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La suerte está echada
New York.-El Ing. Hipólito Mejía declaró el jueves que el próximo 8 de enero “anunciará” las razones que lo han llevado a disputarle a Luis Abinader la candidatura presidencial por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y anticipó que iniciará recorridos por todo el país, suponemos que con el mismo fin. Sin lugar a dudas, su decisión trae nuevos ingredientes de confrontación y de divisionismo dentro de esta joven y prometedora organización política.
Fueron palabras huecas los anuncios hechos por la dirección institucional del PRM, de que no habría confrontación en su seno, que esa conducta fratricida había quedado atrás, confiando en que la madurez política del liderazgo electoral nos indicaba que sabían qué hacer en situaciones especiales y cuando la patria estuviera en peligro.
Resultaron en vano los esfuerzos desplegados por connotados dirigentes del PRM tratando de persuadir un acuerdo que descartara la confrontación y arribara a una convención pactada, que despejara toda posibilidad de trauma post-convencional y posible división.
Olvidaron esos compañeros, que «más puede el interés que el amor que se tenía». La conducta reincidente de esos actores nos retrotrae obligadamente al 2002, donde contra vientos y marea se impuso una reforma constitucional para pasar una reelección que los perredeístas (hoy perremeístas) todavía estamos pagando y sufriendo sus efectos. Y no sólo los perremeistas, sino el pueblo en general.
Desde la muerte de nuestro líder José Francisco Peña Gómez, en el 1998, el PRD sufrió dos divisiones y estuvo en constante crisis y todo por una candidatura presidencial. Por la ambición desmedida nos convertimos de la noche a la mañana en re-releccionistas. Parece que no nos cansamos de las confrontaciones y divisiones, que ahora parecen resurgir en el nuevo PRM, que unido sin lugar a dudas puede enfrentar y ganarle al PLD con Luis Abinader, un joven y talentoso político que se ha convertido en el portavoz de una República Dominicana próspera, sin corrupción, sin tanta delincuencia, con mayores fuentes de trabajo para nuestro pueblo, y con una educación acorde con el presente y más centrada en el futuro.
No olvidemos que aquella crisis en el PRD fue la que le trajo la derrota electoral. Cuando Luis ingresó triunfante al PRM, abrió sus oficinas políticas mientras otros cerraban las suyas y se le prometió que sería apoyado para la candidatura presidencial en el 2016. ¿Por qué cambiar ahora?
Ante el anuncio de que habrá un anuncio, solo nos queda una alternativa, hacer un llamado solemne a los que vivimos aquel descabellado y ambicioso proceso continuísta. A los que se arrepintieron pues creyeron erróneamente que faltaba mucho por hacer. Les invitamos a que cerremos filas para impedir otra descabellada aventura, apelamos a sus memorias para que impidamos que la historia se repita.
¡No es necesario que se produzcan nuevos anuncios!
¡No tenemos que esperar a enero!
¡Ya la suerte está echada!
El autor es Coordinador de Ultramar del Proyecto Luis Abinader Presidente 2016.
Reside en Nueva York