Firmas desertores cubanos y los grandes fracasos
Las firmas de jugadores cubanos que desertaron de la isla caribeña han estado rodeadas de nubes oscuras y en su gran mayoría han sido un fiasco para el béisbol.
Los jugadores jóvenes de los demás países latinoamericanos deben pasar todo tipo de pruebas, exigencias y críticas cuando reciben un buen dinero por fichar al profesionalismo, en tanto los cubanos, incluida la parafernalia política, tienen todo tipo de privilegios a la hora de estampar sus firmas.
Los equipos de las Mayores se han enamorado de esos peloteros, quienes tras pasar tantas calamidades en Cuba se aburguesan, engordan, se lesionan y les molesta el sol y el intenso frío norteamericano. Los hermanos Gourriel, por poner un ejemplo, no han firmado todavía, pero se están dando una vida de príncipes. Los desertores, en su gran mayoría, son los peloteros más ingratos y tramposos del globo terráqueo.
Aunque no fueron los primeros, Livan Hernández y Osvaldo Fernández fueron dos casos famosos por aterrizar en nuestro país, jugar con los equipos de la capital y luego pasar a las Mayores. Recibieron un trato de príncipes y en el físico de Fernández se notaba a leguas que tenía una edad mucho mayor que los 27 años asentados en su falso nacimiento en 1996.
Los Dodgers se enamoraron del subestimado jardinero Yasiel Puig, otorgándole un lujoso contrato de 42 millones de dolares. Es un pelotero muy popular, pero no ha rendido los frutos esperados. Los Esquivadores se han vuelto locos firmando jugadores cubanos: Yasiel Sierra (30 millones), Erisbel Arruebarrena (25 millones), Alexander Guerrero (28 millones) y Héctor Olivera (62,5 millones). Agregaron en tiempo reciente a Yadier Álvarez (16 millones en julio 2 del año pasado), Yusniel Díaz (16 millones) y Omar Estévez (6 millones).
De ese grupo seguí de cerca a Guerrero, quien estuvo con los Gigantes del Cibao en el 2013-14. Su defensa es muy cuestionable, un brazo sin fuerza, muy lento y sin desplazamiento. Ha demostrado que no vale tanto dinero, mientras Olivera y Arruebarrena han sido dos cadáveres vivientes.
Los Medias Rojas quedaron hechizados y le otorgaron 72.5 millones por siete años a Rusney Castilloen agosto del 2014. Ha sido el monto más elevado otorgado a un desertor cubano, algo realmente impresionante. Al igual que la firma de Pablo Sandoval fue uno de los dolores de cabeza del ex gerente de los Medias Rojas Ben Cherrington.
Yasmani Tomas recibió 68.5 millones por seis años de los Padres de San Diego. Tomas y Castillo aterrizaron en nuestro país como escala para seguir su ruta millonaria hacia los Estados Unidos. No es tan mal pelotero, pero recibió demasiado dinero, incluso tuvo que pelear su puesto en los entrenamientos con Sócrates Brito.
Es inmensa la lista de jugadores cubanos consentidos y protegidos por el negocio, sin embargo en la mayoría de los casos han fracasado y han sido un dolor de cabeza para los gerentes de los equipos de Grandes Ligas.
of-am