OPINION: Con Haití, comercio e inteligencia, solo se gana

En la semana recién transcurrida, los periódicos reseñaron ampliamente la evaluación mundial que sobre la calidad de la educación rindió el último informe del Foro Económico Mundial, el cual revela, que de 148 países evaluados, la RD ocupa el lugar 146 en la calidad de su educación y con mayor atraso social. Estos bajos indicadores se dan, a pesar de mantener la República Dominicana, un nivel de crecimiento económico muy superior al promedio de América Latina, y de que en la actualidad, supuestamente, se invierte el 4% del PIB en la educación.

En nuestro país, los resultados de esta mala educación es agravada, por la politiquería populista del gobierno, en lo que, como en el caso actual, se nombra Ministerio de educación, a un individuo, que nunca en su vida ha sido maestro, y que de ninguna manera ha estado ligado a este apostolado, por lo que su vocación por el magisterio y conocimientos para el desempeño de ese ministerio son limitadísimos, y porque el presupuesto destinado a la educación, no se invierte correctamente.

Además, contribuyen a la permanencia de la pobreza educativa mencionada, muchos otros factores, entre ellos, la pobreza en que crecen la mayoría de nuestros niños, quienes debido a la falta de alimentos balanceados, para el optimo desarrollo cerebral, sufren una significativa disminución de la materia gris, encargada de procesar la información en el cerebro, lo cual, tal como ya planteó Lidio Cadet, se concretiza con el dicho: «el mal «comio» no piensa».

En nuestro país, esta tara biológica, impide por arrastre, que nuestros estudiantes, su en mayoría, desarrollen las habilidades cognitivas del cerebro, lo que lógicamente, condiciona a los afectados, para el no dominio de temas abstractos y hasta del sentido común, lo que se refleja en la pobreza académica y cultural, y hasta en la calidad humana, de los que logren carreras universitarias.  Estas deficiencias, tienen muchas veces, efectos y consecuencias aterradoras, cuando una persona que se ha hecho profesional en una mala universidad, se tira a la calle a «buscárselas», en una sociedad donde impera el «sálvese quien pueda» y en la que, la ignorancia le da por enseñorearse como experta, en temas que ignora completamente, pero que se abordan con ínfulas de erudito.

Esta pedantería, son los casos que se vienen dando, desde que un juez del Tribunal Constitucional, que trajo al país 29 mil haitianos en el deleznable negocio de la trata humana, emitiera la Sentencia 168/13 que desnacionaliza a dominicanos de ascendencia haitiana de quinta y cuarta generación, cuya dominicanidad se fundamenta en un Jus Soli de cien años de sus ancestros. Este es un tema simple a la luz de lo jurídico, pero complejo, cuando es distorsionado para sacar ventajas políticas, y contaminado por la ignorancia, los prejuicios, la politiquería, el abuso de poder y el racismo.

Originalmente, la sentencia aludida, solo tenía una motivación política, la cual era, restar a un Partido de oposición el sufragio favorable de unas 300 mil personas, de ascendencia haitiana.  Pero los ideólogos de ese plan, dado que la desnacionalización es una cuestión de derechos humanos, no tomaron en cuenta, la repercusión nacional e internacional de su aplicación.  A los juristas a cargo de la elaboración de ésta nefasta sentencia, se les escapó, que la República Dominicana, es signataria desde 1969 de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), lo que nos obliga a aceptar de manera definitiva e inapelable, los fallos de esta Corte sobre derechos humanos, y que además, sus fallos no pueden ser impugnados o revisados, porque los tratados internacionales como este caso, adquieren una jerarquía superior a las legislaciones internas, valga decir, sobre La Constitución y Leyes adjetivas, por lo que no se puede invocar a las mismas, para rechazar un fallo, emanado por este tribunal internacional.

Por las razones expuestas en el párrafo anterior, el rechazo de la CIDH a la desnacionalización que impone la sentencia 168/13, obligó al Estado dominicano, a buscarle una salida a la problemática planteada con otra sentencia, la cual ha venido a ser la 169/14.  Con esta sentencia, ya tenemos sobre el tapete dos temas: la Regulación de inmigrantes y el de la desnacionalización aludida por la sentencia !manzana de la discordia!.  Pero sucede, que el gobierno de Danilo Medina, inmerso como está en la campaña electoral para su reelección, «sabichosamente», ante un pueblo sin dominio de éste asunto jurídico, ha logrado, fundir los dos conceptos en uno, de forma tal, que solo se habla de Regulación, en lo que se invoca la soberanía del país, situación ésta, que confunde a una mayoría jurídicamente analfabeta, que por amar verdaderamente a su patria, confundidos y hasta temerosos, los han llevado a adherirse a la agenda política del gobierno y de todos sus oportunistas a sueldo o  con botellas, botellones y botellitas en nominas y nominillas y favorecidos con toda clases de privilegios.

El talento sin probidad es un azote

Como hemos visto, los reeleccionistas actuales, en torno al tema precedente de la Regulación y desnacionalización, han logrado dividir al país, entre traidores y patriotas.  Y mire usted, que con esta estrategia política han sacado buenos beneficios internos, más no así, internacionalmente.  En este maremoto de opiniones y de sentimientos exacerbados, los patriotas de pacotilla, como los Vinchos, sus adláteres y altos funcionarios danilistas y leonelistas, han logrado hacerle al país un daño inconmensurable a nivel mundial, entre hacer un papel de estúpidos, o el de una nación, que no está a la altura de los nuevos tiempos. He aquí donde se ha puesto de manifiesto, las deficiencias académicas, culturales, de desarrollo cognoscitivo, de formación humana, y hasta la pedantería que hemos tratado en párrafos anteriores.

En este asunto migratorio y de la desnacionalización de los dominico-haitianos, ¿cuántos profesionales, usted cree, que por pago, incurren en la desfachatez de ponerse al servicio de una causa, que ellos saben es una gran falsa, porque a sabiendas han retorcido y tergiversado este tema? ¿O cree usted amigo lector, que los plumíferos a sueldo que dicen apoyar la desnacionalización que impone la ley 168/13, ignoran los asuntos que hemos tratado, respecto a los vínculos y obligaciones de un Estado, cuando se hace signatario de un tratado de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos?  No señores, ellos lo saben, lo que pasa es, que el talento sin probidad es un azote.  Por ejemplo, Vincho sabe de este tema y mucho más, pero es un hombre que como he dicho anteriormente, sabe mucho de leyes, pero nada de justicia.  Vincho nació malo y lo seguirá siendo hasta el final de sus días. A este hombre, verdaderamente, el demonio de Trujillo se le ha «montao».  El es como dice la Biblia: «Hay hombres que no duermen a menos que hagan el mal, y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno. Porque comen pan de maldad, y beben vino de violencia».

La ignorancia es atrevida

En cuanto al fárrago de graduados en primaria, así como también de «sapientes bachilleres» y ciertos profesionales, que vienen opinando sobre este tema, como si fuesen eruditos en la materia de Derecho Constitucional y Derecho internacional, ello sucede, porque definitivamente, la ignorancia es atrevida.  En esta discusión, hemos visto a una pléyade de ciudadanos «circuncidados» por la ciencia jurídica, despacharse enfrentando a las lumbreras de nuestra patria y a otros eminentes profesionales con maestría, PhD y doctorados.  Por ejemplo, en New York, el cónsul Eduardo Selman, domina tanto el campo jurídico que nos ocupa, tanto o más que a su propia profesión de arquitecto.  Juristas como Negro Veras, Cristóbal Rodríguez, Manuel Atienza Rodríguez, las disidentes de la Sentencia 168/13, Magistradas Katy Miguelina Jiménez e Isabel Bonilla Hernández, entre otras eminencias jurídicas, e historiadores como Hugo Tolentino Dipp, Frank Moya Pons, Roberto Cassá y Bernardo Vega; por igual,  eminencias como la socióloga Rosario Espinal, son chivitos «jartos de jobo», frente a él y frente a sus amigos, Frank Cortorreal, José Tomás Pérez, José Aníbal   Castro, Gregorio Morrobel, Máximo Padilla, Rolando Robles, César Medina, Julio Martínez Pozo, Félix Bautista, Euclides G. Félix, Víctor Díaz Rúa, congresistas como Prims Pujals, y Sonia Mateo, esto sin olvidar a los foristas, Luzclarita, Lorgo el imbatible, El zafacón, Máximo Doleo, Juana Taveras, la soga, y por supuesto, también frente a los Vinchos, todos estos profesionales son no más-según ellos- que unos ignorantes y traidores a la patria.

