Miguel Espaillat oficializa aspiración a diputado del exterior por el PRM

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Miguel Espaillat, durante el acto en que oficializó su precandidatura a diputado del exterior.

Miguel Espaillat lanza su precandidatura a diputado por ultramar por el partido revolucionario moderno estuvieron presentes amigos, familiares, organizaciones politicas y de la sociedad civil, entre ellos, el Partido Frente Amplio, Partido Humanista Dominicano, Movimiento de Liberación Molinar, Coalición democrática por la regeneración nacional entre otros.——C——-

Posted by Lorenzo Castillo on Tuesday, September 17, 2019

 

Texto de un discurso pronunciado por el escritor y polìtico Miguel Espaillat Grullón en un reciente acto en Nueva York en el que lanzó su precandidatura a diputado del exterior por el Partido Revolucionario Moderno (PRM).

 

Amigos de cualquier denominación política:  Está llegando la hora para elegir a los siete nuevos diputados de ultramar para el periodo 2020-2024.  Es una decisión trascendental para nuestro pueblo de allá, y de este exilio forzado, dado la importancia que reviste el Congreso Nacional para la salud social de nuestra patria.

Como es bien sabido, yo participé en dos elecciones pasadas tratando de ganar una de las diputaciones de ultramar por esta circunscripción #1.

En esta ocasión, por tercera vez, vuelvo a trabajar firmemente para el logro de esta meta, impulsado por el deseo espiritual que tengo de servir a mi patria, desde una posición de poder real como lo es una diputación.

Como la situación del país ha empeorado dramáticamente, reafirmo y amplio el discurso con que desarrollé mis anteriores campañas electorales, teniendo como hilo conductor el rescate de nuestra patria de las manos malévolas y ladronas del PLD, para implementar un verdadero proyecto de nación con los mejores hombres y mujeres con que cuenta nuestra patria.  En ese tenor, valoramos la militancia de los partidos integrados a la Coalición Democrática por la Regeneración Nacional,

Conciudadanos, en el día de hoy, hablar sobre la corrupción y la impunidad y sobre todas las fechorías cometidas por los peledeistas en el ejercicio del poder, resulta en este tiempo llover sobre mojado, debido a que los medios de comunicación, han venido difundiendo ampliamente la comisión de sus ignominias.

Debido a ello, ya sabemos que las desastrosas políticas públicas y la corrupción e impunidad rampante que sufre nuestro pueblo, han sido implementadas por ese Partido de corruptos, para intencionalmente destruir los cimientos institucionales, y los valores morales y culturales de nuestra nación, con el ruin objetivo de envilecerla y dominarla, para así, en un rio de ignorancia, vicios y calamidades, hacer y deshacer, y robar a manos llenas, tal como efectivamente lo han venido haciendo.

No obstante, permítaseme exponer de manera sucinta la corrupción, con los irritantes privilegios, que impera en el Congreso Nacional, para que se vea claramente, (que es imposible llevar a cabo) – el cambio que estamos prometiendo cuando lleguemos al poder, sin un Congreso integrado por nuevos actores políticos, totalmente diferentes a los actuales.

Señores: el Congreso Nacional recibe más fondos que los ministerios de deporte, de trabajo, de la mujer, y el de la juventud juntos.

De este presupuesto los senadores reciben un sueldo base de 320 mil pesos mensuales, y lo diputados, 300 mil. A estos emolumentos hay que añadirle lo que reciben los senadores por concepto del “barrilito”, y lo que reciben los diputados por el “cofrecito”, en ambos casos, dizque, para ayuda social.

Estas sumas dependen del número de personas por provincia, (por lo que, por esta trapisonda), la mayoría de los congresistas tienen asegurado 500 mil pesos mensuales, y algunos, hasta dos millones, como es el caso de la senadora Cristina Lizardo. Esto, es aparte de sus correspondientes sueldos mensuales.

A este enorme privilegio se le añade dos exoneraciones para importar dos vehículos de lujo, pago de combustible, pago de gomas, pago de un celular, una computadora portátil, la asignación de choferes, secretarias, relacionistas públicos, pago de guachimanes, de asistentes y cualquier otro personal; además reciben pasaporte diplomático, gastos de representación que incluye, viajes al exterior con pago de hotel de lujo, restaurante, transporte, y gastos corrientes.  Además, cobran 3,500 pesos por asistir a cada una de las reuniones de las asambleas legislativas, y otros 2 mil pesos por asistir a cada una de las reuniones de sus comisiones, pudiendo recibir más, por otras reuniones de dudosa acreditación. También reciben hasta 500 mil pesos para que celebren los días de reyes, de las madres, de la secretaria, de navidad, del inicio del año escolar, y hasta reciben miles de pesos para dar a su clientela política las especies para hacer las habichuelas con dulce.

Además, “estos honorables servidores públicos” tienen en el edificio del Congreso, un comedor donde le sirven gratis, comida gourmet, postres y vinos caros.

Señores, nuestros congresistas también son privilegiados con inmunidad parlamentaria, pasaporte diplomático, y con un seguro de vida y de salud.

También disfrutan del majestuoso club de los legisladores, y si les coge la noche en la capital, pueden pernoctar en un hotel de lujo que hay cerca de ese lugar, donde reposan en una suite pagada por el Estado.  También, al momento de salir del congreso, “estos sacrificados funcionarios” tienen garantizada una pensión vitalicia y un seguro médico nacional e internacional de por vida.

A todo esto, se dice, que estas entradas y beneficios son cheles, comparados con el dinero que los diputados y senadores reciben por los sobornos que se dan cuando se trata de aprobar un contrato millonario.

Señores, en este asco de congreso, sus miembros se agencian todo este dinero mensualmente, mientras la mayoría de los trabajadores dominicanos no ganan más de 10 mil pesos mensuales, que solo da para comer arroz con huevo, y en tanto, en los hospitales, por la precariedad presupuestaria, la gente muere porque no hay medicinas con que curarlos.

Definitivamente, este nicho de parásitos tenemos que cambiarlo, si queremos reorientar el rumbo de perdición, por el que ellos, con sus perversidades, están conduciendo a nuestra tierra.

Como ya tenemos una idea de cuáles son los problemas que están arruinando a nuestra patria, y su génesis, ahora nos toca hablar brevemente de las soluciones, y de cuál sería el rol del Congreso Nacional, es decir, de los diputados y senadores en la solución de la tan grave problemática planteada.

Cantidad de veces hemos oído a muchísimos indignados ciudadanos expresar, que hay que salir del PLD a como dé lugar, y que de inmediato lleguemos al poder, el primer decreto a emitir tiene que ser aquel que ordene el apresamiento de todos los funcionarios que se han enriquecido a expensas de robar y que se le expropie lo robado.

Señores, eso sería lo ideal, y para hacerlo más justo, yo añadiría, juzgarlos, y de encontrarlos culpables, fusilarlos.

Desgraciadamente, esta manera solo es posible si llegáramos al poder mediante el triunfo de una revolución armada, pero llegar al poder con esta seudo democracia mediante elecciones amañadas, que son manejadas por la perversa élite gobernante, plantea que es un imposible, una ilusión juzgar a esta gente que ha robado tanto con las instituciones y mecanismos que ellos han prohijado para blindarlos y protegerlos, lo que obliga, a que para juzgar a esta horda, primero hay que eliminar las estructuras jurídicas que les aseguran la impunidad de que gozan. Pero señores, esa meta toma tiempo, y conlleva un arduo y revolucionario trabajo.

Entonces, para conjurar las remoras que impiden establecer la justicia que demandamos, planteamos una Reforma Constitucional mediante una Asamblea Constituyente cuyo objetivo principal sea reformar el sistema de Justicia actual, por uno que garantice su imparcialidad e independencia del poder ejecutivo y de cualquier otro poder.  En ese sentido, fruto de esa reforma, el Ministerio Publico, los fiscales y la judicatura en general, es decir las altas cortes, como la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Superior Electoral, el Tribunal Constitucional, así como también sus jurisdicciones inferiores como el Tribunal de Paz, el Tribunal Superior Administrativo, el Tribunal Contencioso Tributario y Administrativo, y otras instituciones jurídicas como  la Cámara de Cuentas, el tribunal Contencioso Electoral de la JCE, etc., serán libres, soberanos e independientes.

