lado, solo un cambio de modelo económico y una buena administración, pueden revertir la precaria situación que vive ese rico país en fuentes petroleras, hoy sumido en una terrible pobreza fruto del populismo, la dejadez, el estancamiento de la producción de su principal riqueza natural, y la aplicación de políticas macroeconómicas erradas que van contra el crecimiento económico y el progreso.
jpm