Ni Danilo ni Leonel
A mi entender lo que sería más provechoso para la salud mental y emocional del pueblo dominicano es que Danilo Medina (el presidente actual) y Leonel Fernández (pasado presidente) asocien sus fuerzas, sus liderazgos particulares para aupar e impulsar con el vigor necesario y buena voluntad a un candidato emergente, nuevo dentro del Partido de la Liberación Dominicana para que encabece su boleta electoral en mayo del 2016.
Por tanto soy de opinión que esos dos líderes fuertes y progresistas tienen a la vista y con amplias potencialidades a dos buenas cosechas del partido morado, Francisco Javier García y Reinaldo Pared Pérez, ambos los mejores valorados y aceptados dentro y fuera de su entorno, después de ellos, porque los demás aspirantes por el PLD, son accesorios de la mesa de maquillaje.
Y lo digo sin la autoridad que cobija a un psicólogo o psiquiatra, solo abrazado al sentido común y a los mejores deseos de que a este país se le libere del estrés angustiante que a veces le provocan sus líderes políticos y empresariales, situación que en algunos casos lo han llevado a la intranquilidad colectiva, a la hemorragia punitiva y a la postración.
Todos esos sinsabores que hemos padecido en el pasado reciente, son hijos, sobrinos o ahijados de la insensatez, de la ambición desmedida y la creencia enfermiza de que cuando se tiene nombre y poder, se es un mesías, un dios terrenal o un redentor de hambre, deseos y caprichos propios y ajenos.
Nada más falso y vacío, porque el liderazgo consciente y puro es aquel que no se impone por la fuerza y el poder, sino que transita y se ejerce en base a la razón, la justicia, la sensatez, el respeto y la verdad. Y también es aquel que sabe dar más que lo que recibe y propiciar bienestar y sosiego a la sociedad a que sirve.
Entiendo, por tanto, que Danilo y Leonel conocen a profundidad esa realidad de su ser interior y de sus cualidades exteriores, pero también de sus debilidades y limitaciones humanas, por lo que propiciarán que otro líder emergente dentro de su partido asuma la antorcha y su boleta electoral el próximo año.
Y es que la realidad es clara y se impone. Uno, Danilo Medina cumple el próximo año su ciclo gubernativo impuesto por la Constitución de la República, a pesar de la gestión positiva que realiza a favor de la colectividad nacional, y el otro Leonel Fernández, lo cumplió hace rato dejando el país importantes logros en diversos aspectos de nuestra cotidianidad.
En resumen, Danilo Medina está impedido de continuar en el poder más allá del 2016, y a Leonel Fernández las circunstancias le imponen su marginación del proceso comicial que se avecina. En cuanto al Presidente, porque para aspirar a un nuevo período presidencial tendría que propiciar una modificación constitucional, que no puede ser y que la gran mayoría rechazaría, bajo la premisa de que la Carta Magna no es un relajo, un zafacón de conveniencia de turno o un pedacito de antojo para los que gobiernan en determinado momento.
Para mí, pues, este es un mes memorable y de alto contenido patriótico e ideal para que ambos líderes políticos se despojen de la pasión inaudita, de la cólera interior y de sus egoísmos reprimidos o abiertos, para producir ese gran acuerdo que los margine a ambos de la contienda electoral que se avecina por la Presidencia de la República.
Y se lo digo yo, que sin ser político de profesión, he apoyado a los dos en sus propósitos presidencialistas, a todo pulmón y mas allá de lo prudente y lo justo. Ambos, tendrán otras oportunidades de volver a ser Presidente de la nación en el futuro cercano.