Motivo de alegría y no de pena
Los resultados obtenidos en el pasado torneo electoral convierten al PLD en “un fenómeno político sin precedentes en la historia electoral de la República Dominicana”. Así lo proclamó el doctor Leonel Fernández, en su columna de Listín Diario y Vanguardia del Pueblo, el 30 de mayo.
En ese escrito, el presidente del PLD no dio ninguna muestra de dolor o resentimiento por la victoria peledeista. Por el contrario, resaltó que el presidente Danilo Medina quedo reelecto con el respaldo de 2, 847,414, para un 61.7% del total de votos emitidos.
El ex mandatario destaca también que el PLD logró el 66% de los curules en la Cámara de Diputados y el 88% en el Senado, así como 104 de las 158 alcaldías, por lo que emerge como “la indiscutible principal fuerza política del país”.
He leído una y otra vez el análisis del presidente Fernández sobre los resultados electorales, sin encontrar en ninguna palabra, línea o párrafo ningún motivo para el lamento o la frustración. Lo que si percibo es que el doctor Fernández ha hecho suyo el triunfo de Danilo y del PLD.
Quienes dentro del PLD acompañaron a Danilo Medina en sus recorridos proselitistas por todo el territorio nacional fueron testigo del oleaje de masas que esas caravanas concitaron, lo que después se reflejó de manera contundente en las urnas.
Danilo, Margarita y el PLD obtuvieron una victoria contundente, legítima que se corresponde con la expresión popular expresada en las votaciones de mayo 15, por lo que en vez de lamentaciones o bochornos, lo que corresponde al partido y al pueblo contagiarse de orgullo y regocijo.
Como partido, el PLD obtuvo más de un 50% de los votos emitidos, lo que quiere decir que el pueblo le ofreció contundente respaldo en premio a la gestión de gobierno del presidente Danilo Medina y a la correcta conducción política de su dirección. Es insensato que al momento del triunfo se pretenda reducir la moral de los combatientes.
El PLD tendrá tiempo para reflexionar sobre su situación interna y aplicar las correcciones que sean necesarias o pertinentes, siempre sustentadas en el principio de unidad en la diversidad, disciplina y equilibrio, pero no hay razón ni derecho para cuestionar la calidad e intensidad del triunfo electoral.
El Gobierno es del Partido y el Partido es del pueblo, que revalidó su matrimonio con ambos al reelegir de manera contundente a Danilo y Margarita, una histórica victoria que motiva alegría y orgullo y no lamentos ni regaños.