No nos dejemos provocar
“’Nunca me fue tan necesario como hoy tener salud, corazón y juicio, hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria”
No hace falta identificar el autor de esta frase y no lo haré para que no suene como un cliché, es mi deseo que se tome no como una frase a recordar; sino, como una realidad literal y palpable.
Hoy debemos tener el juicio bien puesto, temple de acero. Para ser dirigente, que como decía el profesor Juan Bosch, es digno de llamarse así, el que dirige gente, y John Maxuell dice, que liderazgo es influencia, jamás debe ser lo contrario, que al dirigente lo dirija la gente, “el qué dirán” o la opinión que más suena.
Muchos apuestan a un conflicto armado y sangriento entre los pueblos de Haití y de República Dominicana, quizás el propio estado Haitiano como muchacho débil, malcriado y apoyado, quizás los hermanos mayores nos están mandando al hermanito a provocarnos, para tomarse ellos el pleito.
Cuando Nicolás Maduro, se sentía “ sabio en su propia opinión”, cuando la euforia del progreso y la abundancia le hizo mirarnos momentáneamente “por encima del hombro”, cuando olvidó momentáneamente también que aunque recibimos su petróleo que nos hacía mucha falta , el canje no incluyó nuestra dignidad, cuando olvidó que la República Dominicana está más cerca de Venezuela que ningún otro estado o Nación; como la circunstancias postreras lo han demostrado, dijo : “ Quien se mete con el pueblo de Haití se mete con Venezuela”
Pero Nicolás Maduro en realidad expresó lo citado, no porque tuviera odio , desprecio o animadversión contra la República Dominicana, sino, que quiso mandar un mensaje de protección para el más débil o desprotegido “, un mensaje de advertencia al “abusador” para con sus hermanos pequeños.
Usted debe recordar el anuncio publicitario o comercial de “Mamá…, Federico me está molestando” Así, justo así, están hoy los haitianos.
Haití se está comportando como el muchacho malcriado, débil y apoyado que busca pleito con el hermano mayor para que el padre o la madre pegue a éste, por haberle el mayor dado el “ramplimazo” que provocó y se ganó o peor aún, sin haberlo siquiera pensado.
Haití sabe que provocar un pleito con la República Dominicana en estos momentos, sólo lleva la de ganar/ ganar (pero sólo para él) y por supuesto, no me estoy refiriendo literalmente al resultado final de cualquier batalla entre el estado Haitiano y el Estado Dominicano, sino los resultados de la consecuencia, las variables externas.
La sentencia de Nicolás Maduro, no la cumplirá Maduro, quien hoy no cuenta con las fuerzas ni las circunstancias internas o externas para cumplirla, esa sentencia, aunque parezca una paradoja, la cumplirá por su propia autoridad sus adversarios ideológicos externos.
Por eso hoy más que nunca se necesita salud, tacto, corazón y mucho juicio, para navegar en el lodo y no ensuciarse.
Si fuéramos a medir las circunstancia preliminares de un conflicto entre las naciones, las que se den antes de que los hermanos mayores intervengan, no olvidemos tampoco, que aquí tenemos de ellos más que una avanzada, tenemos “el gran Caballo de Troya”, que conoce nuestro idioma y pensamientos, que sabe dónde dormimos, que comemos, cuanto somos, y donde estamos. En verdad la Patria está en peligro.
Dejemos de admirar al caballo gigante de Troya, ese que trajeron nuestros” vecinos griegos del oeste de la isla” , ese caballo está aquí con paredes de protección invisibles, pero su contenido si lo vemos, lo encontramos en las construcciones, en los condominios, en nuestras cocinas, en nuestras calles , avenidas y carreteras, conduciendo carro público, en las universidades, en los hoteles, en nuestros campos . ¡Es que acaso somos ciegos! , o es que la realidad es tan grande que se escapa del radio de nuestra visión.
¡Que nadie nos haga nuestra agenda! Si tenemos que echar un pleito inevitable, que por lo menos, elijamos nosotros el escenario mientras podamos hacerlo.