Mercado: Boca de ganso
El traslado de los buhoneros de los alrededores del Mercado Modelo y de los que estaban en el antiguo cementerio de la calle Santomé, para la Plaza Don Abelardo Liriano de Canastica, en San Cristóbal, al parecer forma parte de todo un plan macro de adecentamiento de todo ese entorno comercial que por muchos años se ha caracterizado por la arrabalización y un desorden generalizado.
Esta disposición, como es natural se realizó con algunas quejas, pero sin mayores traumas contando con el respaldo de casi toda la población de San Cristóbal, que la asumió como una acción positiva y responsable de la presente gestión municipal encabezada por el Alcalde Nelson Guillén.
Luego de este primer paso, Salud pública, emitió una resolución con la que dispone el cierre definitivo de expendio de alimentos y otros productos en el mercado del antiguo cementerio de la calle Santomé, por los altos niveles de insalubridad que allí imperan y los comerciantes deberán desalojar lo antes posible, es decir, de golpe y porrazo el lugar en donde han laborado por más de treinta años y dar paso a la construcción del amplio parqueo por parte del Ayuntamiento Municipal.
Recientemente un alto incumbente del Cabildo informó en un programa de radio que en el Mercado Modelo, se hace el levantamiento de lugar para convertirlo en una gran plaza comercial, o como ahora le llaman un Mall en el que funcionarán varias tiendas dentro del mismo, mientras hay sectores que propugnan por un plaza artesanal.
En procesos como estos en los que habrá de producirse cambios y transformaciones siempre surgirán opiniones encontradas, algunas bien intencionadas motivadas sólo por la preocupación de que las cosas se hagan bien, otras fruto de simples antagonismos, así como aquellos que hablan por boca de ganso, pero casi todas prohijadas por la falta de informaciones claras y precisas de todo cuanto se proyecta realizar.
Ha de suponerse que luego de la salida de los comerciantes del Mercado de la Santomé o de los Muertos, se abrirá un proceso de concurso o licitación pública de la obra que se pretende levantar allí, y claro está, habrá de establecerse de donde provendrán los recursos económicos, si los asumirá el Ayuntamiento, o si habrá alguna modalidad contractual al respecto con los interesados en concursar en la construcción del proyecto.
Es una buena oportunidad de avanzar, de echar hacia adelante y las autoridades deben abrir un abanico de consultas para que la ciudadanía esté lo suficientemente edificada, y se aleje de las especulaciones y conjeturas, sabiendo que hasta para poner a producir la tierra, en cierto modo se le hiere con el arado, y sobre todo, para que nadie piense que se está planificando sobre la marcha.
of-am