Lógicamente, estas instituciones tienen que estar dirigidas por los profesionales mejor cualificados, por los más probos, por los más virtuosos, por los más humanistas, por los más éticos y morales con que cuenta la República.

Establezco como prioritaria la aludida reforma al sistema Judicial, porque sin una justicia con las características señaladas, es imposible emprender un programa de gobierno que contemple un proyecto de nación, porque donde no hay seguridad jurídica, donde no hay justicia verdadera, se impone la corrupción, la impunidad y el libertinaje, y por corolario, se instaura el caos institucional que tira por la borda toda iniciativa necesaria para el desarrollo y el progreso de un país y el enraizamiento de una verdadera democracia cuya prioridad sea el ser humano, o como decía Peña, “primero la gente”.

Conciudadanos, por la importancia del asunto de la justicia, permítaseme reiterar una vez más, que esas característica de la  justicia en nuestra constitución, solo son posibles establecerlas mediante una Reforma Constitucional patriótica, hecha a través de una Asamblea Constituyente, también patriótica, ya que las anteriores modificaciones (más de 36), llevadas a cabo a partir de 1844 hasta la fecha, solo han servido para favorecer los intereses y las ambiciones personales de los gobernantes de turno y de la clase gobernante confabuladas con ellos, en eso de mantener al pueblo marginado de la educación y de una justicia social incluyente, en la que el goce de las riquezas de la nación, estén aseguradas equitativamente para todos

Ahora bien, la función de los congresistas (de diputados y senadores), es legislar, es decir, crear y modificar leyes, y fiscalizar el uso de los recursos del Estado empleados en la realización de las políticas públicas concertadas entre el poder ejecutivo y el legislativo, para que estas se ejecuten correctamente conforme a lo planificado y a lo presupuestado.  Si entendemos bien el contenido de estas explicaciones, llegamos a la conclusión, que del Congreso Nacional, depende la suerte, el destino, el rumbo de todos los países que se rigen por el sistema democrático.

Por tal razón, para que un país transite por el camino de la justica social, del desarrollo, del progreso y de la paz, y por los senderos de la libertad y la equidad, se hace necesario que contemos con los congresistas idóneos, puesto que, de lo contrario, es imposible la materialización y consolidación de la democracia que estamos prometiendo establecer, una vez lleguemos al poder.

Una democracia no se establece con senadores y diputados que lleguen a sus curules gastando hasta más de 60 millones de pesos en una campaña, una cantidad que no llega al 50% de los sueldos nominales totales, cobrados en los 4 años que duran esos personajes en sus funciones.  Y de ser así, ¡que desgracia!, pues quien paga para llegar, llega para robar.

Lograr las metas democráticas propuestas, en cuanto a la reforma del sistema judicial, y respecto a lo social y económico, no es posible con senadores y diputados cuyo capital político, social y académico es ser dueño de bancas de apuestas, o que son patrocinados por los empresarios corruptos, o por los narcotraficantes con jefatura en el crimen organizado, a los que se han vendido.

Estas reflexiones se derivan de las experiencias amargas que hemos tenido los dominicanos con nuestros congresistas, que por lo duro que nos han dado, no podemos, ni debemos jamás repetir esa historia macabra, so pena de seguir viviendo, el infierno social, en que los demonios del PLD han convertido a la tierra que nos vio nacer.

Entonces, dominicanos aquí presentes, para las próximas elecciones vamos a darle la debida importancia que tiene el Congreso Nacional para el establecimiento de la auténtica democracia en nuestra patria.

Desde esta tribuna y muchas otras, he oído discursos minimizado la importancia del Congreso Nacional, para en cambio importantizar la elección del presidente de la Republica.

