La traición como medio de movilidad social
Desde épocas antiguas, la traición es utilizada como arma entre amigos, compañeros e incluso, entre familia como mecanismo de ascenso social en el seno de una sociedad jerarquizada.
De ahí la fama de Judas Iscariotes, como el traidor más grande que registra la historia al vender al único hombre con poder celestial que ha pisado la tierra.
El afán por crecer socialmente, lleva a Judas a abandonar el único tesoro por el cual merecía la pena vivir ( la lealtad) y así movido por sus propias motivaciones, toma su libre decisión de rechazar el evangelio traicionando al maestro, y por vía de consecuencia, escupir el agua que bebía, sin medir que ese hecho lo conduciría irremediablemente a un destino terrible.
En su explicación hipócrita Judas aparece definitivamente como un discípulo perdido…… Sus palabras revelan su voluntad de hacer eliminar a Jesús y destruir así el sentido profundo de su propia vida y existencia. No muestra arrepentimiento.
Actualmente en la activad política la traición junto al odio y la hipocresía, se han constituido en una Tripe Entente, trayendo consigo la más feroz y terrible lucha por el poder al margen de todos los principios y sentimientos de amistad y afectos.
Ya no hay en quien creer.. En la prensa escrita y hablada, en las empresas, instituciones públicas o privadas y en los partidos políticos, el traicionar se ha convertido en el diario vivir y ya nadie se asombra por su habitabilidad. El transformismo es la mejor expresión de lo antes dicho.
Los tránsfugas están dentro de todos los partido, incluso se manifiestan dentro de una misma tendencia interna. La mejor muestra de eso es la situación actual del Partido de la Liberación Dominicana, donde los de ayer, ya no son los hoy. Van y vienen dependiendo quien o quienes ejerzan el poder.
Sin embargo, pese a todas esas imperfecciones, el sistema democrático se consolidad porque los partidos y las instituciones se mantienen en el tiempo como garantía de alternabilidad y relevo generacional.