OPINION: El caso Omega
Por ALEXIS BARRERAS CORPORAN
A raíz de la denuncia hecha por la esposa del señor Peter de la Rosa, conocido en los medios faranduleros como Omega el fuerte, se ha intensificado el debate en torno a la violencia de género, delito que se ha propagado en el país. Resulta alarmante ver, leer y escuchar cuantas mujeres son asesinadas y maltratadas por sus parejas.
Omega es apresado, le conocen la medida de coerción, art. 226 del Código Procesal Penal, y le imponen prisión preventiva por la gravedad del caso. Luego el Ministerio Público solicita apertura a juicio, ya que la Fiscalía tiene medios de pruebas suficientes para obtener una condena.
El código penal sanciona la violencia de género art. 330,331 y 333. La fiscal es implacable con este tipo de delito y mucho más ante la conducta de Omega, que ya había rebosado la copa. Otro artista que también cogió su «pela» fue Vakeró por el mismo delito.
En la etapa del juicio le proponen el acuerdo parcial (art.366 del CPP), donde el imputado admite la acusación, le imponen una pena de 5 años de reclusión menor, una sentencia condenatoria (art.338 del CPP). Ahí se establece los criterios para determinar la pena (art.339). Luego el perdón judicial (art.340). Se le impuso un año y medio en prisión, con una suspensión condicional de la pena (art.341). Los 3 años y medio en libertad.
Como fue un juicio abreviado, la fiscal cumple con el acuerdo, van al juez de la ejecución de la pena y se valida el acuerdo. Lle ponen a Omega las siguientes condiciones:
Estar vigilado por la autoridad, visitar y firmar el libro, no usar drogas, ni consumir alcohol, tener un domicilio conocido, un garante. Todos esos requisitos debía cumplirlos. No lo hizo. Faltó y violó el acuerdo.
Violaciones, conducta desafiante, repudiable. Omega tiene problemas sicológicos y psiquiátricos y no se deja ayudar. Es su mismo comportamiento el que lo tiene en las ergástulas de La Victoria. Sostengo que Omega está quebrado económicamente; tiene demandas civiles por incumplir contratos, nadie cree en el.
Creo que Omega planificó eso ante las penurias que tiene. No le fían droga, le quitaron el vehículo, tiene demandas por incumplimiento de fiestas. Todos esos males le empujaron a creerse que es el fuerte. Sólo cabe decirle a él, que cambie de aptitud convenientemente aprendiendo a callarse y mantenerse en un perfil bajo.
En la cárcel de La Victoria que se encuentra aun bajo el viejo sistema penitenciario, Omega no se va a regenerar, sino por el contrario mantendrá una conducta más agresiva, repudiable e inadecuada, ya que allí hay tanta corrupción como en las calles del país: drogas, promiscuidad sexual, entre otras aberraciones.
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JPM