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Leonel no está en una encrucijada
Creemos, equivocados, que Leonel Fernández está en una encrucijada, que en términos políticos está frito. Que no va para ninguna parte. Lo vemos acorralado. Sin argumentos. Evasivo. Podríamos decir, escondido. Huyendo de las cámaras y de todo lo que le pueda dar una visibilidad en estos momentos de insostenibilidad de su imagen como activo moral.
Pero los que estamos en una encrucijada somos nosotros. Nosotros hace tiempo que estamos en una encrucijada, no Leonel ni el PLD, ni Miguel Vargas ni Hipólito, ni toda la clase política dominicana. El sólo y único que se encuentra acorralado en sus propias telarañas es el pueblo dominicano. Nosotros.
Este pueblo sufrido, subyugado primero y con el tiempo y los malos gobiernos que le han tocado, aprendiendo, acomodándose a vivir en un estado de ánimo de angustia, de ansiedad, de hambre, deprimido y limitado al escenario que le imponen aquellos que un día estuvieron precisamente en su lugar, aquellos que un día también fueron pobres y que su malicia y egoísmo, sus ambiciones desmedidas, los pusieron en el lugar de los nuevos ricos del país, a fuerza de robar sistemáticamente los erarios del Eestado.
Leonel no está en ninguna encrucijada, en ningún aprieto, eso lo creemos nosotros, porque tenemos todavía un poco de decencia, porque creemos todavía que a algunas personas les queda algo de honor.
En el PLD hace tiempo que ya las cosas no se manejan con un discurso de servir, sino de servirse. Ese PLD hace tiempo que quedó enterrado. Y lo enterró precisamente Leonel, que se auto proclamó como el león de la jungla, esa jungla que representa, para él, el pueblo dominicano. Para Leonel, nosotros no somos un país, sino una jungla donde él debería reinar como rey o como profeta, o como sólo personaje capaz de manejar conceptos inteligentes o acabados.
Los que creemos que el rey de la jungla está en una encrucijada estamos presos, amarrados de las telarañas en que ellos (los peledeístas, con Leonel a la cabeza) nos han envuelto tan inteligentemente. Y todo ese embrujo comenzó con Leonel, y con la ida del líder del partido.
Leonel tiene todas las cartas debajo de su manga: las mañas de la pequeña burguesía. Las aprendió a jugar con la inteligencia que todos le conocemos. Y las ha aplicado. Les ha sacado beneficio, y le seguirá sacando beneficio, porque él no está dormido, él nos ha dormido, y ante tanta insistencia del pueblo dominicano que lo acusa, pero que lo acusa sin ningún proyecto claro y preciso, él nos puede demostrar que, si Danilo no va, él puede llegar a gobernar y a seguir burlándose del pueblo dominicano como lo ha hecho durante los últimos años. Que la necesidad nos despierte. Amén.