¿Acaso nos interesa que Trump invierta en nuestro país?
Cosas que el presidente Donald Trump está proponiendo y defendiendo perjudican mucho a la República Dominicana.
El 90% de todos los dominicanos que han logrado obtener residencia americana lo han conseguido a través del mecanismo de unificación familiar por medio del cual alguien que ya es residente pide a hijo, cónyuge o nieto. Trump le ha puesto el mal nombre de inmigración “en cadena”. El entonces congresista y hoy procurador general Jeff Sessions, fue de los primeros en atacar esa ley, vigente desde 1965, aludiendo específicamente a la unificación familiar entre dominicanos. Trump quiere sustituirla por otra por medio de la cual existiría un sistema de puntajes según el nivel de educación y destreza del solicitante, lo que daría fin al grueso de la migración dominicana hacia Estados Unidos, para perjuicio de los flujos de remesas y auspiciando familias separadas con el subsecuente daño moral.
Antes de Trump asumir la presidencia, los únicos deportados que nos llegaban eran los que habían cumplido sus sentencias en las cárceles. Ahora, también nos llegan indocumentados que son capturados en sus apartamentos, lugar de trabajo o simplemente en las calles y otros lugares públicos.
Unos ocho mil dominicanos que llegaron como niños a Estados Unidos sin documentación y que forman parte de los llamados “soñadores”, o DACA, corren el riesgo de ser enviados a la República Dominicana, perdiendo así el empleo que actualmente tienen en Estados Unidos, regresando a un país donde no tienen raíces. El construir el muro en la frontera mexicana nos perjudica ya que la migración ilegal fronteriza y el flujo de drogas se movería hacia la otra frontera representada por el Canal de la Mona.
Una medida ya puesta en vigencia por Trump y que nos perjudica es el nuevo paquete impositivo, pues estimula la repatriación de capitales y dividendos. Eso afecta a nuestra balanza de pagos y desalienta nuevas inversiones norteamericanas.
A pesar de todo lo anterior, el gobierno de Danilo Medina quiere que la familia Trump invierta en turismo en nuestro país, y para eso ha obligado al ministro de Turismo a modificar las normas que han sido responsables del gran éxito del turismo tanto en la zona este, donde llega el 65% de todos los turistas, como en Puerto Plata y Playa Grande. Esas normas limitan las construcciones a una cantidad de pisos equivalente a la altura de las matas de coco. Todos los hoteles, principalmente españoles, y residencias en esas zonas cumplen con esas buenas normas, lo que ha evitado la arrabalización de las playas como ha ocurrido en España y Cancún. La nueva norma del ministerio de Turismo, objetada por Asonahores y por los españoles dueños de hoteles permite torres de hasta 21 pisos de altura.
La familia Trump, al asumir este la presidencia, declaró que no haría nuevas inversiones excepto en proyectos ya iniciados.
En nuestro país Trump prestó su nombre, mas no puso dinero, para una venta de solares en el farallón de Cap Cana, cuyos dueños no le pagaron su comisión y Trump tuvo que someterlos a la justicia, aquí y en el extranjero, hasta que pagaron.
Fue el Banco de Reservas, léase el Estado, el que tuvo que ejecutar esos solares los cuales, en su gran mayoría todavía le pertenecen.
El nuevo cabildero dominicano en Washington, a quien le paga el Estado dominicano y quien nunca ha ejercido esa profesión, pero que sí es amigo personal de Trump ha sugerido que la organización Trump invierta, “dando su nombre”, en torres de 20 pisos en Cap Cana, lugar que fue visitado por el hijo de Trump poco después de su padre asumir la presidencia, alegando, presumimos, que puede seguir invirtiendo allí por tratarse de un proyecto “viejo”, a pesar de la demanda judicial. La plata, presumimos, provendría otra vez de Estado vía el Banco de Reservas. El cabildero lo que empuja es un proyecto para que su amigo gane más dinero.
Para estimular al señor Trump, cuyas iniciativas presidenciales tanto nos perjudican, a que ponga su nombre (no plata) a torres de veinte pisos, nuestro presidente ha ordenado modificar la norma responsable del éxito del turismo en nuestro país. El complejo de Guacanagarix lamentablemente se mantiene.
supongo que cualquier inversionista solicitaria condiciones especificas para hacer inversiones, sea trump, hitler, o kim il sun (para no dejar loco afuera). de las inversiones de trump, no se mucho. sobre que danilo cambio las normas, parece haber una confusion; pues el ministro de turismo presento documentos a la prensa indicando que esas normas aprueban edificios de 12, 18, y 22 pisos desde el 2007. cierto o no, el se;or bernardo vega, debia pasar por turismo y re escribir el arti**** reafirmando sus acusaciones, o pidiendo excusas.
kim jong-un es es el nombre del loco de norcorea.
lic, vega, como tuvieran los samanenses, , si el azuano hubiese logra su abjectivo, con relación a samana,, tuviera un productor de television pidiendo cacao, por los problemas de esa provincia, por consiguiente, cualquier paÍs, llamase, chino, europeo, asiÁtico, que quiera invertir en este paÍs, bienvenido, bienvenido, ………
bernardo vega,uno más de los globalistas resentidos por la victoria de donald trump!!….pretendiendo hacer creer que le importa el destino del pueblo dominicano,mientras se hace de la vista gorda con la invasion haitiana que tenemos encima!!!…
bueno donde la emigracion dominicana se estara viendo afectada dentro de poco, es que ya la juventud dominicana no esta pensando viajar a rep dom,un viaje de este a oeste de estados unidos, cuesta hasta 150 dollares ida y vuelta y otra cosa miles de dominicanos estan haciendo su hogar en estados unidos, otra cosa el dominicano tiene miedo de viajar a rep dom, donde hasta por un pasaporte vencido te ponen trabas, y la suerte que es que rep dom es un pais seguro muy seguro pero para los que andan en helicoptero
arregle usted lancrd y asi no tener que lamber en otros paises
el nombre del cabildero dominicano. debe decirlo sin miedo ud fue embajador en dc sabe como se mueve ese pez
si realmente es cierto el negocio de trump en cap cana, pues realmente estamos ante un gobierno genuflexo e incapaz de anteponer nuestros intereses a los foraneos (actitud ya ampliamente demostrada)ahora bien, estoy en desacuerdo ante la fuga de cerebros y la desintegracion del pueblo dominicano emigrando hacia los eeuu, al mismo tiempo que importamos la miseria haitiana. un sin sentido funesto para nuestra nacion!