En este capítulo de la descalificación, la cosa es tan fuerte, que en New York un mecánico, metido a comunicador, hasta se atrevió a descalificar para hablar de los temas migratorios y de nacionalidad, nada más y nada menos, que a la socióloga Rosario Espinal, a quien la llamó estúpida, enrostrándole errores e ignorancia en los artículos que ella escribe, y hasta de manera vulgar, llegó a compararla con la gata de Ramonita, la que según él, de todas formas grita.

Para mas, aquí en New York, hay un economista peledeistas, que primero invoca al Espíritu Santo y a Bosch, para hablar del tema migratorio y de la desnacionalización: !Oh Bosch!, cuan grande y visionario fuiste, nos diste el ejemplo y nos enseñaste la verdad y el coraje de defender la dignidad y la soberanía de la patria. Hoy enarbolamos junto a tu ideal y pensamiento, nuestros puños para defenderla. Atrás los traidores! Viva la República Dominicana! Soberana e independiente.

Después de esta proclama, este economista nos dice: «los haitianos no son nuestros amigos, son nuestros enemigos naturales que lamentablemente compartimos la misma isla. No hay nada que negociar ni dialogar con Haití. Debemos cerrar las 14 aduanas fronteriza y no comercializar con ellos, hasta que nos respeten».  ¿Usted había visto semejante lumbrera de economista? ¿Usted había visto el diablo?  Pero déjenme decirle, que este profesional, olímpicamente evita criticar la práctica antibochistas, de los que han llegado al poder para hacerse rico con los fondos públicos, que abusan de la autoridad en perjuicio del pueblo dominicano, y que ocultan al país hechos sucios o inmorales. Su silencio ante esta práctica antiboschista es obvia, porque él, es un defensor fundamentalista de los corruptos, Leonel Fernández, Félix Bautista, Víctor Díaz Rúa, entre otros de esa calaña de depredadores.

En defensa de la soberanía

En 1963, en meses posteriores al golpe de Estado contra el gobierno constitucional presidido por Juan Bosch, la oligarquía dominicana compuesta por los barones del azúcar, latifundistas, banqueros, y poderosos empresarios, en confabulación con la jerarquía de la Iglesia católica de aquel entonces, y por los militares más reaccionarios y criminales, formados en la famosa Escuela de las Américas, prepararon el terreno para aquel nefasto golpe de Estado, con continuas manifestaciones callejeras y mítines dizque de reafirmación cristiana, lo mismo que por una aviesa propaganda por radio, televisión y prensa, en los que se difamó a Bosch y a su ejemplar gobierno, acusándolo de implementar una constitución comunista.  Sobre las mentiras, en que se basó aquella propaganda, para ejecutar un crimen contra la patria, no nos vamos a explayar en esta ocasión, porque ello sería llover sobre mojado, pero sí observaremos la relación que hay, entre aquella sucia campaña para derrocar a un gobierno constitucional, y la campaña presente llevada cabo por el Presidente Medina en el seno de un pueblo semi-analfabeto y hambriento, para con tergiversaciones y retorcimientos infinitos, sobre el tema migratorio, ciudadanía y desnacionalización, lograr mezquinos objetivos políticos.

