OPINION; Los desafectos de la política
Hace rato que la crisis de la gerencia de los partidos políticos –no de ellos per se, sino de sus jerarquías-líderes- entró en una fase definitoria bajo el doble telón de fondo de dos aspectos nodales (en parte, de la veinteañera Ley de Partidos Políticos): a) campaña a destiempo de cara al 2020; y b) debate -o medición de fuerzas internas- a través del tema -¿o cuento chino?- de si primarias abiertas o cerradas versus simultaneas o diferidas. Y no hay un partido político o “ventorrillo político”, de oposición o no, que esté al margen de ese rejuego –de la clase política- que esconde lo que ya dije: crisis de sus gerencias.
Y ese disimulo, ha asumido dos modalidades de discurso político-estratégico: la del debate -opinión jurídico-constitucional- que, ya alguien dijo no deja de ser una forma de obviar el fuero-jurisdicción de una de las Altas Cortes, mientras que la otra, es un juego de máscaras o de fuegos artificiales, entre disímiles voceros, que, quiera Dios, no termine cerrando una fábrica.
Sin embargo, de esos signos de confrontación y escaramuzas políticas, no hay partido político “mayoritario” al margen, pues, como he sostenido, la crisis de gerencia, en esas organizaciones, es extensiva a todas, y por ello, en el fondo y en la superficie, son, en término gráfico, una suerte de claques que no pueden soltarse de las manos, so pena de irse de bruces…
No obstante, debería haber, y no lo veo, en medio de reyertas y fuegos cruzados (o dimes y diretes), algún ala del espectro político nacional que abogue por la urgente institucionalidad democrática en los partidos políticos, pues, allí, ya no hay árbitros o dirigentes centrado-plantados en esos principios (doctrinarios-filosóficos), sino, seguidores -incondicionales-coyunturales- de líderes, jerarquías y candidatos. Y así, todo se diluye en las aspiraciones y ambiciones de esa clase política -y sus líderes-, que hace rato naufraga en su propia crisis -de déficits de democracia interna-, descrédito universal y perpetuidad hegemónica sin relevo (y ni hablar, siquiera, de refrendación eleccionaria).
O quizá, juegan-apuestan, cual ruleta rusa, al surgimiento, no previsible; pero latente, de un movimiento o figura política que los desaloje y expulse, de cuajo y para siempre, del control del poder (ese mismo del que la oposición política y mediática –y, sobre todo, los poderes fácticos- disfrutan también). Y algo mas -¿o peor?-, que el clientelismo político de hoy dé paso, vía un líder cualquiera, al trasnochado populismo o, sindicalismo político (ya sea de izquierda o de derecha).
Pero, ellos sabrán a qué juegan…
lei el arti**** de abajo hacia arriba para poder entender el metamensaje, esta claro que es una fotografía del mismo pld al cual pertenece el articulista, no se si es con toda la mala fe, pero si deja claro de la crisis del liderazgo politico dentro del partido gobernante por puro interés personal, no ideológico, ya que el pld es un partido sin ideología como lo demás, no voy hablar de la oposición porque esta no existe, y si existiera un asomo de oposición el propio gobierno se encarga de tirar las bocinas para desacreditarla.