Muralla Trujillo: propuesta a Vinchito

Por lo visto, sobre la construcción del muro en la frontera con Haití que propone Vinchito, hay dos posiciones bien definidas y encontradas: las de recios intelectuales que no la aprueban, y la de otros con solido bagaje que la desaprueban de manera apasionada. Entre los primeros, se encuentran personalidades de mundo académico como la Dra. Rosario Espinal. Su negativa a esa construcción la expone en su artículo- “El muro ja, ja”- que dicho sea de paso, no se trata de una reflexión sobre los enlatados dominicanos ja ja, ni sobre la inmortalidad del cangrejo, sino de las razones de su oposición, las cuales desglosa en ese escrito, de manera brillante, concisa, clara y contundente. A la segunda categoría, es decir los que apoyan a Vinchito y a sus propósitos murales y a la vez detractores fundamentalistas del primer grupo, pertenecen toda una legión con enormes conocimientos jurídicos, históricos y sociológicos y del acontecer mundial, y por demás, fervientes adeptos de la ley mosaica, de los que aún creen en resolver los problemas étnicos, degollando criaturas a troca y mocha. Entre estos últimos, podemos destacar a solidos intelectuales como Manuel Núñez Asencio, Fernando Casado y Tony Jiménez entre otros, y los foristas: Luzclarita, Flor malapunta, el verdugo, el mismo travieso, la soga, UncleSam, La cebolla, el triboliao, Mapito, el murciélago, la ciguapa, el troyano, el defensor de la nación, el anticristo, el bambino, el cocotú, la cotorra, la cacata, el ciempiés, la culebra, Batman y Robin, el bizco y tuerto, recopiolo, el maco, la alcachofa y miles más de patriotas dispuestos a salvar el país de la haitianización inminente, de no construirse ese muro divisorio. Además, he de resaltar, que estos conspicuos ciudadanos, para tener más en cuenta sus criterios, también son versados en antropología, filosofía, física cuántica, astrofísica y en ciencias ocultas y sospechosas, siendo esta última, para poder bregar exitosamente con los brujos y brujerías haitianas. Esta intención mural a concretizarse, se hace más creíble, si analizamos que sus mentores han estado dedicados siempre con grandes sacrificios e integridad cívica y nacionalista, a las mejores causas del país, y al lado, de quienes han encarnado las más nobles acciones para con la patria. En esta categoría, es de justicia reconocer, porque honrar honra, al progenitor de Vinchito, quien estuvo fiel hasta la lealtad suprema, y aún lo sigue estando, de aquel gobernante llamado Trujillo, quien en vida fuera, y aun después de muerto, el más grande demócrata que mujer dominicana haya parido. Además, este progenitor, en su momento enfrentó con valor y gallardía la defensa de ese insigne ínclito perínclito, cuando unos cuantos energúmenos, agrupados en un partiducho llamado 14 de junio, osó enfrentar a ese benefactor de nuestra patria, llamando a esa horda de detestables, “eminentes criminales” que habían sido sancionados con “generosidad irritante” porque estos, donde deberían estar, es en los cementerios y en las cárceles. Pero la defensa de este ilustre progenitor de Vinchito a Trujillo, fue más lejos, cuando a estos traidores a la patria y mal agradecidos catorcistas, los catalogó, de sujetos acomplejados, amargados y rezagados, porque no pudieron comprender las dimensiones del generalísimo Trujillo como estadista que empujaba a su pueblo hacia un futuro mejor. Tampoco se puede decir, que el laborantismo de Castillo padre, apoyando la desnacionalización de dizque dominicanos de ascendencia haitiana, sea por racismo o negrofobia, puesto que el trato considerado, cordial, afable y hasta de afecto, que él le dispensó al Dr. Peña Gómez y a los demás negros dominicanos, despejan cualquier duda que se pueda tener o plantear al respecto. Para que no quede la menor duda de la veracidad de mis afirmaciones en cuanto al trato “respetuoso y Cortez” con que el Dr. Castillo se dirigía al Dr. José Francisco Peña Gómez, traigo a colación, dos párrafos que dan fe de ese trato, cit El Dr. Peña Gómez, tiene un psiquismo traumatizado. Es tenebroso y ligado al narcotráfico. Es practicante del Vudú. Es un ser peligroso para nuestra nacionalidad. Es conspirador y brioso potro desbridable. Es tornadizo y torvo. Está tachonado de enfermizas adhesiones. Es una gigantesca cantera de lava