En esta cruzada, dizque por la defensa de la soberanía dominicana, invocan un patriotismo, que nunca asumieron para defender nuestra patria de reales poderes depredadores, que a las claras, sí, atentan directamente contra la soberanía de la nación.  Si este fervor por la soberanía, estos grupos lo hubiesen ejercido frente al contrato de la Barrick Gold, frente a la venta vil de Bahía de la Águilas, de nuestras playas y empresas estratégicas, frente al endeudamiento irresponsable, frente a los contratos sombras tan onerosas al país, frente a la corrupción rampante entre tantos otros desafueros, que conducen a la pérdida de la soberanía, entonces, la República no estuviera pasando por el calamitoso estado en que está, ni enfrentaría en el futuro, el destino bien amargo y duro, que le espera.

En defensa de la patria

Estos grupos fundamentalista, que se han constituido, dizque para defender la patria, aún no se han dado cuenta, que ellos, al igual que lo fueron las masas desposeídas y excluidas socialmente en 1963 previo al golpe de Estado contra Bosch, en este momento, están siendo acicateados y a la vez, manipulados y utilizados por los sectores del establishment de hoy, para lograr perversos objetivos políticos con los temas relativos a la migración de haitianos y a la desnacionalización de dominico-haitianos y de otros temas, del dominio del Derecho Constitucional y del Derecho Internacional.

Yo he emplazado y sigo emplazando a los nacionalistas y patrioteros, que están dizque defendiendo la patria y su soberanía, a que me digan ¿a cuál patria defienden?  Los pobres dominicanos no tenemos patria, puesto que somos excluidos de los derechos fundamentales que como dominicanos nos corresponden.  Aquí, allá y acuyá, solo los ricos dominicanos tienen patria. Solo ellos se benefician de tierra, mar y aire de aquella porción de territorio. Esa patria, es solo de los ricos, de los empresarios, de los latifundistas, de los dueños de bancos, de los dueños de grandes comercios, de los potentados, de los empresarios extranjeros, de 20 familias y de los desaprensivos políticos peledeistas y de otras parcelas políticas, que se lo han repartido entre ellos.

En ese país nuestro, los excluidos de la fortuna no tenemos nada, por esas razones, una gran mayoría ha tenido que emigrar, porque de quedarse, la miseria con hambre y todo tipo de carencias, privaciones e injusticias, ya hubiesen matado a muchos.  Recordemos que de allá han salido más de dos millones, y que no han salido más, porque no han podido.  Ese país, solo es nuestro nominalmente, es tan así, que hasta el pequeño lugar donde se nos ha de enterrar, tenemos que comprarlo, y si no podemos, porque la pobreza no los impide, entonces nos queman o tiran nuestros huesos a una fosa común. Entonces, esa cacareada defensa a la patria y a la soberanía, en boca de gente que en su patria, no tiene que comer, ni empleo, ni que puede mandar a sus hijos a una escuela o instituto, que no tiene cobertura de salud, pero que tampoco es igual ante la justicia que los ricos, de gente que ha tenido que emigrar de su patria, porque allá las carencia e injusticias lo mataban poco a poco.  A éstos, les están tomando el pelo, aquellos que hoy los enchinchan, a salir a las calles, dizque a reclamar ante los organismos internacionales una soberanía, que sabemos, no existe.  Es penoso ver, como estos dominicanos, se dejan coger de tontos útiles, por quienes ostentan el poder para esclavizarlos e inculcarles sus derechos fundamentales y secuestrar y destruir la democracia que tanta sangre y sacrificios inmensos ha costado a generaciones de héroes y mártires precedentes.

Los profesionales peledeistas: un conglomerado de incapacitados, de corruptos y oportunistas.

