Nunca tocar esas viejas heridas

En los casi 60 años de migración sostenida hacia Estados Unidos, los dominicanos nos hemos “averado” a las corrientes mas liberales del pensamiento social norteamericano. Y lo hemos hecho, no porque en realidad sentimos identificación plena con los postulados “democráticos” de uno de los partidos principales sino, por razones de “conveniencia y acomodamiento” al ritmo de vida y participación imperantes en el nordeste del país, donde está Nueva York y reside el 75% de los quisqueyanos que vivimos fuera del país.

 

Hay razones muy valederas para esta habitual y casi inducida solidaridad con los “demócratas”. La primera y mas significativa, es la migración que siguió a la revuelta de abril de 1965. Buena parte del sentimiento nacional contra las intervenciones norteamericanas en nuestra patria en 1916 y 1965, vino con nosotros como parte de nuestro “equipaje” moral y político. Y buena parte también de nuestros mejores jóvenes salieron forzosamente del país; otros menos afortunados, sucumbieron en una cacería organizada por las fuerzas interventoras y con el apoyo del presidente Joaquín Balaguer.

 

Lo insólito del caso es que fueron precisamente, dos gobiernos del Partido Demócrata, los que ocuparon el país en las ocasiones que aludimos arriba: 1916, con Woodrow Wilson y 1965 con Lyndon B. Johnson. Este contra sentido, es una de las materias pendiente de aprobación, que tiene tanto el liderazgo político, como la comunidad dominicana misma. Vinimos siendo “anti yankees” (hasta en el beisbol) y nos echamos de inmediato en brazos de los que ordenaron pisotear nuestra tierra.

 

Mas luego, y después de los movimientos liberales que abotonaron la tan recordada “primavera del 68” y en el marco de las luchas por las libertades civiles y los derechos humanos que caracterizaron la época, cientos de miles de quisqueyanos llegaron hasta estas tierras de oportunidades, con el único interés de procurarse un mejor nivel de vida para sus familias. Y en esas circunstancias, hoy día vive fuera de nuestra media isla, cerca del 20% de nuestra población total.

 

Hoy que tenemos varios oficiales electos en diversas ciudades y estados; y que hasta un congresista hemos logrado colocar en Washington, aun nos falta por edificar una Agenda Dominicana, para el empoderamiento y desarrollo de nuestros descendientes. Un plan a mediano y largo plazo, que nos permita establecer metas colectivas para insertarnos con cimientos fuertes, en el corazón de esta sociedad.

 

Este recorrido emocional por nuestra historia reciente, es solo para poner en contexto algunos de los acontecimientos que se han suscitado en el ámbito local y que merecen ser tratados con la mayor entereza. Porque estamos viviendo en esta nación por años, pero aun no somos parte integral de la sociedad en la que procuramos criar nuestros hijos. Esta realidad es la que nos conmina a dilucidar los temas sociales que nos incumben, con gran cautela y mucho mayor precaución.

 

El asunto de la supuesta remoción de algunas estatuas y monumentos que en la ciudad se erigen en homenaje a la memoria de personalidades y héroes locales o nacionales, ha servido para airear la actitud que en general, hemos de adoptar al momento de interpretar la “memoria histórica” de los ciudadanos americanos, nuestros anfitriones. Está visto que aquí se le rinde veneración a todos los ídolos, sean insignes, patrióticos, guerreros o simplemente populares. Los combatientes de la guerra civil, por ejemplo, y muy al margen del bando en el que hayan participado, son recordados con respeto y veneración todos.

 

Esta costumbre de rendirle culto a los que escribieron la historia de esta gran nación, es quizás el rasgo mas distintivo de la “filosofía” del hombre común estadounidense. Entender esos valores y no tratar de cambiarlos, es posiblemente nuestra principal carta para ser aceptados en esta nación. Desde luego que hay otros símbolos e indicadores sociales con los que debemos identificarnos plenamente, o cuando menos, prestarle mucha atención: la bandera, el himno, la historia, las instituciones, la tolerancia y diversidad religiosa, la participación política y sobre todo, el idioma.

 

La “Guerra de Secesión” o guerra civil estadounidense, librada en territorio americano, entre los estados del Norte (la Unión) y los estados del Sur (los Confederados); es el conflicto mas significativo en la historia del país y tuvo lugar entre 1861 y 1865. Se estima que 1.3 millones de americanos murieron a consecuencia de esta guerra (mas que en cualquier otra hasta este momento), pero todos son considerados héroes nacionales, honrados y recordados con gran solemnidad. Este “milagro” de aceptación entre vencidos y vencedores, es lo que hace grande esta nación.

 

Nosotros, los que arribamos de último a estas tierras, y hemos levantado familias en ellas, mal pudiéramos tomar partido en las discusiones que sobre eso de las estatuas, se suscitan entre nuestros antecesores; entre soldados que se enfrentaron con tanta fiereza en esa gran guerra interna, pero que fueron capaces de poner un alto, y juntarse a construir unidos el porvenir.

 

Esas heridas, tal y como canta el poeta Graciano Gómez, por poca del inmenso trovador Joaquín Codina: “mira que hay heridas que cierran en falso y si alguien las toca, se pueden abrir”

 

Eso, abrir tales heridas, es la torpeza mas grande que pudiéramos cometer los inmigrantes llegados en las oleadas recientes, a esta segunda patria que hemos elegido. Interpretar la historia de ayer con las reglas de hoy es un desacierto imperdonable y una tara mayúscula en la herencia que dejaremos a nuestros nietos.

 

¡Vivimos, seguiremos disparando!

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Luis de New York
Luis de New York
6 Años hace

Robles no entiendo el porque del titulo del articulo. Si puedes aclararme te lo agradezco. A Cofresi, Marino esta bien dentro de su veje. A Guigui lo vi en R.D, tambien esta viejo y no se puede mover como antes.

Rolando Robles
Rolando Robles
Responder a  Luis de New York
6 Años hace

Luis, en los tres últimos párrafos creo que se explica el parangón. Dale un vistazo de nuevo.

Cofresi
Cofresi
6 Años hace

Viejo rolo,muy buen articulo,estoy de acuerdo contigo en ello,creo ponderado el sentido de tu escrito,en lo unico que difiero contigo,cuando señala la palabra americano,lo cual somos todos,por pertenecer al continente como tal yno llamarle estado unidense,como seria lo correcto,por una sencilla razon,los ultimos que llegaron a llamarse americanos fueron los estado unidenses,cuando esta nacion no existia como tal,los demas,se nos llamaba americano,esto te lo señalo,no como boche,si no,como un dato historico,para que pongamos los puntos sobre la ies,que estados unidos,se a apropiado incluso de este nombre,cuando en realidad no le pertenece,americanos somos todos,estos,yankees o estado unidenses…….Saludos para ti hermano,si ve… Leer mas »

juan perez
juan perez
6 Años hace

Robles realmente brillante como de costumbre