Las razas, una ficción
El 12 de octubre, se denomina Día Internacional de la Raza. Pero más bien deberíamos llamarlo «Día Internacional de la Resistencia Indígena», ya que este día inició la invasión y el exterminio de los pueblos indígenas de América, sometiéndolo a la vergüenza de la esclavitud y la explotación de sus riquezas.
Siendo una contradicción el hablar de razas, no entendemos por qué insistimos en usar el término. Para ilustrarlos mejor, les dejo mi reflexión con relación a este tema.
Nuestro patricio Juan Pablo Duarte fue un filántropo adelantado en su política pues siempre luchó por defender la libertad, los derechos humanos e inalienables de la población dominicana, sin exclusión o discriminación y que profesó con la práctica “Los blancos, morenos, cobrizos, cruzados, marchando serenos, unidos y osados, la Patria salvemos de viles tiranos, y al mundo mostremos que somos hermanos.
”En los estudios de la historia humana se han presentado un sinnúmero de paradigmas referente a la raza, aplicados al ser humano, lo que resulta ser una ficción, puesto que el ser humano biológicamente pertenece a la especie Homo Sapiens Sapiens, la cual no tiene subespecies, por lo que es inaceptable y contradictorio el que desde el punto de vista de las características que dividen las diferentes especies pueda aceptarse científicamente la multiplicidad de raza en los seres humanos.
El Homo Sapiens Sapiens es la única especie superviviente del género Homo, el cual hace más de 30 mil años incluía las razas homo habilis, homo erectus, homo heildebergensis, homo neandertalensis, homo rhodesiensis entre otras razas que se discute su origen, y de las cuales no se tienen pruebas científicas de que aún existen.
En base a ello, los estudiosos del tema afirman que los cambios que hay en las facciones del Homo Sapiens Sapiens, es decir, en los seres humanos se deben a mutaciones producto de la evolución, al clima con los efectos del sol y el comercio con la migración y la adaptación a diferentes ambientes.
El efecto más significativo del concepto de raza se aplica en los fenómenos sociales y políticos, aunque recientemente, se están haciendo investigaciones sobre el concepto de raza aplicado a las emociones, los sentimientos y la cultura.
Estas corrientes de pensamiento no dejan de ser simplistas, pues el esteriotipar a la especia humana resulta ser prejuicioso, negativismo que casi siempre resulta en el enfoque del racismo como discriminación.
De acuerdo a los científicos y antropólogos más influyentes, la especie humana sólo puede dividirse en cuanto a sus orígenes étnicos. De acuerdo a Johann Friedrich Blumenach, antropólogo, médico y psicólogo alemán, estos grupos se clasifican en: caucásicos, mongoloides, malayos, americanos, y etíopes o negroides. Ninguno de ellos son razas, sólo son grupos étnicos.
Los demás científicos evolucionistas, no han podido comprobar científicamente sus hipótesis que plantean la clasificación humana en otras subespecies, es decir, en diferentes razas.
(“No importa que seamos ricos o pobres, ignorantes o intelectuales, ni de qué origen étnico somos o de qué color es nuestra piel ni qué facciones tenemos; lo importante es la persona, ya que sólo somos una raza, la raza humana”).
La naturaleza humana es muy compleja, y esto lo podemos apreciar a través de la gran diversidad de culturas representada en cada grupo social.
Como me gustaría revertir el dicho “cuanto más conozco al hombre, más amo a mi perro”; sin lugar a dudas, el que los caninos no puedan apreciar los colores, lo hace valorar mejor las acciones, los detalles de atención, y el cariño que lo distinguen como el ser más fiel y leal. Lo que contrasta mucho con el ser humano: única especie amenazada por sí mismo. Debemos seguir el ejemplo del más trascendental ser humano que haya existido, Jesucristo, quien nos legó, amar al prójimo como a ti mismo.