La prudencia presidencial
La festinada aprobación por el congreso de la ley que declararía a la Loma Miranda como parque nacional, le creó un problema de franco acorralamiento al presidente Medina. Pero el presidente, con la prudencia que le caracteriza, supo salir ileso de la emboscada, observando una ley que había sido aprobada imprudentemente sin medir las consecuencias. Si el mandatario firmaba la ley corría el riesgo de cometer un gran error y al no firmarla será apabullado por la oposición oportunista y los grupos de presión que presumen de súper ecologistas y patrioteros y que se oponen rabiosamente a la inversión extranjera. La oposición tenaz a la explotación de la mina de ferroníquel ubicada en dicha montaña, se basa en un supuesto peligro de que la extracción de dicho mineral “afectará seriamente” la biodiversidad de su entorno. Esto porque según sus argumentos, para esa extracción se usan químicos peligrosos que pueden contaminar los ríos y la floresta del lugar. Sin embargo, de acuerdo a los expertos en la materia, para la extracción de ferroníquel no se usan químicos, debido a que en realidad esto se hace mecánicamente con palas excavadoras que extraen los minerales y lo van depositando en camiones que luego los trasladan a los talleres de procesamiento donde son fundidos a altas temperaturas que alcanzan hasta los 1650 grados Celsius. Luego el material fundido es colado y convertido en barras. Los desechos o escorias que sobran del procesamiento, en vez de lacerar el medio ambiente y crear un problema, aportan un excelente componente para la fabricación de otros productos, añaden los expertos. A esa loma no le va a afectar en nada que le saquen un material mineral que ya se ha extraído aquí desde 1956 por la misma compañía minera y en la mayoría de los países que lo poseen sin ningún contratiempo para la biodiversidad y las fuentes acuíferas. De modo que los agitadores “ecologistas” en conjunción con el congreso; unos con su abierto objetivo de oponerse a como de lugar a la minera canadiense y los congresistas presionados por éstos y guiados por un inusitado e inédito “nacionalismo”, han creado una situación que afecta seriamente la imagen y el estado de derecho de la nación. Ya las agencias de prensa internacionales han difundido profusamente la noticia a todo el mundo. Aunque esto fue un triunfo efímero para esos sectores que se las dan de ecologistas “fundamentalistas” como los llamó Medina, interesados en boicotear el contrato de la minera, ya que los vientos no soplaron a favor de la firma de la ley que ya estaba en manos del presidente. Se suponía que Medina no le iba a pasar por encima a los intereses de los que crean las riquezas con sus empresas, y que son en realidad el soporte de la economía, el empleo y el desarrollo nacional. Y es que todo el empresariado nacional, geólogos, funcionarios del mismo gobierno y una diversidad de personalidades, el pueblo de Bonao que paralizó todas sus actividades en protesta masiva, se han opuesto a la aprobación de esa loma como parque nacional. Hubiera sido una gran imprudencia firmar esa ley, por los efectos colaterales que ello generaría, repercutiendo negativamente en contra de la vital inversión extranjera, la cual le huiría como el diablo a la cruz a la Republica Dominicana, por la incertidumbre sobre la seguridad jurídica que generaría tal desatino. ¡Bien por el presidente!