La visita de Obama y el marzo de paraguas negros en La Habana

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EL AUTOR es comunicador. Reside en Cotuí.

 

«La libertad cuesta muy cara, y es necesario o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio».  José Martí

El Presidente Obama llegó a La Habana. Llegó sin bombos y platillos. Fue mejor así. La chusma y la hipocresía no se presentaron al aeropuerto, José Martí. Visitó paladar del centro Habana bajo los vítores de cubanos que les importó un bledo lo que la gente de Seguridad del Estado hiciera. ¡Obama! ¡Obama! Era el coro al unísono de aquel sufrido pueblo. Paso a paso por donde caminaba el presidente negro norteamericano repicaban las palabras de José Martí: «Los Estados Unidos son el pueblo más libre y grandioso de la tierra.»

Desde que los Batutitas gravitan desde el Siglo XII por estos caminos del mundo siempre se caracterizaron por defender la libertad religiosa. En Europa como en los Estados Unidos de América fueron los pioneros en pregonar al mundo la libertad religiosa especialmente donde había esclavitud y opresión. Fueron muchos los sinsabores desde aquel entonces que esa lucha encarnizada se libró a pura rodillas y con la participación de muchos hombres que ofrendaron sus vidas por esa causa tan hermosa.

El pastor bautista, Mario Félix Lleonart fue insultado y maltratado porque en su pueblo donde es pastor se sintió junto a su esposa e hijita alegre por la visita de Obama a nuestro país. Y no se hizo esperar el zarpazo de los animales selváticos como último coletazo pisotean la dignidad del cubano. El presidente Obama que vistió al país se dio cuenta de lo que pasa en la Isla en carne viva. Los cubanos que se quieren sacudir del yugo salieron con alegría a darle la bienvenida a un presidente negro marcado siempre por las fuerzas de su simbolismo, La Estatua de la Libertad. Este incidente que ahora es mucho mas público me recuerda cuando en Santiago de Cuba un  grupo de gavilleros fidelistas se metieron en un templo, donde Orson Vila iba a predicar, y delante de todo el mundo se sacaron su parte intima y se orinaron en las biblias que había en el templo.

Ante de la visita de Obama los esbirros del Gulag cubano se preparaban para pisotear de nuevo al pueblo cubano, pero esta vez volaría la noticia en fracciones de segundos donde el mundo entero se convertía en testigo ocular de la denuncia de intramuros que vienen denunciando desde hace más de cincuenta años los que viven en la Isla Esclava.

La histórica visita de Barack Obama a Cuba generó también imágenes feas antes de empezar siquiera. Pocas horas antes de que el presidente de Estados Unidos aterrice en la isla, decenas de disidentes fueron detenidos durante una marcha y una multitudinaria contraprotesta de simpatizantes del castrismo en La Habana.

Las Damas de Blanco habían anunciado desde hace días que saldrían este domingo al mediodía a marchar en el barrio de Miramar, en el oeste de la capital cubana, como hacen todas las semanas. El acto es tolerado desde hace unos años por las autoridades, siempre que las mujeres, esposas y familiares de ex presos políticos, no se salgan de una ruta determinada.

Desde hace meses, sin embargo, activistas de derechos humanos reportan el aumento de detenciones temporales, a menudo sólo de unas pocas horas, para evitar reuniones como la de este domingo. Los opositores marcharon con carteles en los que se leía la frase «Todos marchamos», elegida desde hace tiempo como eslogan de la proscrita disidencia política de la isla para pedir más libertades civiles.

En las calles cercanas a la Iglesia de Santa Rita se habían congregado esta vez centenares de seguidores del Gobierno para hacer frente a los opositores, a los que califican de «gusanos» y de ser «mercenarios» financiados por Estados Unidos para desestabilizar el país. Como es habitual en los llamados «actos de repudio», los seguidores del castrismo organizaron espectáculos musicales para que no se oiga a su contraparte. La disidencia acusa a las autoridades de organizar los actos de repudio.

La lucha no ha sido corta ni larga, parece una eternidad y los Bautistas desde la Guerra de Independencia dijeron presente en las luchas independentistas cubanas, entre los cuales se encontraban Alberto J. Díaz y hay tantos que se dieron a la digna tarea que sería imposible enumerarlos. La denominación que se distinguió por pregonar el bautismo por inmersión y la lucha por la libertad religiosa se inició como una congregación en Inglaterra en 1644 que estableció que el único método del bautismo bíblico era por inmersión. Desde aquel entonces la primera denominación bautista en América fue fundada en Providence, Rhode Island, en 1639 por Roger Williams. Desde aquella época los Bautistas, tanto los del Norte como los del Sur se caracterizaron por la lucha a favor de la libertad religiosa. Cuba no ha sido un escenario olvidado. Los Bautistas de ambas convenciones han sido testigos de lo que ha sucedido bajo la tiranía castrista. Muchos de ellos  fueron apresados y padecieron encarcelamientos por más de 17 años de presión entre ellos varios misioneros.

La lucha por la libertad religiosa fue tan vital que se formaron en los Estados Unidos de América varias asociaciones. La Alianza Evangélica que fue una asociación de miembros  de varias denominaciones evangélicas  en todo los Estados Unidos y Europa,  con el propósito de aunar esfuerzos dentro de las Iglesias cristianas y extender la fe cristiana. La Alianza fue organizada en Londres en 1846 que incluía a Bautistas, Independientes, Metodistas, Moravos, Presbiterianos, la Iglesia Reformada y algunas otras denominaciones. Los países de esa gran alianza estaban representados por Inglaterra, Francia, Alemania, Irlanda, Suiza, los Estados Unidos de América, entre otros. Otras ramificaciones se unieron en las Colonias Británicas. La ramificación en América fue organizada en 1867. Desde ese entonces comenzaron conferencias internacionales fueron realizadas en intervalos cada dos y cuatro años. El logro más importante  de esta organización fue la promoción de la Libertad Religiosa y la asistencia que se le dio a pesar de las barreras denominacionales y unir a varias denominaciones evangélicas en la lucha que el pueblo de Dios tenía un interés común. LA LIBERTAD RELIGIOSA.

