MIAMI: Dominicana enviada a una cárcel de hombres restablece demanda

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Por DAVID OVALLE

Fior Pichardo de Veloz, una abuela dominicana que fue arrestada en Miami, sufrió una gran humillación por parte del Departamento de Prisiones del Condado de Miami-Dade: los carceleros la registraron como hombre y la mujer pasó casi 10 horas en una celda rodeada de reclusos recelosos.

Su vergüenza aumentó cuando un juez federal desestimó su demanda, diciendo que los empleados de prisiones están protegidos de ser juzgados por negligencia.

Pero claramente perturbado por el escandaloso error, un tribunal federal de apelaciones restableció este mes la demanda contra el médico y la enfermera de la cárcel que insistieron en que los guardias de la cárcel consideraran a Pichardo como un hombre, aunque un examen físico ya había demostrado que era una mujer.

“Todo funcionario de prisiones y personal médico con uso de razón sabría que clasificar erróneamente a una mujer biológica como un recluso masculino y colocarla con la población masculina de un centro de detención es ilegal”, escribió el juez Frank Hull en el fallo unánime publicado el 21 de noviembre.

La decisión significa que ahora De Veloz puede iniciar un juicio contra el doctor Fredesvindo Rodríguez-García y la enfermera Fatu Kamara Harris. Un abogado del condado Miami-Dade, que representa al médico, declinó hacer comentarios. El abogado de Harris no devolvió una solicitud de comentarios.

Un abogado que representa a Pichardo dijo que “estamos satisfechos” con la decisión del tribunal.

“El fallo acertado, como creíamos, sostenía que los acusados no podían ser tan estrictos como para ignorar la abrumadora evidencia que tenían ante sí de que la Sra. Pichardo era en realidad mujer”, dijo el abogado Ryan Marks.

El fallo de 27 páginas, que también se basa en documentos sobre asuntos internos de la cárcel, ofrece detalles condenatorios nunca antes publicados sobre la terrible experiencia de Pichardo en el sistema de prisiones de Miami-Dade.

Pichardo, ahora de 55 años, es abogada y funcionaria local electa en la República Dominicana. Pichardo había venido a Miami en el 2013 para el nacimiento de su nieto cuando fue detenida en un caso de drogas que desconocía que estaba pendiente.

Fue arrestada en el Aeropuerto Internacional de Miami el 4 de noviembre del 2013. Desde el principio, la evidencia era clara de que ella era una mujer: el agente que lo arrestó mencionó su género como femenino.

En la prisión Turner Guilford Knight, la única cárcel donde se ficha a los presos, fue procesada como mujer. A las 7:17 p.m. una mujer policía la cacheó y le examinó sus áreas privadas para asegurarse de que no tenía contrabando escondido en su cuerpo.

La policía más tarde declaró que “no notó nada anormal” sobre Pichardo, a quien se le dio un mono naranja femenino, según el fallo.

Debido a su historial de presión arterial alta, Pichardo fue acompañada a la unidad médica para lo que se suponía que era un chequeo de rutina.

Fue en ese momento en que Harris, la enfermera, le preguntó a la agente de prisiones Audrey Morman si Pichardo era un hombre. La razón: el expediente de Pichardo decía que estaba tomando píldoras hormonales.

La enfermera le dijo al carcelero que a veces “los reclusos varones toman píldoras hormonales para aumentar sus senos”. Pichardo se estaba sometiendo a una terapia de reemplazo hormonal, pero para ayudar con los síntomas de la menopausia, algo que es común en las mujeres de 50 años, señaló el tribunal.

Harris se acercó a Pichardo y le preguntó sobre su género. Desconcertada, Pichardo dijo que era una mujer.

A las 2 a.m., Harris condujo a Pichardo a una sala para que la examinaran, pero se fue antes de que el médico viera a la detenida. El Dr. Rodríguez-García vino pero nunca le pidió a Pichardo que se desvistiera, sino que le hizo una serie de preguntas sobre su historial médico. Pero nunca le preguntó “si era una mujer, un hombre o un transgénero”, o por qué tomaba píldoras hormonales.

Sin haberle hecho nunca un examen físico, Rodríguez-García decidió reclasificarla como hombre.

A pesar de que Harris, la enfermera, no estaba presente durante el examen, inexplicablemente le dijo al carcelero que el examen había revelado que “todo se había derrumbado”, es decir, indicando supuestamente que le habían descubierto genitales masculinos a Pichardo. La agente Morman se quejó, e incluso llamó a su supervisor. Pero no tuvieron más remedio que seguir las órdenes del médico.

La enfermera agregó una nota al archivo de Pichardo: “Transgénero, partes masculinas, tendencias femeninas”.

Otra agente también preocupada, Kimberly Jones, le preguntó a la enfermera tres veces si había examinado físicamente las partes privadas de Pichardo. La enfermera le restó importancia. “La enfermera Harris simplemente respondió: ‘Ella es un hombre’ y se fue”.

Horas más tarde, la tarde del día siguiente de ser arrestada, Pichardo llegó al Centro de Detención de Metro West, una cárcel para hombres, a unas siete millas de distancia. Pichardo le insistió a un oficial que ella era una mujer. “Tú eres una mujer. Buena suerte si estás viva mañana “, respondió el oficial, según el fallo.

La colocaron en una celda grande conocida como Three Alpha Wing. Estaba rodeada por unos 40 hombres, algunos de los cuales se echaron a reír y gritaron “¡mami! ¡mami! Tenía tanto miedo de usar el inodoro que “se orinó en la ropa”, dice el fallo.

Los carceleros no se dieron cuenta del error hasta que familiares se presentaron en la cárcel Turner Guilford Knight, y exigieron saber por qué Pichardo había sido trasladada a una cárcel de hombres. En Metro West, los empleados la sacaron de la celda para un nuevo examen.

Ella recordó que varios agentes hombres se rieron de ella durante el examen. Recordó que alguien le tomó una foto mientras estaba desnuda. Una enfermera se dio cuenta inmediatamente del error, y Pichardo pronto fue transferida a Turner Guilford Knight.

Traumatizada, Pichardo más tarde demandó al condado y al personal de la cárcel diciendo que había sido sometida a un “castigo cruel e inusual” en violación de la Constitución de Estados Unidos. La corte de apelaciones dictaminó la conducta de la enfermera y el médico, ante la fuerte evidencia de que Pichardo era una mujer, como una “indiferencia deliberada”.

Harris estuvo “expuesta a información consistente y repetida de que la señora Pichardo era una mujer” y “se negó obstinadamente” a confirmar el género de Pichardo. En cuanto al médico, “sabía que enviar a una mujer a una prisión para hombres supondría un riesgo grave para su seguridad, sin embargo, no tomó medidas para verificar el sexo de la señora Pichardo antes de volver a clasificarla como hombre”.

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