Ni Danilo ni Leonel

          Con la renuencia exhibida por los diputados leonelistas en torno a la modificación constitucional, para que Danilo Medina pueda optar por la reelección, se colige que ese proyecto no pasaría, razón suficiente para radicalizar al gobierno y procurar impedir, mediante una avalancha de recursos públicos, que Leonel Fernández salga triunfante del congreso que escogería este año al candidato presidencial del partido morado.

          Las diferencias han llegado a un extremo que el triunfo de uno  –sea Danilo o Leonel–  significaría la sepultura política del otro. Es la razón por la que a los diputados de Fenández se les garantiza cobertura financiera total de su campaña electoral, los cuales se dan el lujo de rechazar la oferta millonaria ofrecida desde el Estado.

          Pero cerrar la brecha al proyecto reeleccionista, desacatando un mandato del Comité Político, no significa necesariamente que Leonel Fernández correría por el carril de adentro en las primarias del PLD. Las posiciones tienden a radicalizarse y el presidente Medina, en procura de su supervivencia política, estaría obligado a apoyar a un tercer candidato, sobre el cual se volcarían todos los recursos públicos para aplastar al presidente de la organización. Y lo aplastarían.

          La gente piensa que el candidato del partido oficialista está entre Danilo Medina y Leonel Fernández, pero las circunstancias apuntan a que no sería ni uno ni otro, al menos que lleguen a un entendimiento  mediante el cual se le quite el impedimento  constitucional a la reelección y el presidente Medina se comprometa a no usar los dineros del erario en las elecciones internas.

           Sin embargo, ese sería un acuerdo que sólo le conviene al presidente de la República, porque una vez modificada la Constitución ¿qué garantía tendría Fernández de que Medina no usaría todos los organismos públicos bajo su disposición en una campaña interna del oficialismo?

         A Leonel Fernández le atribuyen un poder económico enorme, pero ese poder resultaría insuficiente para enfrentar al conjunto de ministerios, direcciones y demás órganos estatales, por lo que piensa que no “afilaría cuchillo para su garganta” abriendo brecha a la reelección, cuchillo que usarán en su contra en cualquier escenario, inclusive si Danilo apoya a un tercer candidato.

          Lo que estaría por verse es si la inversión que haría el gobierno en un eventual tercer candidato, sólo para impedir que Leonel Fernández sea el candidato del PLD, sería igual que si fuese Danilo Medina. Posiblemente no. Y de ser así, desde esa perspectiva, Leonel Fernández tendría razón en apostar, sin importar el monto económico que tenga que invertir, a la derrota del proyecto reeleccionista.

          Las luchas por el poder político están radicalizadas en el PLD. Posiblemente nunca antes habían alcanzado niveles que trasciendan tanto en la opinión pública nacional, tratándose de una organización llena de hipócritas (prefieren hablar de disciplina) que suelen “lavar los trapos sucios en casa”.

          Pero ese no deja de ser un problema interno del oficialismo, lo lamentable del caso es que se vislumbran gastos económicos exorbitantes provenientes de las arcas nacionales. Sea Danilo Medina o cualquier otro que el presidente apoye conllevaría una inversión multimillonaria para poder derrotar a Leonel Fernández. Y ese dinero saldría del erario, por lo que no se descarta que cerremos el año con otro déficit fiscal.

          Al país no le conviene la reelección presidencial no sólo por un problema institucional, como alegan los leonelistas sin moral para hablar de institucionalidad, sino porque el costo de esa reelección recae sobre el contribuyente, lo que provocaría déficit fiscal y, naturalmente, otra reforma tributaria. Pero tampoco al país le conviene en absoluto una vuelta de Leonel Fernández por los antecedentes de corrupción atribuidos. Y sin tener el menor reparo en referirse a los mismos.

          Por las circunstancias observadas internamente en el PLD gobernante, es muy probable que ni Danilo ni Leonel representen la boleta de esa entidad política en el certamen comicial de mayo del año que viene. Y por lo expuesto en el párrafo anterior, al país no le conviene a Danilo Medina, pero mucho menos a Leonel Fernández.

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