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Los senos de Laura Castellanos
Pienso que Laura debe ser tan joven como Abril Ivania, mi hija mayor y por tanto, mi primera mirada hacia ella ha de ser paternal. Pero cuando veo la foto donde supuestamente y según el parecer de ciertos descerebrados, ella muestra lascivamente sus senos amamantando a sus últimos retoños, tengo que agregar a mi pensamiento -ya afectado por el paralelismo con mi niña Abril- un componente mucho mas excelso y dignificante que el hecho de ser padre.
Mas que lo poco que se puede ver de los senos de Laura, sobresalen las dos cabecitas de esos mellizos, que hambrientos, hacen lo único que se sabe hacer en esa edad: comer, comer y comer. La maternidad, siendo un don que el Altísimo concedió únicamente a las hembras del homo sapiens, es -en el mas amplio sentido- la mas grande demostración de amor por el género humano. No hay manera de mezclar esta “atrevida” imagen de la ejemplar comunicadora, con un sentimiento que no sea de filiación, de familiaridad, de responsabilidad maternal.
Y cuando escribo “atrevida” lo hago entre comillas porque pienso que es ahí donde debe estar el origen de este embrollo que -como dice la propia protagonista- afortunadamente, solo sirvió para crear conciencia sobre la necesidad de amamantar a los recién nacidos. Estoy convencido de que alguien se “atrevió” -y con muy mala fortuna por cierto, a juzgar por las reacciones- a conectar este natural acto de una madre ordinaria, con las disidencias que se pudieran tener con la comunicadora social.
Creo que en este extraño affaire no solo hay morbosidad y lascivia en juego, también hay un componente algo disimulado pero manifiesto. Se siente algún nivel de resentimiento contra Laura, expresado en el celo, que es el primer nivel de la escalera que conduce a la envidia. No hay dudas de que alguien quiere decirle algo a Laura y toma como pretexto este descabellado acto de criticar algo tan natural y lógico, como es el amamantar a sus bebes.
De todas maneras ya el asunto pertenece al ayer y como dice la propia Laura, el “destape” principal no es el que se le atribuye a ella misma sino, el de cientos de miles de dominicanas que por su acción y los disparos de un cazador o cazadora furtiva, hoy saben que solo el 7% de los bebes dominicanos son beneficiados con ese preciado elixir, que es la leche que produce su propia madre.
Otro “destape”, nos cuenta Laura, ha sido la reacción de cientos de madres que desafiantes se muestran en las redes lactando, y de esa manera enfrentan el vandalismo informativo que buscaba, cual fiscal de dictadura, las pruebas de un delito jamás cometido. O puede que la intención haya sido solo un vulgar intento de escupir el mar; la realidad es que no sabemos las motivaciones mas profundas de la cobardía.
Pero quizás, el mas importante de los “destapes” generados, ha sido el de los miles y miles de personas que han hecho conciencia de la necesidad de promover la lactancia infantil, mas allá de los treinta y tantos días que en promedio se practica en estos momentos. Algo que solo se sospechaba, se ha evidenciado, en esta inmerecida agresión contra Laura Castellanos.
En este punto de la conversación, es evidente que los tiros furtivos que le hicieron a Laura, la comunicadora profesional, se han convertido en un boomerang y que le ha servido a Laura, la madre amorosa y responsable, para promover uno de los valores mas importantes de su escala personal: dar vida de calidad a la vida, que ella y su pareja, por decisión propia concibieron.
Recibe mis respetos muchacha, por tu valentía y estoicismo ante la agresión que hábil y humanamente ignoras; pero que los dominicanos que seguimos tu magnifico trabajo no podemos pasar por alto.
¡Vivimos, seguiremos disparando!
jpm