Desde aquella época hasta el día de hoy los evangélicos bautistas siempre han tenido como regla de fe y orden a la Biblia; han estado presentes en todos los movimientos que luchan a favor de la libertad religiosa. En Cuba que los evangélicos han sido pisoteados por la tiranía castrista tiene como bastiones de esa lucha incansable a Oscar Elías Biscet un medico bautista que la tiranía castrista ha sido implacable con él. En 1999, tras una huelga de hambre, fue condenado a 3 años de cárcel por desorden público, siendo calificado por Amnistía Internacional como un prisionero de conciencia. Tras su liberación en 2002, fue arrestado un mes después y, acusado de ser una amenaza para el estado, condenado a 25 años de cárcel. A partir de ese momento cumplió condena en la prisión Kilo 5 de Pinar del Río y después trasladado hacia la mayor penitenciaria cubana El Combinado del Este en La Habana. Fue puesto en libertad el 11 de marzo 2011 y estuvo entre los 12 prisioneros políticos que se negaron a salir desterrados de Cuba, tras la huelga de hambre por 135 días, en febrero del 2010, de Guillermo Fariñas en protesta por la muerte en prisión del también preso político Orlando Zapata Tamayo, puesto que con la huelga de hambre de Fariñas, se logró una gran atención de la opinión pública internacional sobre el tema cubano y finalmente, el gobierno cubano tuvo, que liberar a 116 prisioneros políticos, la mayoría de los cuales aceptaron el destierro. Hoy muchos que tuvieron presos en la UMAP por tener una fe evangélica en aquella época de tantos abusos, torturas y desprecios. Cientos de evangélicos han estado presos en Cuba por mantener su fe incólume. Marilín Alayo, esposa del pastor Alaín Toledano, dijo que 200 feligreses fueron arrestados, y derribaron además de la vivienda, el templo de oración. Se llevaron las bancas, las sillas, un piano, varios instrumentos musicales y mil bloques de concreto los gloriosos gavilleros de la tiranía. En Camagüey, el pastor bautista Yiorvis Bravo Denis ha asumido como una cruz la furia de las Brigadas de Respuesta Rápida y está completamente seguro que no son ataques ocasionales. Ahí está la historia del pastor cubano Jesús Noel Carballeda, quien lidera una iglesia evangélica del Movimiento Apostólicos en La Habana, tras permanecer seis meses encarcelado por celebrar servicios religiosos no autorizados. A muchos de ellos en la época de los 60 los torturaron y la Denominación Bautistas del Sur a través de la Junta de Misiones Nacionales a lo largo ciento dos años ayudó a la Convención Bautista de Cuba Occidental, gracias a ese ahincó de luchar por la Libertad religiosa y que los cubanos todos deberían siempre estar agradecidos al doctor Oscar Ismael Romo que fue un baluarte de la fe y la ayuda a los cubanos desde que la tiranía castrista trató de pisotear al pueblo evangélico cubano incluyendo a los presbiterianos, pentecostales, Los Pinos Nuevos,  Metodistas, Bautistas entre tantos otros.

Hoy vengo a levantar mi voz, cual si fuese la de un profeta en el Valle de los huesos secos para protestar del atropello que sistemáticamente la tiranía de Fidel Castro sigue escenificando contra hombres que luchan porque la Libertad Religiosa se establezca en el país donde el Apóstol de la Independencia de Cuba, José Martí, nos enseñó: «Perder una batalla no es más que la obligación de ganar la otra.»  La levanto como aquel pábilo que humea solo ante tanto silencio cómplice de la misma grey que tanta libertad recibió, gracias a prohombres de esa fe que se mantuvieron con la llama encendida del repique de las campanas libertarias del Evangelio de la Gracia de Dios.

No hemos visto todavía a las asociaciones evangélicas dominicanas levantar su voz de protesta ante estos atropellos, al Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE); No hemos visto a Ezequiel Molina el líder de la Batalla de la Fe emitir un comunicado, para que el gobierno tiránico de Cuba detenga la represión sobre el pueblo evangélico; no hemos visto asociaciones levantarse y como aquel Lutero clavar en una puerta el Testamento de su fe. El silencio cómplice de clérigos que quieren estar en la fiesta de todos, les llegará el día y cuando ese nuevo amanecer les toque en sus propias narices ya será muy tarde. El día se acerca y la hora, también. Y desde esta barca para recordar a Casanella, se los recuerdo.

Hoy levanto mi voz de protesta desde estas tierras libérrimas que llevan en el escudo de su blasón, a Dios, a la Patria y a la libertad. Yo que soy Bautista de hueso colorado desde aquí repican las campanas de la Libertad cristiana.

El Presidente Obama llegó a La Habana. Llegó sin bombos y platillos. Fue mejor así. La chusma y la hipocresía no se presentaron al aeropuerto, José Martí. Visitó paladar del centro Habana bajo los vítores de cubanos que les importó un bledo lo que la gente de Seguridad del Estado hiciera. ¡Obama! ¡Obama! Era el coro al unísono de aquel sufrido pueblo. Paso a paso por donde caminaba el presidente negro norteamericano repicaban las palabras de José Martí: «Los Estados Unidos son el pueblo más libre y grandioso de la tierra.»

 

El que tenga oídos para oír que oiga.
Por la paz,

 

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©Daniel Efraín Raimundo.

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