MEXICO: Una grabación con sonido amplía las dudas sobre la fuga de ‘El Chapo’ Guzmán
CIUDAD MEXICO.- Un nuevo vídeo divulgado en México muestra que los guardas del penal del que el capo Joaquín «El Chapo» Guzmán se escapó en julio pasado tardaron 26 minutos en descubrir la fuga y no se inmutaron ante los ruidos de martillazos que se escuchaban dentro de la celda. Estos, entre otros elementos, aumentan las dudas sobre las condiciones de máxima seguridad en que estaba recluido.
Cuatro meses y tres días después de la huida, la segunda tras la que protagonizó en 2001, la cadena Televisa ha difundido el vídeo grabado por las cámaras de circuito cerrado del interior de la celda del líder del cártel de Sinaloa en el penal Altiplano, en Almoloya de Juárez (Estado de México, centro), la noche del 11 de julio. No es la primera vez que se ven esas imágenes, pues las autoridades las presentaron días después de la fuga, pero en esta ocasión el vídeo es más extenso y con sonido.
Los guardas no se inmutaron con los martillazos
La grabación comienza con el criminal tumbado en un catre y tapado con una manta, viendo la televisión en una tableta con el volumen alto, algo que sorprende porque supuestamente no era posible conectarse a internet allí, y menos en la Zona de Tratamientos Especiales para presos de alta peligrosidad, donde estaba preso.
De pronto se escuchan ruidos de construcción, como martillazos, ante los que los guardas, según se desprende en otra imagen del centro de control de las cámaras de las celdas, no parecen inmutarse.
Luego Guzmán va al sanitario, se acerca a la ducha y se produce un sonido como si cayera tierra y se deslizara una placa. Se le vuelve a ver caminar de un lado a otro y aproximarse de nuevo a la ducha, pero esta vez se agacha y desaparece por unos segundos de la imagen, debido a la presencia de un muro de un metro de alto. Poco después se escucha una palabra ininteligible de una voz que no parece ser de él.
«El Chapo» regresa a la cama para cambiarse de zapatos y después se dirige otra vez a la ducha y se agacha detrás del muro. Ya no se le vuelve a ver.
No sonó ninguna alarma
Veinticinco minutos después, en otra imagen del centro de control de cámaras varios agentes de la Policía Federal (PF) se reúnen frente a dos pantallas, pero sin mostrar alarma, aunque el jefe del área, Vicente Flores Hernández, envía a dos guardas a su celda, la número 20.
Asomándose a la celda, pero sin entrar descubren «un hoyo en la regadera», le dicen por radio a Flores. A lo que el comandante les pregunta de qué tamaño es el agujero y estos le contestan que es grande.
«¿Pero el interno está ahí?», consulta el comandante. La respuesta es negativa.
Los custodios se retiran sin que suene ninguna alarma. Poco después los reos de las celdas vecinas llaman al Chapo y empiezan a gritar y a golpear en las rejas.
Todavía pasan varios minutos hasta que, con bastante parsimonia y sin mostrar excesiva sorpresa, el supervisor de los guardas y un agente de la PF entran ya en la celda y descubren en la ducha el agujero que da al túnel de 1,5 kilómetros que llevó al narcotraficante hacia una casa en construcción.
Las autoridades estiman que Guzmán tardó unos 15 minutos en recorrer el pasadizo, en el que se halló una moto y unos rieles por los que se desplazaba, luz y bombonas de oxígeno. A esas horas, ya debía estar lejos de allí.
Por este caso ha sido detenido un piloto del que no se conocen más detalles y al menos 13 servidores públicos, entre ellos la coordinadora nacional de los Centros Federales de Readaptación Social, Celina Oseguera, el director general del penal, Valentín Cárdenas, el director técnico, Librado Carmona García, y la directora jurídica, Leonor García.
México entrega otros presos a EE.UU.
Recientemente, el Gobierno anunció la extradición a EE.UU. de un grupo de líderes criminales, entre ellos Édgar Valdez, alias «La Barbie», figura clave del cártel de los Beltrán Leyva, y Jorge Costilla Sánchez, alias «El Coss» y presunto líder del cártel del Golfo.
Según una investigación difundida este mes por el semanario Proceso, ambos estaban recluidos en la misma área que Guzmán en el Altiplano, una cárcel en la que tampoco están ya otros viejos compañeros de reclusión del líder del cártel de Sinaloa.
«Además de los dos extraditados, el resto de la población del área de Tratamientos Especiales fue dispersada en varios penales federales» de Veracruz (este), Sonora (norte) y Oaxaca (sur), según testimonios de sus familiares, denunció la revista en un reportaje titulado «El Altiplano se deshace de testigos».
Mientras cada día que pasa parece más lejana la posibilidad de que las autoridades den con el paradero del criminal, uno de los más buscados por la Departamento Antidrogas Estadounidense (DEA), su controvertida figura sigue muy presente en el imaginario colectivo de los mexicanos.
A los narcocorridos (género musical) y piñatas para fiestas infantiles que se le dedicaron tras su fuga, se suma ahora un disfraz de Guzmán que competirá con los de Drácula y la Momia en Halloween, gracias a unos comerciantes que buscan aprovechar el filón mediático del capo de capos.