La verdadera luz
Las tinieblas que había en el principio de la Creación, no eran tan significativas en relación a las tinieblas que arropó a la humanidad, producto del pecado. Ahora el mundo vive situaciones absurdas, inventadas, dirigidas y manipuladas por el ser humano. La degradación en que el hombre ha caído, desdice mucho de lo que se espera de él; un ser con inteligencia y conocimientos, que no avanza hacía la claridad del día, sino que retrocede hacía hacía la más densa tinieblas de la noche.
Jesucristo dijo a sus discípulos: …»¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero el que anda de noche, tropieza porque no hay luz en él» Jn. 11:9, 10. También les dijo:»Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz» Jn. 12:35, 36.
Los acontecimientos negativos que envuelven nuestras sociedades, son productos de que las tinieblas son las que se imponen, en las mentes y corazones de los seres humanos. Los tropiezos son continuos, prolongados y mortales; no es posible, que un mundo se mantenga en felicidad general, con las condiciones de vida y de conductas actuales; se hace necesario tener un poco de luz para observar y erradicar los males que hunden a los pueblos.
Jesucristo, es esa luz, que puede darnos dirección correcta, de sociedades transformadas. El dijo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» Jn. 8:12.
La presencia de Cristo en la tierra, representó la esperanza de la humanidad, y en consecuencia, la solución de la crisis humana. Sin embargo, todavía muchas personas no han entendido que la luz que necesitamos está a nuestro alcance y que sólo Jesucristo es esa luz. El descubre el pecado, o las malas conductas del hombre; él nos dice la condición en que se encuentra el hombre; y nos advierte hacía donde vamos, si continuamos en esa dirección.
Juan, el apóstol, escribió de Jesús: «En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no permanecieron contra ella» Jn. 1:4, 5. Además escribió que Juan el Bautista vino para dar testimonio de la luz, y: «Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció» Jn. 1:9, 10.
¿Porqué Jesús es la luz del mundo? porque ofrece el perdón de los pecados, pero a la vez, nos da los valores espirituales necesarios que sirven para conducir nuestras vidas en la tierra. Una vida de amor, de paz, de fe, de esperanza son indispensables para poder superar los entuertos que dominan y afectan negativamente al mundo. También una vida de humildad, misericordia, justicia y verdad son necesarios para la buena convivencia humana. Y, sobretodo, nos ofrece una vida eterna. Dios le bendiga.