Los accidentes de tránsito

Es penoso leer y ver en los medios de información que han habido 47 muertes por accidentes de tránsito, siete menos que el pasado año, en igual período navideño y año nuevo. Que hayan sido menos, es de importancia, pero lo ideal es que no haya habido accidentes, mas se sabe que esto es muy difícil. Lo penoso del caso es que se cree que fue celebrando el nacimiento de Jesús el Cristo, cuando en realidad fue en fiestas paganas. Son miles de personas que mueren, por causa de ellas en todos los países, auto- llamados «cristianos.» Esto no es posible que continúe sucediendo, debe haber un cambio de actitud ante la misma. Cada diciembre del 15 al 2 de enero, se convierte en una guerra de terroristas, por las muertes producidas.
 
Se hace énfasis en los motoristas, como si ellos fueron la única causa de los accidentes, cuando en realidad éstos son productos de múltiples causas. Además, se culpa a los más débiles. Sería bueno saber, ¿cuántos motoristas chocaron contra otros motoristas? ¿Cuántos carros,  patanas,  guaguas y yipetas chocaron contra motores?  ¿Si los muertos fueron productos de los choques solamente entre motores? No hay que defender a los motoristas, pues hay muchos imprudentes, y sobretodo que desconocen las leyes de tránsito, pero tampoco hay que señalarlos como los máximos culpables.
 
La venta de alcohol, bebida embriagante, en cualquiera de su presentación en que se fabrica es una de las posibles causas de los accidentes, lo cual puede ser controlada. No se debe liberar la venta de esa mercancía, pues todos saben de las consecuencias, no solamente en los accidentes, sino también en pleitos, intoxicaciones, etc. Las presiones que hagan los comerciantes de esta bebida, no deben ser aceptadas por los gobiernos. Debe haber control de las horas de bebidas en los diferentes centros de consumo. Amar al prójimo es proteger la vida de él; la ignorancia es causa de las más grandes desgracias humanas, y en gran medida somos un pueblo de ignorantes intelectuales.
 
Enero se convierte en un mes de determinar cuántos se ganó cada empresario, en sus ventas; pero también, en un mes de duelos y llantos para muchas familias, donde quedaron huérfanos, viudas y padres desamparados. ¿Quiénes ayudarán a estas personas en la situación en que queda cada una de ellas? Los gobiernos no pueden hacer frente a esas penosas situaciones, la sociedad se hace de la vista gorda, y los empresarios pagan sus impuestos, ¿ y entonces…? La ignorancia y el paganismo se hacen presentes cada año, para enlutar a nuestro pueblo pagano. Hay que cambiar de mentalidad social.
 
Las iglesias que se hacen partícipes de estas fiestas, se quedan mudas ante tal realidad. Como ministro cristiano, me da verguenza de la manera en que las iglesias actúan. Debemos definir el enfoque que le damos a la venida de Jesucristo. No se puede seguir diciendo que Jesucristo vino para causar alegría, más bien, fue para llamar al mundo al arrepentimiento, el cual causa tristeza para salvación, en aquellos que entienden la misión del Hijo de Dios. Recordar o no su nacimiento, no es lo básico, sino recordar su muerte por causa de nuestros pecados. Seamos honesto y dejemos de usar a Cristo como un fin para lograr mezquindades humanas.
 
 Se debe dejar de un lado las multas, las moras y cualesquier otras penalidades para que las medidas tomadas puedan dar resultados. No se puede alguien beneficiar de una medida correctiva, y querer a la vez que dicha medida ejerza la efectividad esperada. Se debe educar, dar conocimientos a todos los conductores, a los empresarios y a todos los que de una manera u otra intervienen en estas fiestas, para que las conviertan en unas fiestas cristianas: Adorando y sirviendo a Dios, como hicieron los pastores que estaban en las vigilias en la región de Belén.
 
Hago un llamado a las autoridades de nuestro gobierno, con el mayor respeto y consideración que ellos se merecen, por favor no incluyan bebida alcohólica en fundas, cajas y sacos de alimentos navideños. Que se prohíba regalar estas bebidas con el dinero del erario. Más bien, debe incluirse desparasitantes, vitaminas y un botiquin. Me disculpan, porque quién soy yo, para dar sugerencias a Senadores, Diputados, Jueces, Ministros y Presidente, entre otros gentes sabias e inteligentes; sin embargo, espero que Dios les ilumine para que se elimine la bebida embriagante de todos los regalos navideños estatales.  Dios le bendiga. 
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