OPINION: Gobierno, economía y salubridad

A diario se percibe  la inconsecuencia de algunos políticos que a sabiendas de que la República Dominicana y el resto del mundo se debaten entre la salud, el contagio y la muerte debido al ataque persistente de uno de los virus más agresivos que la ciencia médica haya conocido en los últimos tiempos se dan a la tarea de desconocer las ejecutorias de las actuales autoridades.

Con apenas seis meses en la gestión del Estado dominicano, el Presidente Luis Rodolfo Abinader Corona, ha logrado cambiar el panorama de la vida dominicana.

Con su entusiasmo que le caracteriza desde que inició su carrera por alcanzar la nominación presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha demostrado tener mucha vocación social y de ser un verdadero servidor público.

Al obtener el solio presidencial nunca se ha amilanado ante las dificultades económicas y financieras heredadas de la pasada administración y los problemas de salud que agobian al país y al resto de la humanidad debido a la pandemia Covid-19.

En solo medio año ha sabido sortear las distintas dificultades sin el menor dejo de cobardía.

Ha mostrado auténtica empatía ante sus compatriotas, especialmente ante los más necesitados o  más vulnerables.

Ha sorprendido a todos, pues se le tenía de poca experiencia de Estado pero ha sabido ponerse a la altura de su investidura como presidente de todos los dominicanos sin discriminación, sin retaliación, solo movido por el interés de servir y transformar su país, en una nación prospera e institucionalizada, donde las leyes midan a todos por igual, donde el sol salga para todos y donde el pan llegue a los hogares más recónditos.

Al llegar con todos sus colaboradores a la casa de gobierno no ha descansado un solo día, pues sábado, domingo y días feriados los utiliza para inaugurar nuevas obras, asignar fondos a nuevos proyectos a lo largo y ancho de la República Dominicana, al extremo de escucharse algunas personas decir que se teme por su salud, ya que el Primer Mandatario no descansa un solo día por ver la nación dominicana dentro del concierto de países desarrollados económica y socialmente.

La economía y las finanzas públicas producto de una mala gestión de gobierno recién pasada, el Presidente Luis Rodolfo Abinader Corona las encontró alicaídas, acentuadas más aún por los efectos de la pandemia que ha mermado las actividades productivas, comerciales y de servicios de forma significativas.

Pero a pesar de ello, en lo inmediato dió el frente con su equipo económico aplicando políticas de flexibilidad monetaria y expansión fiscal con las que ha podido estimular los distintos sectores económicos y financieros de la vida nacional.

Sin prisa pero sin pausa, ha venido dando respuestas a las distintas vicisitudes que a diario afectan a todos los dominicanos.

Asiste a los dominicanos de menor suerte mediante programas sociales efectivos y eficientes a los fines de que no falte el pan de cada día en los hogares dominicanos.

Realiza nuevas inversiones en las distintas provincias que conforman el país a los fines de reactivar la economía.

Ante los asomos de aumentos de precios, producto de la pandemia que ha dado lugar al incremento de los precios de los insumos productivos, actúa a través del Ministerio de Agricultura sembrando los campos, valles y lomas y ya se anuncia que en dos o tres meses los mercados estarán debidamente abastecidos y por ende  los precios se comportan hacia la baja.

El sector turismo se reanima poco a poco y ya se registran más vuelos aéreos transportando turistas de países que no acostumbraban venir a las instalaciones hoteleras de la nación dominicana.

Realmente se experimenta un cambio en la forma de gobernar en la República Dominicana desde que el PRM y el Presidente Luis Rodolfo Abinader Corona dirigen los destinos del país.

Los actos del gobierno son aún más transparentes que antes, hay mayor celo o esmero en hacer las cosas con mejor calidad y prontitud.

Los funcionarios se concentran más en el cumplimiento de sus tareas diarias y cualquier ápice de corrupción las autoridades de ética e integridad actúan en el acto para poner coto a cualquier conato de irregularidades y debilidades propias de los seres humanos, pero a las no debe dárseles cabida.

Realmente se respiran nuevos aires, pues  hasta el sistema de comunicación gubernamental es más eficiente y abierto que antes.

Se procura que las informaciones económicas y financieras lleguen con mayor coordinación y oportunidad sin que se privilegie el maquillaje o la economía y finanzas creativas.

No es que se viva en un país de las mil maravillas pero de que las cosas han cambiado, han cambiado, reconociendo esto sin la mezquindad acostumbrada.

Aún falta mucho por hacer y por ver, pues el norte del gobierno de PRM y del Presidente Luis Rodolfo Abinader Corona es de transformar la nación dominicana en un país moderno, transparente, institucionalizado y de una cultura moral y ética diferente a los viejos tiempos. La justicia es hoy más independiente.

La salud tiene mayor cobertura para casi todos los dominicanos, en la actualidad son más las pruebas que se aplican para detectar el Covid-19, mayor la cantidad de habitaciones y camas hospitalarias y los medicamentos no falsificados llegan a  más necesitados.

Al llegar las vacunas estas darán mayor salud y confianza a los dominicanos, aún falta mucho por hacer pero se transita por un mejor camino donde sin lugar a dudas la población les dispensa más confianza a los hombres y mujeres que hoy administran la cosa del Estado.

Actualmente se tiene  un nuevo amanecer, una nueva República en la que no se volverá atrás ni para tomar impulso.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail, com

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