OPINION: crisis de Brasil, EUA y Venezuela

         Los gobiernos de Brasil, Estados Unidos de América (EUA) y de Venezuela atraviesan por crisis políticas, con características muy diferentes y con posibles soluciones similares.

El Presidente de Brasil, Michel Temer, quien en su condición de Vicepresidente, fue coprotagonista  del proceso que culminó con el “golpe de Estado” a la Presidenta Dilma Rousseff, gracias a lo cual se “juramentó” el pasado 31 de agosto, actualmente, se encuentra a un tris de ser sacado de la presidencia, por acusaciones mucho más graves: “corrupción, sobornos y obstrucción a la justicia”.

A esa crisis política se le adicionan los problemas económicos que están padeciendo los  brasileños: Incremento del desempleo, inestabilidad financiera, inflación en los principales productos  de la canasta familiar, rápido retroceso de un sector de la clase media y aumento de la pobreza.

Como consecuencia de esos problemas políticos y económicos, multitudes ya están protestando en las calles de diferentes pueblos exigiendo la renuncia del Presidente Temer, mientras que la oposición política, además de la renuncia, solicita la convocatoria a elecciones directas para escoger al sustituto.

Al evaluar con objetividad el conjunto de informaciones que nos suministran los medios de comunicación sobre la actual situación brasileña, todo parece indicar que se acerca el final de la espuria presidencia de Michel Temer, con peor situación que su traicionada Presidenta Dilma Rousseff, a partir de lo cual se presentarían dos opciones: la selección del sustituto por el Congreso o mediante elecciones directas. Con esta última opción surge  la posibilidad del regreso al gobierno del Partido de los Trabajadores con su líder Luiz  Inácio Lula da Silva.

Con respecto a los EUA, en los cinco meses del controversial gobierno,  está aflorando una crisis política como consecuencia de la agresividad del Presidente Donald Trump contra los medios de comunicación, su obsesión contra la investigación sobre Rusia y su campaña,  la forma en que destituyó al Jefe del FBI y los reveses cosechados en proyectos que envió al Congreso, tienen al Presidente Trump al borde de un impeachment o juicio político que podría sacarlo del poder.

El Presidente Trump es acosado por un 53 por ciento de rechazo popular, sectores del FBI, la gran prensa y parte del Departamento de Justicia, simultáneamente. Un sector de los legisladores republicanos no lo defienden y 180 de los 241 congresistas republicanos están en campañas reeleccionistas, por lo cual se le hace difícil a Trump  para detener la investigación, la cual ya cuenta con un Fiscal Especial.

Son múltiples los indicadores que apuntalan la posibilidad de un final de la presidencia de Donald Trump a través de un proceso similar al caso Watergate que sirvió de base para el juicio y destitución del Presidente  Richard Nixon, en agosto del 1974.

En Venezuela la crisis es profunda en lo económico, social y político. La situación se encuentra al rojo vivo. El gobierno del Presidente Nicolás Maduro, desde hace meses, resiste el agresivo acoso del bloque de partidos de la oposición, del Congreso Nacional, de organizaciones de la sociedad civil y una presión internacional de envergadura que  lideran la OEA, EUA y varios gobiernos de América y Europa, incluyendo al Vaticano.

La propuesta que hizo el Presidente Maduro para realizar una Constituyente como procedimiento para superar la crisis fue, categóricamente, rechazada por toda la oposición.  El diálogo para arribar a una salida  pacífica que gestionaban cuatro ex presidentes parece que fracasó.

De acuerdo a las “informaciones” que nos ofrecen los medios de comunicación y redes sociales, a la crisis venezolana le quedan dos alternativas: La realización de elecciones generales anticipadas o la salida del gobierno de los chavistas con  Nicolás Maduro a la cabeza a través de un golpe de Estado y de una lamentable guerra civil.

Estos tres casos que, sucintamente, analizamos contienen una importante lección en cuatro aspectos, que sugerimos valorar: a) En esta época, los pueblos están, cada vez, más empoderados de sus derechos y usan disímiles mecanismos y procedimientos para hacerlos prevalecer.

  1. b) Los avances de tecnologías,  de la informática, de los medios de comunicación y las redes sociales son instrumentos que se están utilizando con eficacia en las luchas populares.
  2. c) Los gobiernos están compelidos a satisfacer las expectativas de  sus gobernados mediante la implementación de  buenas prácticas y transparencia en la administración de los erarios de sus respectivos países.  Y,
  3. d) Los Presidentes y funcionarios que, borrachos con las alturas del poder, subestiman a los adversarios, son permisivos ante  acciones corruptas y abusadoras, que se enajenan la realidad económica y social, se desvinculan de sus plataformas políticas y de los aliados que les sirvieron de trampolín para llegar al poder, corren el riesgo de perder el poder mucho antes de lo previsto y,  políticamente, humillados.
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