social reprimida. Es tonante, amenazador, desairado y susceptible de sentirse herido por nimias descortesías. El Dr. Peña Gómez- aseguraba Castillo padre- es inseguro, no ajeno a secretos pruritos de la superstición. Es idealista y de a ratos materialista. Es un mal social y político a ser superado. Es una voz que con sus ecos imanta hondas frustraciones del ser social nuestro, que cuando envía un ramo de olivo a algún adversario se le podría descubrir “relieves de espoletas. El Dr. Peña Gómez, es un ser dueño de un ego impresionante, pasible de trocarse en tea y hacha al mismo tiempo. Es un maestro implacable del infundio cuya voz es de sombras. Es impenitente injurioso, de alma capciosa y torva, adversario tortuoso, que no sabe ni conoce lealtades. El Dr. Peña Gómez, es un ahijado de la ingratitud y la inconsecuencia, que sabe obrar con perversidad. Es un loro bilioso y maestro del delirio y la imputación calumniosa, un hombre profundamente tarado, de descomposiciones socioemocionales inescrutables. El Dr. Peña Gómez, es un desquiciado emocional, lo peor del comunismo organizado, una escoria corrupta y bandidesca”. Con igual tono de consideración y respeto, el Dr. Castillo padre se ha dirigido a los periodistas en diferentes ocasiones; cito: “Los periodistas han desertado de su deber para convertirse en una cobarde y aborrecible maquinaria, generadora de falsas imágenes, donde ha habido obsesión por las sombras y una extraña repugnancia por la luz. Ciertos periodistas están llenos de una aberración de sentimientos inicuos y de frustraciones abismales. Son muchos los indoctos e iracundos, polillas que montados en la mula de la contumelia, se las han pasado repartiendo coces con maligna irresponsabilidad”. Por lo expuesto en los párrafos precedentes, sin lugar a dudas se confirma, que Vinchito proviene de una saga conciliatoria, mansa, buena hasta lo bondadoso, humilde, apacible, fraternal, ecuánime, comedida, respetuosa de los demás, sin odio en su corazón, mejor llenos de amor para sus congéneres, en fin, descendiente de almas grandes como Mahatma Gandhi…de gente que son parte de la solución, no entes del problema. Por esa idiosincrasia de Vinchito y por ser siervo de Dios, legionario de Cristo y devoto mariano, es lógico que creamos en sus buenas y mejores intenciones nacionalistas, porque esas cualidades, las lleva en su genética… en su sangre, en su corazón, en sus entrañas, en su ser. En el ayer, con esas características, dones y virtudes, su padre enfrentó junto a Trujillo a los catorcistas traidores a la patria y a los haitianófilos; en el hoy, lo hace el hijo, enfrentando directamente y con acciones concretas, a los responsables directos de la gran emigración de haitianos que nos afecta y además, combatiendo frontalmente la rampante corrupción, el narcotráfico y otras lacras, que están amenazando con destruir nuestra nacionalidad y nuestra amada República. Es decir, al efecto, Vinchito está llamando a capitulo a los dueños del Central Romana corporation, a los Vicini y a todos los colonos azucareros, como a los demás productores agropecuarios y contratistas del gobierno, que desde antes de 1929, en aras de mano de obra semi-esclava, han llenado el país de haitianos, con esa aberrante práctica, bestialmente inhumana. En este enrostramiento para meas culpas y corrección de antiguas inconductas, tampoco nuestro Vinchito ha soslayado enrostrar la participación del ejercito dominicano, (guardias, tenientes, capitanes, coroneles y generales) y lo hace además y con los mismos fines, hasta con el actual jefe del Tribunal Constitucional, quien en pasado obtuvo jugosos beneficios monetarios con ese ignominioso tráfico de seres humanos. Como es posible, que el Gobierno Central no quiera poner los 400 millones de dólares que se necesitaran para construirse ese muro, objetándolo con argumentos baladíes, como ese de que no podemos, porque tan sólo para pagar los intereses de la deuda externa hay que tomar el 50% del PIB. Que aparte de ese compromiso, también tenemos otros ineludibles, como el de pagar a los privatizadores de ciertas carreteras e hidroeléctricas, la diferencia del monto proyectado por ellos a ganar pero que no se haya logrado. También estos antipatriotas, pueden argumentar que somos un pueblo que se está cayendo a pedazos. Que siendo que en los