Señores, craso error este, pues si solo ganamos la presidencia de la República, serán nuestros los ministerios y otras instituciones estatales en los cuales podremos colocar los millones de desempleados que tenemos en la oposición desde hace casi 20 años, pero ese sería nuestro único logro como gobierno, para seguir siendo más de lo mismo, porque sin un Congreso Nacional idóneo, jamás podremos hacer las necesarias transformaciones a las instituciones estatales, principalmente a las jurídicas, que nuestro país está demandando urgentemente para salir del desastroso caos social y económico en el que el PLD, y gobiernos anteriores lo han precipitado.

Señores,  es penoso que no hayamos podido implantar esa democracia soñada, pese a que en pos de ese anhelo, han pagado un precio muy alto sus mejores hijos en las cárceles, en las cámaras de torturas, en el exilio, en alzamientos en las montañas, en invasiones, en revoluciones, en las calles, y agotando largos años de militancia en un Partido en el que hemos envejecido, oyendo sus promesas de  transformaciones y reivindicaciones democráticas, pero que al final nunca las han cumplido.

En vistas de todo lo planteado, tenemos que hacer conciencia de la importancia del Congreso Nacional, en consecuencia, debemos estar alertas ante los planteamientos y promesas que en campaña un aspirante a diputado o a senador enarbola para conquistar el voto popular.

Señores, un senador o diputado llega al Congreso Nacional apoyado por un Partido que tiene un programa de gobierno que conlleva un Proyecto de Nación, que está en armonía con las leyes y la Constitución de la República, y como al momento de asumir su cargo, ese diputado o senador jura cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes y todas las obligaciones inherentes a su cargo, entonces, ese funcionario público no puede actuar al margen de ese juramento contraído.

En este orden de ideas, el PRM, en consonancia con la Coalición Democrática por la Regeneración Nacional tiene un programa de gobierno con políticas públicas, para llevar a cabo un Proyecto de Nación.  Felizmente tengo el borrador de ese documento de 200 páginas, el cual he estudiado minuciosamente para estar al tanto y entender el trabajo que tengo que asumir de llegar al Congreso Nacional.

Señores, un diputado no llega al congreso a inventar o a improvisar, sino, que así como un ingeniero construye una casa guiándose de un plano previamente elaborado, de igual manera, el diputado o senador llega al congreso a hacer un trabajo con un programa, también previamente elaborado.

Cumpliendo con ese requisito, hasta ahora el programa de gobierno del PRM consta de 330 puntos, en los cuales, nuestro Partido expone, cuál será su política pública en Salud, educación, minería, transporte, energía eléctrica, vivienda, agricultura, ganadería, Medio Ambiente, producción de alimentos, institucionalidad, justicia, turismo, cultura y arte, y que políticas deportivas y para la juventud aplicará.

También ese programa de gobierno del PRM detalla, que política llevará a cabo con el sector industrial, empresarial y bancario, y cuál será su política pública para la creación de empleos, para el acceso al agua potable, para la reactivación de las exportaciones y la inversión extranjera, y para lograr la seguridad ciudadana.

Ese programa también establece que se hará para combatir al narcotráfico, y especifica las acciones para reformar a la ley que rige la Policía Nacional, y habla sobre la revisión de pensiones y de los planes para reducción drástica de la pobreza, y de la protección a la mujer contra los feminicidios, y propone cuáles serán sus políticas para resolver el problema de la excesiva inmigración haitiana y otras.

También, el programa de gobierno del PRM manifiesta, cuál será su política exterior, que hará para sanear el gasto público, como frenará la abultada deuda externa, que política monetaria, crediticia y cambiaria ejecutará, como enfrentará la corrupción y la impunidad, como garantizará la inclusión social, cuáles serán sus políticas municipales y cuáles serán las políticas a implementar para favorecer a la diáspora.

Estas, y 300 propuestas más de políticas públicas, son las que va a implementar el PRM y la Coalición Democrática por la Regeneración Nacional cuando conquistemos el poder en mayo de 2020.  Y yo, como diputado de ultramar, prometo cumplir y hacer cumplir con la agenda de este programa, que conlleva un Proyecto de Nación.

