Buscando Libros para hablar de los impuestos

imagen
EL AUTOR es profesor universitario. Reside en Santo Domingo.

Una de las cosas graves que me suelen suceder es no hallar un libro que puse en un lugar especial para poderlo encontrar. Busco el libro por toda la casa y no lo puedo conseguir. Me tropiezo con él un día que busco un libro con un tema distinto al cual quería hallar. De todo esto termino con una superstición: El libro que quiero hallar no lo debo buscar.

 Los libros se buscan con la vista, pero se pueden buscar con el tacto. Pasando la mano por los libros colocados en el librero hasta que de repente uno se encuentra con el libro que se busca. Lo más terrible que buscar un libro y no encontrarlo es buscar dos o más y no hallarlos.

Hoy existe cierta predilección por los libros nuevos con ideas viejas o sobre estas ideas presentadas como nuevas. El mejor libro es el último que salió y un libro original que muchos años tiene es sólo una reliquia que leemos los desfasados que no entendemos los nuevos tiempos o no lo queremos ver.

Bueno, leyendo libros uno se entera de que la idea novedosa de ampliar las bases de los impuestos y bajar las tasas, que redunda en mayores recaudaciones, fue planteada por Alberto De Stefani ministro de Mussolini. No es que esa sea una idea fascista, sino que la plantearon los fascistas en su programa económico 1922, antes de que hoy fuera una idea novedosa y moderna.

El impuesto sobre la renta con cualquier tasa siempre ha sido algo inconveniente para los que tiene altos ingresos o son ricos. Estos han trabajado para mantenerlo con tasa baja. También han querido desaparecerlo o reducirlo por medio de las exenciones. Estos ha sido una meta de los ricos que nunca concluye. Así se han planteado desaparecer el impuesto sobre las herencias o reducirlo a su mínima expresión y en países como el nuestro se ha logrado.

Decir esto sobre los impuestos, y de este modo, es una herejía. Puede resultar probable que quien lo diga sea mal visto hasta en la misa de la siete de la mañana, que es a la que verdaderamente asisten las almas piadosas. Hora de oración matutina en la que no asisten personas con el talante exhibicionista de las que acuden a los Tedeum.

Como decía Louis Eisenstein, en un viejo libro, lo cito: “Los impuestos ya no se pueden hacerse aceptar sin debate ni consulta pública. Quienes tienen menos propiedad disponen de más votos. Puesto que hay que contar las cabezas, antes que habrá que convencerlas. Han de darse razones para los diversos gravámenes que se proponen o aprueben. Con el tiempo, razones rivales son hábilmente elaboradas para formar sistemas de creencias o ideologías que se conciben con el fin de provocar la necesaria conformidad.” El problema es que nadie está conforme.

Eisenstein dijo que algunos grupos están firmemente persuadidos de que sus funciones son especialmente decisivas para el progreso de la civilización, por lo tanto, sus impuestos deben ser bajos, dados sus aportes excepcionales. El gran apóstol de los impuestos bajos en los años 20, fue Andrés Mellon que fue secretario del Tesoro de EEUU. El juez Oliver Wendell Holmes jr., dijo que las ideas de Mellon eran rechazadas no por su invalidez, sino por el rechazo a él. Eisenstein dice que las ideas de Mellon eran razonables en la medida que su preocupación por los ricos era razonable.

El libro Louis Eisenstein tiene como título “La Ideología de la Imposición”, pero hay otro libro extraordinario: “Mitos y Paradojas de las Justicias Tributaria”, de Luigi Einaudi. Este era un hombre de Estado. Fue todo lo que se pudo ser en la política italiana y ocupó las posiciones públicas más importantes de Italia. Desde maestro de secundaria en Turín hasta presidente de la República de Italia, pasando por Senador, ministro de Hacienda y gobernador del Banco Central italiano. Su idea del impuesto óptimo, según el profesor español Enrique Fuentes Quintana, era aquel que obtenía los rendimientos necesarios con el mínimo de fricciones en el proceso económico.

Este impuesto óptimo debía tener dos características, excluir de su base el ahorro realizado por los particulares y recaer en todo caso sobre la renta media. Einaudi es un recurso de persuasión e ideas útiles para los reformadores tributarios de hoy. El impuesto óptimo es el neutro, el que se formula valorando en primer término los resultados alcanzados por la libre determinación de los individuos.

Einaudi habla en su libro de algo que define como plaga, y son los doctrinarios, lo cito: «Los doctrinarios son esa gente que continuamente examinan las leyes vigentes en los países extranjeros para señalar al gobierno de su propio país los nuevos impuestos, no conocidos en la patria, y que, considerando superado lo nacional y antiguo, tiene siempre a flor de labios lo ultramontano y lo moderno.».

«El doctrinario -sigue Einaudi- es aquel que apenas descubre una institución que le parece buena, regulada por las leyes rusas, neozelandesas o peruanas, brama inmediatamente: «¿Nos atreveremos a quedar atrás en la vía del progreso fiscal en relación con pueblos venidos al mundo mucho tiempo después que nosotros?» Él decía que respetaba mucho la legislación comparada, sólo a condición de que quien se haga paladín de ella conozca la ley nacional y las razones de su formación.

Los doctrinarios eran, para Einaudi, una de las siete plagas de Egipto. En cuestión de perniciosidad pública sólo estaban detrás de los expertos internacionales. A los doctrinarios y los expertos internacionales. En este país hay que agregar a los allantosos y bulteros, que hablan sobre todo sin preocuparse de que su escasa formación se les note.

En la escena de la formulación de un impuesto están el jurista y el economista. El primero reconstruye la norma vigente, interpreta su mandato a la luz de los principios generales del derecho y de la voluntad del legislador. El segundo no debe poner límites a su curiosidad debe indagar el porqué de las leyes. Esas son consideraciones de Einaudi, que fue docente en las universidades Turín y Milán impartiendo clase de derecho y también de economía y finanzas.

SP-AM

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios