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Miranda: la chica del año
Es el nombre femenino mas pronunciado hasta este mes de septiembre y de seguro será referente de comparación cuando evaluemos las noticias mas sobresalientes de todo el año. Se hablará de la dichosa Loma Miranda por mucho tiempo, al margen de si se explota, se convierte en parque nacional o se deja en ese limbo donde está ahora. Aun más, creo que hasta se puede explotar como destino turístico interno y con un mínimo de inversión, tendríamos cientos de miles de visitantes por temporada de peregrinaje; que a lo mejor resulta de mayor beneficio para el país y los moradores del lugar que su tan “odiada” explotación. Solamente hay que construir un monumento en la cima de la ya famosa loma y dedicárselo a una de las tantas y distinguidas personalidades nuestras que se han dedicado a la lucha por la conservación del medio ambiente nacional. Claro, hay que escoger un nombre que resista el escrutinio nacional, que su desinterés haya sido comprobado y que su solvencia moral no deje dudas. Es decir que los Rogelios, los Narcisos y demás yerbas aromáticas, estarían descalificados de entrada. Yo propongo a Doña Aniana Vargas, esa “vieja inmensa” que lamento no haber podido conocer en su juventud y que todos llevamos colgada de nuestros corazones, como referente histórico sinónimo de patriotismo, entereza y dedicación a las causas nacionales. Bien podríamos cobrar a cada visitante una determinada cantidad de dinero por tomarse una fotografía junto a una estatua de Doña Aniana, con una camiseta que diga “Yo estuve en Loma Miranda”. Ya me imagino a mis nietos y a los nietos de los millares de dominicanos que vivimos en Estados Unidos y el resto del mundo, luciendo sus exclusivas T’shirts con la cara de una heroína de verdad, no como algunas otras, que siendo descendientes de patriotas a toda prueba, hoy hacen causa común con los enemigos y propiciadores del exterminio de sus padres. Aunque mi interés es real; y creo que la idea puede funcionar positivamente, este preámbulo tiene por objetivo básico preparar el escenario, a fin de examinar los pros y los contras de este impasse que hemos llamado Loma Miranda. Vamos a poner sobre la mesa los diversos hechos y con ellos construyamos una hipótesis que nos explique -con una lógica política mínima- los singulares dislates que se han sucedido unos tras otros. Demos una miradita a sus enseñanzas, a ver de qué manera han influido en el sentimiento nacional actual y proyectémoslas hasta mayo de 2016. Es muy probable que podamos otear las elecciones y sus resultados. Lo primero que podemos observar en este desfile de ocurrencias, es la caída de un gran mit “las diferencias entre el PLD y los demás partidos, especialmente con el PRD”. Todos creíamos que el partido morado sólo se había “masificado”, pero que seguía manteniendo la esencia de partido de cuadros, ideológicamente enmarcado en el “boschismo” -que aunque no se le puede llamar una ideología, técnicamente hablando- sí se le puede considerar como un manual de comportamiento ético, para desde el Estado, impulsar los grandes cambios; recordemos el viejo lema de “servir al partido para servir al pueblo”. Cuando desde el Estado se derrotó al entonces candidato, se evidenció que las males artes ya no eran cultivadas exclusivamente por los opositores; mas luego, desde el mismo Estado se corrigió el entuerto y desde allí también, se ayudó al triunfo del candidato, aplicando las mismas artes. Se puede decir que los dos sectores principales del PLD conciliaron sus viejas cuentas, al momento de elegir a Danilo Medina a la presidencia. Ya estamos a manos y por tanto salen sobrando todas esas acusaciones de mal agradecimiento y traición que tanto se rumiaba por los bajos en el PLD. En agosto de 2012, cuando el presidente Medina no produjo la movilidad esperada en el tren gubernamental, se sintieron sonar algunos “tambores de guerra”, pero solamente en los niveles medios y bajos de la estructura partidaria. Algunos “compañeritos de la