En este discurso quiero resaltar un punto sobre la educación. Señores, en el día de hoy es imposible la educación, ya sea preescolar, primaria, secundaria y universitaria sin que se tenga acceso a la internet.

Todos estos periodos de estudio conllevan hacer una tarea en la computadora, por consecuencia, el alumno que no tiene la forma de acceder a esta tecnología para hacer las tareas que le asignen, tendrá una educación deficiente con la cual nunca podrá competir en el mercado laboral o ingresar al mundo científico del estudio y la investigación.

Frente a este requisito, los niños y adultos de hogares pobres, están en franca desventaja ante los de las clases pudientes, puesto que en nuestro país el internet es excesivamente caro.  Para romper esa barrera, desde ya, propongo a mi Partido que cuando lleguemos al poder, trabajemos en dotar al país de su propio satélite para la internet, pues es la única forma con la que podríamos abaratar ese servicio hasta en un 80%, para que llegue a los desposeídos, tal como está ocurriendo en Bolivia bajo la gobernanza de Evo Morales.

Es posible que en este punto de mi discurso algunos se estén preguntando cuales son mis propuestas específicas como aspirante a diputado de ultramar para ganarme el voto de los dominicanos residentes en esta circunscripción #1.

Pues bien, entiendo que la prioridad más sentida de todos los dominicanos en este exilio forzado, es rescatar a nuestro país del laberinto moral y económico en que lo han llevado los nefastos gobiernos del PLD.   Hay mil razones para este anhelado deseo.  Una de ellas es, acabar con la inseguridad ciudadana. Tenemos miedo de mandar a nuestros hijos y nietos y demás familiares a nuestro país, por temor a que no los maten o que regresen enfermos.  Nos aterra la idea de volver a vivir allá, al oír la cantidad de crímenes que están sucediendo por la causa de la delincuencia a cargo del narcotráfico y de la misma policía nacional.  Por otro lado, la ausencia permanente de agua y luz, lo mismo que lo caro de la comida y el cuidado de salud, son factores de primer orden a la hora de pensar en el regreso a la tierra de nuestros amores y dolores.

En consecuencia, para mi resulta ilógico, que estando esta situación de por medio, nuestro discurso de campaña se base en prometer facilidades para llevar la mudanza y el carro, o aconsejar que cojan sus chelitos y se vayan a poner un negocio allá, bajo el entendido de disfrutar una imaginaria felicidad comiendo plátanos con aguacates, y arroz con huevo, para que cuando la realidad nos dé en la cara, regresar derrotados sin dinero, para un nuevo y difícil comienzo.

En este panorama, tampoco voy a proponer privilegiar con clases de inglés a los que están esperando salir del país visados con residencia, puesto que mi trabajo de diputado estará orientado a rescatar a nuestro país, para que ningún dominicano tenga que abandonar a su patria, para venir aquí a frustrarse como le ha tocado a mucha gente, especialmente a los profesionales. En cambio, legislaremos para que los dominicanos que llegan allá deportados, sean favorecidos con programas de educación que los rehabilite para que sean ciudadanos ejemplares de su nación.

Señores, si ganamos el poder, e implementamos las políticas públicas referidas para rescatar al país, la concretización de los buenos resultados al respecto, conlleva un tiempo de no menos de dos años.

Cierto que tenemos mucho interés desde la curul de diputado en beneficiar a la diáspora de la que soy parte, pero siempre el objetivo primario será el rescatar a nuestro país de las garras perversas del peledeismo, para recuperar su institucionalidad, y su democracia y retornar al país a los niveles de seguridad y convivencia social que teníamos antes del reinado del discipulado que han traicionado al boschismo.

Adjunto a las consideraciones externadas, yo exhorto a cada miembro del PRM a que trabaje con entusiasmo en la campaña del candidato a diputado o senador de su preferencia, bajo el entendido, de que estos tienen la capacidad intelectual y los dones espirituales y morales, para ser ese congresista civilista, que el país necesita para tener un Congreso de la República, diferente a la canallada, que actualmente tenemos.

