OPINION: La grandeza de Johnny Ventura
POR FRANCIS ANTONIO LORA RAMÍREZ
Los seres humanos solemos hablar de muchas cosas: de las vivencias personales, de las historias y testimonios que otros nos han contado, y de las cosas que hemos conocido a través de la radio, la tv, los libros y los diarios.
Las vivencias, como es sabido, derivan de hechos verosímiles, las cuales, conservamos vivas, con los años, en nuestra memoria: con sus texturas, y colores particulares, innegables.
Las historias y testimonios, por su lado, tienden a ser relativos, por los puntos de vistas, variopintos, que de una u otra forma convergen, en lo que se pretende dar a conocer… Creíbles o no, son las versiones fieles de quienes en su viva voz nos las contaron.
Aquellas historias, sin embargo, que de algún modo hemos leído, cumplen un rol complementario. Todo va a depender de cada cabeza; y como cada cabeza es un mundo: del grado de raciocinio, madurez, y finalmente, de los créditos que en lo personal les demos.
Es por eso que rara vez, en la vida del común de las personas, suelen verse en un solo plano: rasgos humanos, artísticos, distintivos y singulares. Eso, humanamente se ve como algo normal, y en cierto modo lo es, y se valora y entiende como tal, por ser rasgos y dones exclusivos de personas premiadas por el cielo.
Juan de Dios Ventura Soriano, es una de esas pocas personas. Su biografía, las notas de prensa, los testimonios de la gente (de aquí y allende los mares), dan cuenta de ello. De ahí es que la desbordante manifestación de cariño y afecto, expresados a su persona, sea inmensa: durante su vida, y aún después que se conociera la triste noticia de su muerte, el 28 de julio de 2021, en Santiago de los Caballeros (Rep. Dom.)
La grandeza que de este hombre creímos conocer, los dominicanos, no es ni la mitad. Con su muerte se descorrió el velo, dejando ver a plenitud, la vida y obra de este filántropo dedicado a tiempo completo a las mejores causas del pueblo dominicano.
Ahora podemos entender, claramente, por qué Johnny Ventura nunca asumió en serio su retiro (varias veces anunciado) de la vida social y del arte, aun teniendo razones demás para hacerlo, como, por ejemplo: dedicar más tiempo a su familia; cerrar la etapa de su dilatada trayectoria artística de más de medio siglo; la fama, el éxito, el confort, su edad, etc.
Johnny Ventura no solo supo sacarle el mejor provecho a “su vida”, a sus talentos y carisma, sino que además pudo descodificar su vida, y dotarla de un verdadero sentido, valiéndose de esas virtudes que siempre les adornaron. Así asumió: “el servicio; sí, el servicio desinteresado a favor de la gente”.
Temprano, Johnny comprendió que su vida no solo era suya, sino que también le pertenecía (aparte de su familia), al pueblo dominicano y al resto del mundo.
Al tiempo que escribo este artículo me llega a la mente la amistad entrañable que Johnny Ventura cultivara, por décadas, con el Doctor José Francisco Peña Gómez (dos almas gemelas), cuya misión y propósitos sociales, sin lugar a duda, fueron los mismos: ¡ayudar y servir a la gente!
Al igual que Peña Gómez, Johnny Ventura nunca olvidó, ni negó sus orígenes. Las cosas de su vida, en la adolescencia, que para muchos hoy serían motivos de burlas, vergüenzas, sinsabores, etc., él las declaraba, sin resquemor, con la plena conciencia, y la gracia que les caracterizaban. ¡Johnny rehuía al maquillaje, la pompa y la vanidad! ¡Vestía modestamente, y así hablaba!
La vida de Johnny Ventura, junto a su querida madre, le generó grandes y vívidas experiencias. Aprendió mucho de sus arrojos y dedicación al trabajo, cosas que asimiló, y mantuvo hasta el último día de su vida. ¡Cuánto puede el amor y la abnegación de una madre!
Johnny Ventura fue un hombre que siempre creyó en el matrimonio y la familia, por eso se esforzaba en trabajar, entre los suyos, valores como: el respeto, el amor, la bondad, la equidad, la honestidad, la humildad, la sinceridad, etc., porque sabía que a su tiempo recogería buenos frutos, como de hecho se puede apreciar de viva voz de su distinguida esposa, Nelly Josefina Flores, al referirse al tema.
Producto de esa encomiable labor de Johnny Ventura, sus vástagos hoy siguen sus huellas, como: “Los Potros del Caballo”, agrupación merenguera de primer orden, y exquisita, con la cual sus hijos aspiran a continuar con el legado de su padre, el Caballo Mayor, como dice Andy Ventura: “a paso fino” …
¡Paz al alma de: Juan de Dios Ventura Soriano, Johnny Ventura, nuestro querido “Caballo Mayor del merengue”, quien, pese a su inesperada partida, vivirá por siempre en el corazón y gusto del pueblo dominicano; y allende los mares… ¡Amén!
fancislora3@gmail.com
JPM
alguien me podría contestar…ustedes creen que johnny ventura y jf peña gómez eran realmente de origen haitiano…?
senores, seria muy bueno que los sellos del correo en la republica dominicana lleven la foto y el nombre en honor a johnny ventura