MADRID: Dominicana desarrolla próspero negocio de pasteles
MADRID.- Como gran parte de los inmigrantes dominicanos que llegan a otras urbes, Mariana Rosario Florián llegó a Madrid, España, con muchos sueños y la meta de ayudar a sus hijos, a sus hermanos y a su madre viuda. Pero para eso necesitaba concretar sus ideas y emprender un negocio que le garantizara su “status” en el Viejo Continente.
Hace 27 años, Rosario comenzó a vender pastelitos, quipes y empanadas de harina rellenos de carnes, y otras frituras en las calles del barrio latino en Madrid, donde llegó en busca de una mejor vida desde su provincia natal María Trinidad Sánchez, Nagua.
Previo a ello duró más de un año cuidando los niños de una familia, y posteriormente a personas mayores. De sus cinco hermanos ya hay dos que viven en Madrid y dos aún permanecen en el país. Hoy explica que su sueño es dar a conocer la “parte dulce” de Santo Domingo, y por eso en el cristal de arriba de su negocio se lee el mensaje “hecho con amor para ti”.
“La intención mía es que el dominicano cuando entre a mi pastelería se sienta que está en un pedacito de Santo Domingo y por eso he traído las cosas que el dominicano extraña aquí”, dice Rosario.
Además de los pastelitos, empanadas y quipes, en su negocio se ofertan jugos naturales de frutas, batidas de frutas, dulces, pasteles en hoja, bizcochos, “conconetes”, “chimichurris”, jalaos, habichuelas con dulces, “todo lo que el dominicano extraña”.
Cree que su negocio es el único en vender jugos de zapote, en Madrid. La fruta es importada desde el país y llega al negocio cada martes por avión, y la recibe de un proveedor.
Rosario puso su negocio en un barrio madrileño donde residen muchos dominicanos, porque eso fue lo que aprendió de su madre quien “levantó” de ese modo a ella y a sus hermanos tras enviudar a los 34 años.
Con gran estima refiere que en Madrid hay muchas reposterías y pastelerías pero no como la suya. Tiene ocho años con el negocio en un local con cuatro empleadas dominicanas, pero tienen 18 años que inició a vender bizcochos en las calles. Antes se había dedicado al maquillaje y a la peluquería pero observó que había una oportunidad en el negocio de los dulces.
En todo el trayecto cita como un soporte a su iniciativa al diputado de Ultramar Marcos Cross, tanto moral como económica porque fue quien le sirvió de fiador con los bancos para poner la pastelería que inicialmente conllevó una inversión de más de 100,000 euros. También la ayudó a gestionar con empresas que instalan los equipos de trabajo.
“Para mi ese fue mi pilar a parte del de mi madre, que fue quien me dio todo y la que me parió y me enseñó a trabajar y a que cuando quieres las cosas si luchas por ellas las consigues y yo he luchado muy duro”, afirmó.
Dice que en Madrid ya está hecha su vida porque no ha sentido ninguna discriminación, nada de racismo. Pone de ejemplo que tiene como cliente a chinos, a peruanos, ecuatorianos, dominicanos y de todas las nacionalidades.
Los productos los vende en el negocio pero también ha diversificado con las entregas a domicilio. Solo se queja de que los vasos “foam”, que se los traían desde Santo Domingo ahora se los llevan desde Colombia, pero asegura que no son iguales. Las frutas se las llevan desde Ecuador y Brasil, aunque el zapote llega desde Santo Domingo.
La lechosa dominicana es muy apetecible y sin embargo tiene que comprarla de otros destinos porque es perecedera y cuando se congela amarga.
El negocio abre todos los días de 10:00 de la mañana a 10:00 de la noche.
La comunidad dominicana es la mayor en Europa y la segunda en el mundo. De igual modo, los dominicanos residentes en España ocupan el segundo lugar como emisores de remesas familiares, solo superados por Estados Unidos.
Casi el 50% de la población dominicana que vive en España goza de doble nacionalidad, lo que les asegura los beneficios de la seguridad social, según explicó en enero del pasado año el entonces embajador dominicano en España Aníbal de Castro en una entrevista a esta redactora.
De igual modo, el diplomático dijo que en España residían unos 170,000 dominicanos en ese año 2016.
Fuente: LISTIN DIARIO