Si la capacidad de un profesional se mide, en base a los malos o buenos resultados de la gestión profesional, entonces, se tiene que llegar a la triste conclusión, que los profesionales peledeistas, son un conglomerado de súper-incapacitados, por los malísimos resultados a que ha llegado nuestra patria en mano de ellos.  Esta claque en el ejercicio del poder, no ha sido capaz de resolver uno solo de los grandes y graves problemas del país, al contrario, los han agravado todos, eso sí, han sido muy capaces en resolver todos los suyos, de sus amigos y familiares.  Ni siquiera el problema de la luz, han sido capaces de resolverlo, después que hace más de quince años, prometieron resolverlo en tres meses.  Y si acaso, algunos de ellos, acusan algún especial talento, como el caso de Leonel Fernández, entonces de nada sirve a la patria, porque como ya dijimos, el talento sin probidad es un azote.

Con Haití, comercio e inteligencia, solo se gana

El comercio, siempre ha sido, es y será, un elemento fundamental en el desarrollo de los pueblos, de los Estados, de los individuos y de sus demás organizaciones habidas y por haber, cualesquiera que estas sean.  Con Haití, los dominicanos tenemos la oportunidad de crear el mercado bilateral, más beneficioso que podamos crear con nación alguna.  La naturaleza de este trabajo no me permite extenderme en más explicaciones sobre el tema, las cuales de llevarse a cabo, conllevarían su desarrollo, cientos de cuartillas.  Las razones justificativas de este comercio son tan sencillas, que explicar mas sobre ellas, sería violar lo axiomático, la lógica y el sentido común.

Siendo así, tan sencilla su comprensión, ¿entonces, por qué éste tema se ha tornado tan complicado…tan conflictivo?  !Aaaaaaaaaaaaah!,  es que aquí entra la politización perversa con fines electorales a la que ya nos hemos aludido, y la parte relativa a estos individuos, con deficiencias cognitivas, porque en la niñez, tuvieron precariedades alimenticias, que le impidieron el desarrollo de la masa encefálica y la materia gris, por ende, imposibilitados para el pensamiento abstracto y en consecuencia, inhabilitados, para la excelencia académica, cultural y humanista.

No olvidemos, que los gobernantes, funcionarios y miembros de los poderosos Comité Central y Comité político el PLD, fueron desde sus nacimientos, unos desarrapados, a tal punto, que llegaron al Palacio en chancletas, con mentalidades pequeños burguesas, por lo que, para superar el hambre de cosas, de poder y dinero, comenzaron a «buscárselas», en una sociedad donde impera el «sálvese quien pueda», y en la que la ignorancia, como ya señalamos,  le da por enseñorearse como experta, como son los casos de los «patriotas» que han venido opinando, sobre las materias de migración, ciudadanía, desnacionalización y comercio con Haití.

Vista la ponencia anterior, llegamos a la conclusión, de que si la autoridades peledeistas al mando, hubiesen entendido a tiempo, las barrabasadas a cometer con la puesta en práctica de la Sentencia 168/13, jamás se le hubiese ocurrido evacuar semejante adefesio jurídico, porque entre muchos motivos más, de ser poseedores de suficiente materia gris, de excelencias académicas, de humanidad y de verdadero amor por la patria, hubiesen intuido y comprendido a tiempo, que negociar  con Haití, es solo ganancia, siempre que se dé, con normas comerciales claras y justas, e inteligencia.

Desgraciadamente, no podemos pedirles peras al olmo, digo esto, porque Leonel Fernández, quien le ha infringido un daño casi irreparable a nuestra patria, sigue sabichosa y oportunistamente, escribiendo y haciendo declaraciones públicas, sobre la Regularización y la Desnacionalización, como si fueran una misma cosa, para pescar en rio revuelto.  Y la vicepresidenta Margarita Cedeño, pese a las evidencias de la pésima educación que reciben los estudiantes dominicanos, ella sigue sosteniendo,que en materia de educación, los gobiernos del PLD, han llevado al país por “el camino correcto”.   ¿Serán las declaraciones de estos dos «lideres», tan alejadas de la verdad y de la rectificación de lugar, porque también ellos estén afectados, por el síndrome de la imposibilidad para el pensamiento lógico, debido a las carencias nutricionales en la niñez que hemos referido, y señalado, que ocasionan daños irreparables a la masa cerebral?  Al amigo lector, dejo la palabra.

 

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