Obama viajará a Fort Meade en conmemoración 11 septiembre

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Barack Obama

WASHINGTON.- El presidente Barack Obama viajará este viernes a Fort Meade, en Maryland, para conmemorar el aniversario 14 de los ataques terroristas del 11 de septiembre, trágico acontecimiento que suscita aún numerosos análisis y cuestionamientos por sus consecuencias.

Fort Meade, a unos 45 kilómetros al norte de Washington, es el hogar de varias agencias federales, incluida la cuestionada Agencia de Seguridad Nacional (NSA), involucrada en el escándalo de espionaje a las comunicaciones globales -incluidos las de una treintena de mandatarios y jefes de Estado-, destapado en 2013 por el excontratista Edward Snowden.

Precisamente el husmeo desmedido de las conversaciones telefónicas y por Internet fue uno de los resultados de la guerra global contra el terrorismo impulsada por el expresidente republicano George W. Bush (2001-2009), tras los ataques contra las Torres Gemelas y el Pentágono.

La obsesión por la seguridad tras el 11-S, unida a la propia ideología neoconservadora del Gobierno de entonces, promovió una hemorragia de recursos, medios y personal hacia la NSA, todo ello amparado por leyes donde la privacidad de los ciudadanos era la última de las preocupaciones.

Aquella mañana de 2001 millones de personas atestiguaron por televisión cómo impactaba un avión comercial en una de las torres del Centro Mundial de Comercio, acción repetida 17 minutos después por un segundo aparato contra la otra torre, lo que provocó su rápido desplome.

Más tarde, a las 9:37, una tercera aeronave chocó contra el departamento de Defensa y pasados 25 minutos un cuarto avión se estrelló en un campo abierto de Pennsilvania, tras lo que pudo ser el resultado de una pelea entre pasajeros y secuestradores.

Estados Unidos perdió ese día dos mil 973 personas, argumento para desplegar una cuestionable «cruzada mundial contra el terrorismo», cuyas consecuencias llegan hasta estos días.

Para «buscar a los terroristas dondequiera que se encuentren y en cualquier oscuro rincón del mundo», como argumentó la administración Bush, se lanzó una invasión contra Afganistán, país al cual se acusó de proteger a Al Qaeda, entidad responsabilizada con el ataque.

Luego siguió Iraq, en 2003, a cuyo Gobierno, liderado por Saddam Hussein, se acusó de poseer supuestos arsenales de armas de destrucción masiva que nunca aparecieron.

Numerosas interrogantes todavía rondan la versión oficial de la Casa Blanca sobre la tragedia.

Richard Gage, fundador de Arquitectos e Ingenieros por la Verdad sobre el 11-S, advirtió en su momento que «los informes oficiales de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias y del Instituto Nacional de Estándares y Tecnologías proporcionan explicaciones insuficientes y fraudulentas sobre las circunstancias de la destrucción de las torres».

Las múltiples explicaciones del Informe de la Comisión 11-S han resultado probadamente erróneas, las aclaraciones científicas son imperfectas y contradictorias, y los estadounidenses merecen una explicación basada en los hechos, expresaron los especialistas.

Lo cierto es que 14 años después, el terrorismo cobró un auge inusitado, como demuestran los continuos ataques contra civiles en Siria por parte de entidades como el Estado Islámico y el Frente al-Nusra, que no han podido ser frenados, pese a los persistentes bombardeos de una coalición internacional que desde agosto de 2014 encabeza Washington.

jt/am

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