OPINION: 100 aniversario Revolución Bolchevique
POR LOIS PEREZ LEIRA
Este 7 de noviembre se cumplió el 100 aniversario de la Revolución Bolchevique, liderada por V. I. Lenin. Por primera vez la clase trabajadora logra derrotar a la burguesía, he instalar la sociedad socialista. Se pasó de la dictadura de la burguesía, a la dictadura del proletariado.
Cien años después de aquel acontecimiento que cambio la historia de la humanidad siguen vigentes los mismos problemas: La falta de trabajo, el hambre, las guerras, la expoliación de los pueblos. La lucha de clases se expresa más salvaje que nunca, aunque muy maquillada por el sistema. En esta etapa social como señaló Lenin: “El Estado es el arma de represión de una clase sobre otra.” Esto es lo que sucede en el Estado Español, como ente represor de los trabajadores y los pueblos que quieren ejercer su derecho a la autodeterminación.
La revolución socialista, no solo fue un avance extraordinario en lo político, en lo social y lo económico, también tuvo una importante repercusión en una concepción distinta de los derechos nacionales de los pueblos y las nuevas formas fraternales de relacionarse. Esto determinó la creación de la URSS y la argumentación teoría y práctica del derecho a la autodeterminación. El propio Lenin señalaba en este sentido:
“El proletariado debe reivindicar la libertad de separación política para las colonias y naciones oprimidas por «su» nación. En caso contrario, el internacionalismo del proletariado quedará en un concepto huero y verbal; resultarán imposibles la confianza y la solidaridad de clase entre los obreros de la nación opresora y los de la nación oprimida”.
Antes, durante y después de la revolución Lenin tuvo que dar una gran batalla contra los mencheviques, que expresaban las opiniones del reformismo socialdemócrata. Casi el mismo debate se sigue dado en la actualidad, después de cien años. Hoy los mencheviques están instalados en el PSOE y el resto de las opciones que se denominan de izquierdas y tan solo aspiran a maquillar el sistema capitalista, repartir un poco más “la tarta” garantizado que siga gobernando la burguesía. “La democracia es una forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano.” Sentenció. Así de claro era Lenin cien años atrás. Hoy gobierne el Parido Republicano o el partido demócrata en los EEUU gobierna el mismo partido el partido capitalista. Esto mismo pasa en el Estado Español entre el PP y el PSOE, gobiernan al servicio del gran capital. Hay que decirlo claramente esta es una dictadura de una clase social, que es la que ejerce el poder del Estado, las fuerzas de represión, la justicia burguesa, e control directo de los medios de comunicación y por supuesto son los dueños exclusivos de los medios de producción.
La revolución Rusa fue la gran ilusión colectiva de los trabajadores que alentó la lucha de los parias de la tierra. La muerte de Lenin determino un cambio sustancial en esta revolución potenciándose las concepciones burocráticas y poco a poco se fue convirtiendo la dictadura del proletariado en la dictadura del partido. Estas deformaciones que también eran reformistas, décadas después terminaron dinamitando el sistema socialista. A pesar de los errores cometidos en estos cien años.
La lucha de los trabajadores de todo el mundo por el socialismo escribió páginas heroicas. Hoy tenemos la responsabilidad histórica de recoger aquellas ideas redentoras de los trabajadores para replantearnos nuevos conceptos de la izquierda revolucionaria. Por ello sigo pensado que es necesario construir en cada país, el partido u organización que tenga como meta la construcción del socialismo. Este partido debe ser esencialmente anticapitalista y antiimperialista. Que conciba en su planteamiento ideológico los derechos individuales desde la perspectiva socialista basada en la solidaridad colectiva, como así también los derechos colectivos de los pueblos a su autodeterminación.
El propio Lenin nos convocó a soñar diciéndonos que:
“Es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía”.
JPM