¿Miedo a fusionar la isla? ( 1 de 2)
Guardando la diferencia entre temas, Hitler ya no existe, y Danilo Medina solo le asemeja en estatura, no así en esencia, por lo que no autorizaría semejante atrocidad, que sus compañeros dizque “progresistas” instigan: un campo de concentración dominicano, sería una aberración mayor, mejor construir un muro a lo largo de la frontera, que no es tan descabellado. Luego vendrían los disparos al estilo Trujillo o como ocurre en países que comparten fronteras amuralladas con otros.
Pero todo el «show» patriótico fundamentalista tal vez sea para esconder la ineficiencia que ellos mismos permiten con el flujo migratorio sin papeles, para no llamarle “ilegal”. Ellos son quienes están al frente desde hace buen tiempo en la Dirección de Migración por lo que existe cierta responsabilidad en el descontrol migratorio actual.
Así como ha ocurrido con el aumento del narcotráfico bajo la presidencia del consejo antidrogas en varios gobiernos dis-funcionales, de in-funcionarios expertos en asuntos mediáticos y en hacer creer, pero con nada de concreto para el bien de las mayorías.
¡Esto es innegable! La evidencia está ahí a la luz de todos.
FUNDAMENTALISMO NACIONAL
Como se ha visto, la irracionalidad llega al punto de amenazar periodistas de muerte, entre otras, así como atacar propuestas de grupos económicos y empresariales que han realizado propuestas, acciones inteligentes y responsables, implementado iniciativas de Desarrollo en la frontera y en Haití, en la persona de Juan Vicini.
Invalidan la iniciativa de Vicini, mientras defiende un nacionalismo a conveniencia, de pantalla, altamente cuestionable, aplicando su técnica favorita de terror sofisticado a la población. Antes era contra Peña Gómez y el PRD, con su acusación de asociados al Narcotráfico. Hoy juega al terror con el tema Haitiano, como una táctica de posicionamiento de un partido minúsculo, que saca unos cuantos votos, gracias a los atributos del más noble de sus hijos, en el Distrito Nacional.
El miedo es un tono emocional muy bajo, que en una escala de 0 a 10, lo ubico en menos 8 (-8). Mucho tiene que ver con lo desconocido, con la desconfianza, con el misterio, con el chisme, la confusión, la mentira, la hostilidad encubierta y demás bajos y despreciables instintos.
Aquel que tenga la “capacidad” de infundir miedo, temor o terror, odio, puede manipular a las masas y dependiendo de la práctica, sofisticada o no,puede llegar a ser catalogado de “terrorista” capaz de todo para lograr sus perversos propósitos.
Entre haitianos y dominicanos existe una especie de temor generalizado, heredado y transmitido de generación en generación, que data desde los tiempos de la colonia y que tiene que ver con el abuso que, todos sabemos, según se cuenta en los libros de historia, de manera acomodada, de lado y lado, motivado por intereses bajos y parciales.
Lo extraño es que el criollo dominicano, antiguo taíno, no guarda rencor contra las barbaridades de los españoles y genoveses de la época. Tampoco el haitiano, guarda rencor contra el francés que le esclavizaba y que después de la independencia le obligó a pagar un resarcimiento económico a cambio de concederle la supuesta independencia.
Sí hay un rencor eterno entre haitianos y dominicanos, azuzado y enchinchado históricamente (por la irracionalidad de ciertos fundamentalistas) que según he podido advertir en mi estudio de ese pueblo, es más intenso del lado oeste. Se observa una mayor carga emocional, incluso recogido en su cultura y folklore.
Lamentablemente es algo irracional y tal vez inconsciente transmitido en el tiempo, tal vez debido a las cargas de dolor y sufrimiento de dicho pueblo, registrado en el tiempo debido a eventos propiciados por «la locura» de una clase política torpe y egoísta con delirios de Napoleón, la mayoría con una arrogancia que llega al cielo. Pero bueno, esto lo vemos en Dominicana en cualquier funcionario de quinta categoría, lo cual siempre dificulta el entendimiento.
Entonces es evidente que si este malestar existe, tiene que haber alguien provocando el miedo mutuo entre Dominicanos y Haitianos a lo largo del tiempo para su propia conveniencia.
¿UNIR LA ISLA?
Ya está unida física y geográficamente. La cosa es al revés: Lo que si les gustaría a unos pocos dominicanos fundamentalistas, en su incapacidad pro-positiva, de origen extranjero, con vocación de la eugenesia, es que selance una bomba atómica de ese lado de la isla para resolver el problema de una vez y por todas. Pues así podrían repoblar esa zona con personas de origen ario o nórdicos, cómo hizo Trujillo cuando trajo Canarios (Bani), Japoneses (Constanza), Alemanes (Sosua), etc.
Fusionar la isla es tan real como que, el Congreso Dominicano le apruebe a Funglode y Fernández el Status de Estado Independiente, dentro de la República Dominicana. Como es el Estado Vaticano dentro de la ciudad de Roma, Italia, donde residen unas 800 personas dentro de un área de 400 mil metros cuadrados, para que pueda gobernar eternamente dicho Estado junto a sus acólitos, como ocurre con el Papa.
Debemos darnos cuenta que haitianos y dominicanos son muy diferentes, eso es muy obvio y no solo por el color de piel, sino por su «mindset» y comportamiento, por lo que nunca existirá tal unión o fusión. El haitiano siempre será haitiano, y no siente ningún placer de vivir en la parte Este de la isla, salvo los que viven en Casa de Campo, que no piensan ni se consideran haitianos.
En condiciones económicas mejores (en Haití), el haitiano ilegal residente en Dominicana regresaría solito a su casa.
El haitiano aparentemente es más “racista” que el dominicano, y su nivel de discriminación es mayor, esto es muy natural y evidente en Haití -Algo aceptable entre ellos-. Aparentementeno ha sido posible olvidar el origen tribal en su línea genética, comportamiento que se verifica inconscientemente y que muchas veces ellos mismos no advierten, pero que voluntariamente toleran y permiten entre ellos, pues ciertas tribus siempre se han considerados así mismos superiores.
EL PECADO ORIGINAL
No olvidemos que originalmente los colonizadores, hábilmente, trajeron esclavos de diferentes localidades del África para dificultar que pudieran comunicarse entre ellos y complotarcontra el esclavizador europeo.
Hoy lo único que une a esa descendencia es el hecho de ser o llamarse haitiano –de la montaña, según el origen de la palabra- pero parece ser que las diferencias tribales permanecen aún. No ha sido posible lograr un propósito común como Nación. Las diferencias ancestrales persisten en el tiempo y se manifiestan en la política, en lo social y en lo económico. Las pocas veces que se logró avance estructural, fue a través de la fuerza o de regímenes dictatoriales.
Este delicado tema de la diferencia entre RD y Haití, siempre será usado por políticos faltos de visión, para llamar la atención en vez de capitalizarlo de un modo más pro-positivo e inteligente. Y no me refiero a cómo intentó el ex Presidente Fernández, donando de manera «propiciativa» e interesada una universidad -que no le agradecieron- pues estaba buscando ser declarado padre de la isla, buscando sacar partido de la reconstrucción, resultado de la desgracia provocada por el sismo donde miles de Haitianos perdieron sus vidas, familiares, y pertenencias.