Los hombres no sangran

Los tentáculos del patriarcado arropan la ciencia, en general  se investigan temas relevantes para los hombres, o que defiendan los intereses del sistema u orden establecido, a menudo, misógeno.

Me reafirmo como defensora de los derechos humanos, de los derechos sexuales y reproductivos, de los derechos de las mujeres, del derecho a controlar la fertilidad.

En la década del 50, de la mano de la enfermera Margaret Sanger,  hacen su entrada los métodos anticonceptivos. La agenda oculta era aumentar la producción, para lo cual se requería introducir las mujeres a las fabricas  y con tal objetivo controlar la fertilidad de las mujeres era un paso previo.

Es importante rescatar que solo un día cada 28 días la mujer es fértil, el ovulo, la semilla fértil de la mujer,  tiene una vida media entre  24  a 48 horas.

Gracias a las buenas relaciones de la  ciencia con el mercado, existen una cantidad importante de métodos anticonceptivos, algunos de ellos con efectos secundarios, como manchado o sangrado inter menstrual.

Otros con alteraciones del ciclo menstrual, por ejemplo:  ausencia del sangrado o llegada de la regla antes de lo esperado. En ocasiones los anticonceptivos de depósitos generan una retención importante de liquido que se percibe como aumento de peso.   Considerados  en la posología como por efectos mínimos.

Los hacedores de ciencia obvian la periodicidad del ciclo menstrual.  No se enteran que las mujeres por genética somos cíclicas, y de manera consciente o inconciente nos programamos para la llegada de la menstruación. Los hombres educados en una cultura patriarcal no lo saben , no  porque no menstrúan, es que no se han ocupado de indagar cómo viven las mujeres la  menstruación.  Parecería que el  interés exclusivo es controlar la fertilidad, no el bienestar de las mujeres.

En contraposición, los hombres son fértiles todos los días del mes, incluso pueden embarazar a varias mujeres en 24 horas.  La evidencia demuestra que el hombre fecunda varias mujeres. Nuestra cultura valora el “padrote”.  Para el hombre hay pocos métodos anticonceptivos: preservativo y vasectomía.  Hasta la fecha ha sido imposible producir anticonceptivos hormonales para hombres; alegan que los efectos secundarios son intolerables.

La ciencia ha estudiado el cuerpo de las mujeres desde el  paradigma masculino, en contraposición al hombre. Para cambiar la visión machista del cuerpo de las mujeres la ciencia  deberá impregnarse de la perspectiva de género, debe conocer el cuerpo de las mujeres, no como un cuerpo de hombre con genitales femeninos.

Los avances de la ciencia deben apuntar al bienestar de los seres humanos incluyendo a las mujeres.

 

 

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