Por ello, para elegir votar por un candidato a diputado o a senador, primordialmente debe prevalecer entre nosotros la conciencia de la responsabilidad ciudadana y el amor a nuestra patria, por ende, esa elección no puede ser, bajo el infeliz argumento de votar por fulano porque es mi amigo, o votar por zutano, porque él fue el primero con el que me comprometí, o votar mengano por  porque él fue el primero que me habló, o votar por alguien que ni siquiera conocemos, porque su dinero y posición social nos han seducido y deslumbrado, o por la presión del medio, o porque nos plegamos como siervos de la gleba a obedecer la línea que nos bajan, maleadas instancias superiores.

Señores, esto de votar por los congresistas es una decisión sumamente trascendente; como ya expuse, del Congreso Nacional, de la calidad humana de sus integrantes, depende la suerte del país; por lo tanto, asimilemos que su ejercicio debe ser el producto de una resolución personal muy sopesada, por lo que ese sagrado derecho y deber ha de consumarse votando por aquel hombre o mujer, que reúna las condiciones humanas, intelectuales, políticas y sociales, que a ojo de buen cubero, intuyamos que irá al Congreso Nacional a servirle a su pueblo.

Bajo esta premisa, la consigna debe ser, votar por aquel hombre o mujer, que colegimos, tiene la inquebrantable la determinación que desde su curul le dará seguimiento al programa de gobierno de su Partido y a las propias suyas que ha prometido, y que tiene la convicción y las agallas que será un irreductible en eso de defender a la clase trabajadora y a los más necesitados y vulnerables.

Ante la necesidad de un cambio en nuestra patria, la decisión de votar debe ser, por aquellos candidatos que percibimos, que desde el Congreso Nacional enfrentarán sin vacilaciones al neoliberalismo y a las poderosas mineras que roban nuestro oro y demás metales.

Para un nuevo Congreso Nacional, hay que votar por aquellos ciudadanos comprometidos de corazón con la salud del Medio Ambiente, y por aquellos que intuimos serán inquebrantables, ante la tentación de la corrupción y la impunidad, y que no tendrán temor a desafiar a los aludidos poderes tradicionales que se han erigido en amos y señores de la república.

Si votamos con este criterio, le cerraremos el paso a los dueños de bancas de apuestas, a los que son financiados por los capos de crimen organizado que regentean casinos, que trafican con drogas y que lavan sus fortunas mal habidas.

Pero también, votando por el candidato que intuimos insobornable, le cerramos el camino, a los nuevos ricos del PLD que quieren perpetuarse en el Congreso, por sécula seculorum.

Señores, si votamos auscultando la voz y los sentimientos de la patria, le daremos jaque mate, a todos aquellos candidatos que son apadrinados por el empresariado corrupto, indolente y egoísta hasta los tuétanos, que desde 1844 hasta hoy, se han tomado el país completamente para ellos, y que solo quieren el poder, para servirse de él a manos llenas, con privilegios irritantes, y para practicar una corrupción e impunidad desenfrenados.

Señores, ya es hora de que rompamos con ese lastre que nos lleva a comportarnos como ovejas sumisas frente a los poderes que nos han venido manipulando en pos de sus espurios intereses, para en cambio, proceder como verdaderos cuadros políticos dotados con voz y pensamientos propios.  Señores, Ha llegado el momento de que votemos con responsabilidad y honestidad. Al efecto, que se vote por el candidato, cuya persona, nos parezca un alumno de Duarte; y que si son creyentes, ateos o herejes, no importa, si al final actúan como hombres Dios.

Por último, una propuesta final. Como presumimos de ser un pueblo cristiano, si por ello nos viésemos en la obligación de asumir la práctica de algunas normas bíblicas, entonces, de los 10 mandamientos, al igual que López Obrador, me decantaré por los tres que rezan: no robar, no mentir, no traicionar, para que en una lucha sin tregua, todos unidos, saquemos al fatídico PLD del poder, para entonces, por los buenos resultados, adjunto al poeta Deligne, orgullosamente podamos recitarle a nuestra enseña tricolor:

¡Dominicana bandera…

que linda en el tope estás,

arriba, muchos más arriba

quién te viera mucho más!

Muchísimas gracias

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