base” peledeísta, desesperados por las expectativas generadas, entendían que la presencia de viejos funcionarios “leonelistas” en el gobierno de Danilo, les impedía acceder a los puestos de trabajo -o cuando menos a cobrar en la nómina del Estado- y ahí mismo aparece la rebelión, generalmente soterrada, contra Leonel Fernández. En los niveles bajos del PLD no se ha entendido a plenitud que las elecciones se ganan construyendo mayorías y que las mayorías son posibles sólo cuando se hacen compromisos. En esas condiciones arriban al VIII Congreso Norge Botello y de nuevo el Estado se impone, derrotando a una buena parte de los dirigentes medios contrarios al danilismo y a otros, que estando fuera de las nóminas del Gobierno, no contaban con la “logística” necesaria para concitar el voto solidario de los compañeros de partido. Estos hechos señalados aquí, llegaron al clímax cuando en la semana pasada, los legisladores peledeístas de ambas cámaras pusieron al presidente Medina en una situación muy engorrosa, al aprobar y remitirle para la firma el proyecto de ley que declara a Loma Miranda como parque nacional. Pero lo verdaderamente triste de este desaguisado, no es que colocaran al mandatario en un dilema donde las opciones eran “perder o perder” sino, que lo hicieran con un esperpento jurídico, una pieza legislativa tan absurda como disparatada. Danilo Medina tuvo que escoger de entre las tres posibilidades que le dejaron sus compañeros de partido, la que mas laceraba la imagen de su gobierno. Y desde luego, que en los próximos días sabremos cuáles fueron las verdaderas razones que lo impulsaron a optar por el camino mas tortuoso. El Jefe del Estado dominicano, al verse entre la espada y la pared, es evidente que decidió “tumbar la Pared”. Aunque hay personas, legisladores y activistas de la política, que aun no se han enterado de que alguien tiene que pagar por los trastos rotos. Y es que al tocar a las puertas del infierno, siempre se corre el riesgo de que te las abran. Como les dije anteriormente, este inusual acontecimiento tiene lecturas y consecuencias diversas, y diferentes. Si lo que se buscaba era establecer un punto de inflexión -para marcar un cambio de rumbo justo a mitad del camino- esta es una oportunidad magnífica. Falta ahora precisar si los acontecimientos se presentaron de manera fortuita o si hubo la mano mágica de alguien “out stage”. Porque no hay dudas de que este lance le ha dado a Danilo Medina -ya sea por suerte o por esfuerzo- una oportunidad de recomponer algunos aspectos de su muy bien estructurada popularidad, y por tanto, aumentar su valor a futuro, quien sabe si hasta que llegue el momento aquel de “hablar de lo que hay que hablar”. Personalmente creo que cuando el Presidente respondió con tanto cuidado y esmero en el documento que remitió al Congreso para observar la susodicha ley, es evidente que quería dejar bien claro que en materia de asuntos de Estado, hay mucha diferencia entre los actores políticos del sistema. Las diferencias entre el texto de la ley y la carta que la objeta es tan notoria que se puede afirmar, sin faltar a la verdad, que hay políticos de grandes ligas y hay políticos de ligas de verano. Es muy cierto que en lo que va del período, el Gobierno no se ha distinguido por mostrar seguridad en sus actos, mas bien se ha comportado como un diestro bailador de bachata, dando pasos hacia adelante y pasos hacia atrás; pero si este evento de Loma Miranda es realmente un punto de inflexión en el derrotero danilista, hay que suponer una embestida desde palacio para “corregir lo que está mal”; ya se “ha hecho lo que nunca se había hecho” y en cierta forma también se ha “preservado lo que está bien”. Como no puedo -en este trabajo- abordar todas las aristas de este poliedro político, quiero dejarlos con un enunciado que como los axiomas, no necesita demostración y que servirá de motivo para mi próxima entrega: “Sin los Castillo, el gobierno del PLD es como una cucaracha en un gallinero” ¡Vivimos, seguiremos disparando! rolrobles@hotmail.com