Las quejas del disgustado
Más allá de las variopintas lecturas que se le otorgan al proceso político sincrónico, ha sido captador de atenciones las denuncias y quejas presentadas o esgrimidas por los precandidatos que se autodenominaron Danilistas.
Tomaron ese nombre, que no tiene fundamentos ideológicos ni filosóficos, bajo la tesis de que el poder del Estado, que hoy regenta Danilo Medina, los arroparía con la abundancia de lo económico y lo exorbitante de los servicios que se prestan al poder.
Por eso más que confeccionar un proyecto de nación, bajo su visión e ideas, se enfocaron en reverenciar al actual Presidente y a subsumir sus aspiraciones a una condición: si Danilo va yo no voy.
De todas formas el Presidente Medina en un gesto extraño, pues es consabido que él si deseaba aspirar por tercera vez (consecutiva), los envió a que formasen sus proyectos, a pesar de que los frenaría de golpe.
Bajo ese contexto, de forma hábil o sañosa, Gonzalo Castillo – seguro bajo las directrices de Medina – se quedó formando su ¿Proyecto? Si es que se puede llamar así, pero bajo la sombra de las estructuras económicas, pues las ideológicas murieron hace tiempo.
¿Por qué la queja….?
En primer orden todos notaron que Gonzalo Castillo, Precandidato del PLD, ¿renunció? Al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) pero en su lugar no ha sido colocado nadie, en franca alusión a que él sigue al mando.
En segunda instancia ya fue denunciado, por Carlos Amarante Baret, que se seduce a los Alcaldes de los pueblos con planes de asfaltado, a cambio de endosar sus apoyos a Gonzalo Castillo, a lo cual desde el punto de vista estratégico tienen legítimo derecho.
¿Por qué es desigual la lucha….?
Como no se discute una estrategia, una visión de país, un plan de desarrollo a largo alcance, las gimoteas redundan en lo económico. Todos apostaban a que el Estado se volcara a favor de ellos, algo parecido a lo que hizo Leonel Fernández en el año 2012 para que Danilo Medina fuese Presidente.
Como no han visto una actitud similar….dicen que la batalla es disímil.
Danilo Medina ha preferido a Gonzalo Castillo, según mi óptica, fruto de la eterna deslealtad que persigue a los demás que se identificaron con él (con Danilo Medina).
Él sabe que la lucha contra Leonel Fernández es mucho más que un periodo de gobierno, básicamente es su hundimiento político, por lo que está obligado a lanzar todos los cartuchos en favor de su alfil, pero éste alfil debe ser de extrema confianza.
Medina, me parece, desea un poder con enfiteusis. Para ello necesita alguien que él esté seguro que le cumplirá, en caso de que logren derrotar a Leonel, cosa que es difícil, para no decir imposible, en este proceso electivo.