hospitales no hay siquiera gaza, ¿cómo se podría destinar dinero a la construcción de un muro para resolver un problema que se puede solucionar de otro modo? Como estos tarados que nos desgobiernan, pueden objetar la construcción de este muro con estas y otras sandeces, yo Miguel Espaillat, para llevar a cabo tan magna obra, garante de la dominicanidad, propongo los siguientes puntos: Primero: que nos olvidemos de la participación del gobierno en esta obra, ya que por las razones señaladas, no la va a apoyar monetariamente. Segundo: Para darle más fuerza y sentido patriótico a esta construcción, no le llamemos muro, sino muralla, y que su concretización física, sea en verdad una gran muralla, superior en altura e imponencia a la Gran Muralla China, de manera, que esta Gran Muralla Dominico- Haitiana, nos iguale a China, en eso de poseer una de las 8 maravillas del mundo, porque con la de nosotros ya no serían 7, sino 8 esas maravillas, con lo que lógicamente, entraríamos a competir con el turismo de aquel país asiático. Tercero: Para que esa Gran Muralla, sea auténticamente un símbolo místico como real en lo material y espiritual de nuestra dominicanidad, enfáticamente sugiero, que la misma no debe ser construida, por manos haitianas, ni siquiera por una, sino que para orgullo nuestro, ésta debe ser construida en su totalidad por manos dominicanas. Entonces, para esta meta sublime, los foristas e intelectuales citados anteriormente y todos los dominicanos que han aprobado la construcción de esta Gran Muralla, se trasladarán a la frontera por unos 5 ó 6 años a construirla, no importa que mueran en esta misión, puesto que la patria se merece sacrificios como este. Muchos ya lo han hecho. Pero que también, como el gobierno no dispone del dinero para construir esta obra, que sean estos mismos dominicanos quienes por un sentimiento patriótico reúnan entre ellos el dinero necesario para esa construcción. Cuarto: para captar y administrar los millones de contribuciones necesarios para esta obra, propongo un patronato privado, pero no sin antes aprobar en el Congreso Nacional una ley que penalice con la muerte a quienes tan solo intenten robarse esos cuartos. Quinto: Todos los grandes culpables de la inmigración masiva de haitianos que queremos corregir, deben hacer grandes aportes económicos para esta construcción; me refiero a los del Grupo Vicini, a los del Central Romana, a todos los colonos azucareros y otros productores agropecuarios, a los contratistas de obras del Estado, a los militares que se han hecho millonario en la frontera con el trasiego ilegal y hasta los descendientes vivos de Trujillo, deben aportar fuertes sumas de dinero para esta construcción ya, que sus fortunas, que gozan ahora en el exterior, provienen de aquel trasiego de seres humanos, que hoy tratamos como bestias. En este capítulo de las aportaciones, los honorables diputados y senadores deben llevar la vanguardia del patriotismo con entrega y desprendimiento. Al efecto ellos deben de aportar todos esos cuartos de barriles, barrilitos, dietas, pago de representación, y otros emolumentos, para destinarlo a la construcción de esa Gran Muralla. Pero además, deben de trasladar el Congreso de la Republica a la frontera, para que el tiempo libre que dispongan, lo dediquen a trabajar en esa construcción. En esta iniciativa, Vinchito debe ser el primero en dar el gran ejemplo a seguir. En este capítulo de los aportes, es de considerase, que el mismo le ofrece una oportunidad maravillosa, a mucha gente, para que demuestren el amor que dicen profesar por su patria. El gobernador del Banco Central, Héctor Albizu, de los 83,333 pesos que gana diario, debiera en gesto patriótico donar 50 mil y quedarse con 33,333 mil que todavía es mucho dinero frente a los 200 pesos diarios que ganan la gran mayoría de dominicanos. O sea, que el gobernador haciendo este aporte, aún retendría casi un millón de toletes mensuales. También Leonardo Matos Berrido debería de su casi millonaria pensión despojarse de la mitad, porque todavía, 450 mil que le quedarían, es mucho dinero. De igual manera, invito a todos los funcionarios del país, que ganan hasta dos millones a despojarse de por los menos un millón para entregarlo al patronato pro-construcción la Gran Muralla Dominico-Haitiana. También, como contribuyentes, de