La verdad evidencia de crecimiento
Parece como un camino sin salida, la situación en que se encuentra la humanidad, debido a que se actúa dentro de falacias, mentiras e hipocresías. La verdad no se dice con la frecuencia y facilidad correspondiente, sino que cada quien busca maquillar la realidad de la manera en que le conviene. Esto hace que el mundo ande en el fracaso y que no se vislumbre posibles soluciones realizables. Esta situación refleja que no ha habido un crecimiento en las personas, ya que la verdad es evidencia de crecimiento, la cual ha dejado el espacio vacío.
Grecia, país mileniario, ha dejado una amarga realidad a los países de recientes aparición. ¿Cómo es posible que ése país precursor de las principales ramas de las ciencias, hoy esté declarando que no puede hacer frente a su deuda externa? ¿De qué le han servido los años y las ciencias? ¿Dónde está el problema? La verdad estuvo ausente durante siglos en Europa Oriental, debido a la idolatría. El mundo entero ha oído de la mitología griega, de los dioses griegos, lo cual no es más que un mundo idólatra, que ha andado ajeno a la presencia del Dios verdadero.
Ahora bien, no solamente Grecia, ha vivido ese formato de vida, sino que otros países de la misma Europa, y sobretodo de la empobrecida américa latina, han sido esclavos de la idolatría y de la ausencia de la verdad religiosa. Estos pueblos viven dentro de un enfoque religioso basado en una falacia, creen en Dios, pero no obedecen lo que ese Dios manda. Jesucristo dijo a sus discípulos que enseñen a los nuevos discípulos «que guarden todas las cosas que os he mandado» Mt. 28:20.
El apóstol Pablo manifestó que no basta con decir que conocemos, o que creemos en Dios, sino que hay que vivir dentro de lo que Dios ha mandado. Los hechos de nuestros pueblos, son evidencia del ateísmo que reina en ellos. Dios no acepta una simpleza de vida, sino una vida de estrecha relación con él, basada en los valores de su palabra. Por eso Pablo escribió: «Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes reprobados en cuanto a toda buena obra» Tito 1:16.
El paganismo y el ateísmo son dos factores que empobrecen a los países. El hermano y vecino país de La República de Haití, es una evidencia de lo que venimos diciendo. El Vudú, manifestación pagana, mantiene a ese país siendo el más pobre del continente Americano. Claro está, esto permitió la explotación por medio de otros países y de sus gobernantes y los poderosos. Ver a los hermanos haitianos deambular por las calles y carreteras dominicanas, buscando trabajos y pidiendo dineros es alarmante. Sin embargo, se les dice falacia haciéndoles creer que los dominicanos somos los culpables de sus desgracias.
El pueblo dominicano es tan pobre como lo es Haití, con muy poca diferencia. Entre más pagano y ateo es un lugar, más pobre es; la prueba de esta verdad se evidencia en el sur de nuestro país, el cual es la zona más pobre del país, seguida por toda la parte fronteriza con Haití. ¿A qué se debe ese atraso? Sin duda, que a los dos factores antes mencionados. De ahí que la brujería, hechicería, santería son «el pan nuestro» de esas partes. Dios no bendijo al pueblo de Israel, cuando éste andaba en idolatría, tampoco lo hará a los pueblos del presente.
La verdad es evidencia de crecimiento. Los pueblos que crecen son aquellos que son capaces de depurar lo que creen, enseñan y practican. No se puede crecer mientras se esté enseñando mentiras, para engañar a los incautos. Los pueblos no pueden ser entretenidos en comportamientos que no generen desarrollo en ellos. Nunca habrá crecimiento mientras se esté con una economía de embudo, todo hacía un lado. Tiene que producirse un verdadero cambio en el modelo económico, donde el ser humano sea lo fundamental; y esto sólo puede ser efectuado si existe el amor al prójimo.
La verdad de Dios que lleva al crecimiento de las personas y de los pueblos no está basada en una religión para los pobres, ni en una religión para los ricos; la religión cristiana está basada en que la persona haga la voluntad de Dios. Jesucristo dijo: «Si me amáis, guardad mis mandamientos» Jn. 14:15. Es en la obediencia a los mandamientos de Dios que se logrará un verdadero desarrollo y crecimiento social, económico y espiritual. La religión cristiana considera a todo acto injusto como pecado; Dios rechaza el pecado y llama al pecador al arrepentimiento.
No se necesita una nueva religión, pero tampoco el hombre puede inventar una nueva religión que sea verdadera. La única religión verdadera en la actualidad, la cual está avalada por Jehová Dios, es el cristianismo. Aparentemente, ésta surgió del judaísmo, sin embargo, es todo lo contrario, el judaísmo surgió como añadidura anticipada a la religión cristiana que estaba anunciada por Dios, desde los tiempos del génesis y ratificada en el tiempo de Abraham. Dios tenía en su plan crear el cristianismo, mediante el Cristo. El cristianismo sobrepasa a todas las religiones inventadas por los hombres en principios, valores, propósitos y objetivos.
Por lo visto, la verdad de Dios revelada en Cristo, es motivo de crecimiento personal, creando un nuevo hombre, a través de la renovación en el Espíritu, en el entendimiento y del conocimiento. Por eso, en el cristianismo se habla de nueva criatura: «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas» Ef. 2:10. Y además, Pablo, escribió: «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» 2 Co.
5:17.
Dios le bendiga.