esta construcción, tienen que ser significativas las aportaciones de los banqueros que tanto dinero ganan, y de muchos empresarios e industriales que han hecho fortunas inmensas con la mano de obra barata, tanto con dominicanos, como con los haitianos. Sext Un vez terminado, ya sea el muro o la Gran Muralla si es que se termina, para que se cumplan sus objetivos, hay que aumentar los sueldos del personal civil y militar de servicio allá. El General al mando deberá ganar unos 400 mil pesos mensuales. Los coroneles por los 300 mil. Los capitanes no menos de 200 mil. Los tenientes, cercano a los 150 mil y los guardias, un mínimo de 60 mil. Los funcionarios y empleados civiles también tienen que ser remunerados con pagos decentes, para disminuir el trasvase migratorio, sustentado por el cobro de peaje al que se dispone a cruzar por esta frontera, eso sí, sin soslayar que a estos servidores públicos, también hay que aplicarle la misma penalización establecida a los miembros del patronato de recaudación y administración de fondos, en los casos de incurrir en corrupción agravada. Dada esta situación, si se la quiere solucionar de raíz y que la construcción en cuestión, cumpla con los fines perseguidos; estos sueldos se tendrán que pagar, puesto que de lo contrario, esta división territorial, será un fracaso total y entonces, los críticos que se vienen riendo de tan sólo la sola idea de la propuesta, se saldrán con las suyas, al hacerse realidad sus vaticinios respecto a que ésta construcción, no resolvería el problema inmigratorio que nos agobia, y de que había otras manera más realistas, prácticas, sencillas y menos costosa, para enfrentar ese problema originado por corrupción, mafias, inconciencia, carencia de patriotismo, y hasta por la sobrevivencia de los muchos, que dejados por los gobiernos a la buena de Dios, no les ha quedado más camino que corromperse para poder sobrevivir. Finalmente quiero proponer a Vinchito, al pueblo dominicano y al Congreso de la Republica, que en esta construcción, se unan las fuerzas de lo material y espiritual y la de nuestros instintos patrios y de dominicanidad, para con esas potencias hacer más efectivo y místico nuestros sueños de regularización migratoria a través de la frontera, que pese a esa muralla y a un nuevo comportamiento anti-soborno y anticorrupción en general de los dominicanos a cargo del proceso de la susodicha regulación, posiblemente sean truncos, por los efectos del vudú, los bacá, los loases, los maleficios y otras engendros del mal, que implorados, operan y operarán en contra de nuestra República. En consecuencia, para neutralizar esas engendros y sus efectos, sugiero que nombremos a esa división territorial, Muro Trujillo o Muralla Trujillo, con lo que definitivamente, el maleficio haitiano quedaría conjurado, porque la acción de este hombre como centinela de la frontera, aun sea en su estadio de fantasma, frenaría la invasión que nos ocupa, lo que impediría repetir una matanza numéricamente superior de estos seres, a la realizada en 1937 y que hoy es tan ansiada y trabajada por los intelectuales y forista mencionados al inicio de este trabajo, con lo que también, la saga Castillo y los restantes dominicanos creyentes de esa división física, quedarán complacidos en sus íntimos deseos, querencias y esfuerzos patrios. Para finalizar este trabajo, lo hago con las preguntas de más abajo a la Familia Castillo. ¿Por qué ellos, gente de luces y de sólidos conocimientos del problema inmigratorio que nos ocupa, no iniciaron esta cruzada de regulación en los años 1966 con el primer gobierno de Balaguer? ¿Por qué no lo hicieron en el pleno apogeo de la industria azucarera cuando el problema era ya grave y en aumento? ¿Por qué hacerlo después del derrumbe de la industria azucarera, y no antes cuando el problema no era tan complejo? ¿Por qué después de tantos años y no antes? Dejo a mis interpelados, la respuesta a mi propuesta y a las preguntas planteadas de colofón. Posdata: A mis lectores y a quienes de ellos sean mis detractores acusándome de haitianófilo y traidor a la patria, les recuerdo que siempre he estado con la regularización, desde muchos antes que ni se hablara de eso, mas no así, con la desnacionalización de los dominicanos de ascendencia haitiana.

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