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La perestroika y la glasnost: reflexiones
Los últimos años de la década del 80 del pasado siglo en un suceso sin precedentes nos regalaron de la mano de Mijaíl Gorbachov, líder por aquel entonces de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la perestroika y la glasnost. Mientras la perestroika se ocupaba de la reestructuración económica de la Unión Soviética, la glasnost se concentraba en liberalizar el sistema político, ya que estipulaba libertades para que los medios de comunicación tuvieran mayor confianza para criticar al gobierno. De una manera gráfica el objetivo mas expreso de la glasnost era crear un debate interno entre los ciudadanos soviéticos, y alentar una actitud positiva y de entusiasmo hacia las reformas que se encaraban. Los Estados, así como quienes los dirigen están llamados a actuar con base en la transparencia y la apertura, la historia nos enseña que cuando estos valores se relajan o se vuelven difuso ahí mismo en ese instante inician los problemas. Es conocido por todos que la Unión Soviética colapsó surgiendo de ella un concepto diferente, la Comunidad de Estados Independientes (CEI), mas encontramos interesante reflexionar sobre el proceso y establecer algunas precisiones. En la época estalinista se dio una violenta represión política que permanecía reservada por cuestiones de Estado, al esto salir a la luz pública incrementó la crítica de la población soviética contra la dirección política del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). La meta de Gorbachov era, en parte ejercer presión sobre los conservadores del Partido que se oponían a la perestroika. En lo anterior podemos ver que los asuntos que comprometen a la Seguridad Nacional, no solo son asuntos de Estado, son asuntos también de la ciudadanía y de los entes no estatales que conforman la sociedad, por tanto mantener con carácter clasificado algunas realidades, mas que ayudar a la estabilidad al final terminan siendo causas de inestabilidad. En agosto de 1991 la línea dura del partido realizó un fallido golpe de Estado contra Gorbachov buscando revertir su plan de reformas, que consideraban una simple maniobra para volver al capitalismo y destruir al Estado socialista. Al fracasar dicha revuelta aumentó grandemente la impopularidad de los líderes conservadores que habían apoyado el golpe contra Gorbachov, siendo que como reacción los elementos más derechistas del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) asumieron el mando en medio de la acelerada descomposición del aparato político soviético. Aquí extraemos dos lecciones importantes, primero todo programa de acción no socializado con los actores envueltos, por mejor intencionado que esté, está condenado al fracaso, al parecer Gorbachov creía que hacia lo correcto pero descuidó actores importantes, que no hizo o no pudo hacer sus aliados. Segundo, los sectores de línea dura del partido lucían anacrónicos erráticos, pues no fueron capaces de entender que los tiempos eran otros y corrían aires de libertades, de cambios en el mundo socialista, por tanto el esquema de fuerza y de propaganda ya no funcionaba. En este punto continuaba el agravamiento de la situación pues como la descomposición del aparato político estaba tocando fondo se veía la acción como una estrategia burda. Las Repúblicas de la URSS empezaron a proclamarse independientes en forma sucesiva, sin que desde Moscú se pudiera impedir dicho proceso. El 24 de diciembre de ese mismo año Gorbachov abandonó el poder y disolvió oficialmente a la Unión Soviética en un sencillo acto de unos 30 minutos de duración. Esto nos dice entre otras cosas que cuando los aliados entienden que no hay seguridad en los acuerdos pactados, que la mística que lo llevó a hacer causa común se ha esfumado, que aun en medio de las dificultades el aliado mas que socio se comporta como un extraño y hasta como un verdugo donde lejos de razonar agrede, la única opción pareciera ser abandonar la alianza en búsqueda de nuevos derroteros que conduzcan por nuevos horizontes que aunque enigmáticos podrían resultar atractivos. Boris Yeltsin, opositor por la derecha de Gorbachov y uno de los artífices del contragolpe, se convirtió entonces en presidente de la Federación Rusa. En estos casos por lo general, el nuevo liderazgo brota de los lugares menos esperados, guiando a las masas, que al influjo de redención terminan plegándose y estructurando fuerzas que hasta esos momentos parecía imposible su construcción y así va empoderándose de los procesos. La relajación del control gubernamental causó que el Partido Comunista perdiera influjo sobre los medios de comunicación. Pronto los medios masivos comenzaron a mostrar ante el público soviético serios problemas sociales y económicos que el Kremlin había negado o minimizado históricamente, tales como la deficiente calidad de las viviendas, los problemas de abastecimiento de alimentos, el alcoholismo o la contaminación ambiental, lo cual aumentó paulatinamente el nivel y cantidad de críticas hechas por la población soviética hacia sus autoridades, lo cual era una situación desconocida hasta entonces. Ojo con esto, cuando fallan los presupuestos o las medidas coercitivas reduciendo el radio de acción se pierde la influencia en los medios, y quedan en evidencia las propagandas orquestadas, los problemas sociales y económicos que generalmente se han negado o minimizados, la corrupción, el tráfico de influencia, el nepotismo, la contaminación ambiental, y el deterioro de los recursos naturales. Como ya hemos dicho el objetivo de la glasnost era crear un debate interno entre los ciudadanos y alentar una actitud positiva frente a las reformas económicas. Así como ejercer presión sobre los sectores conservadores del partido que se oponían a la perestroika. Sin embargo, dos trágicos sucesos obstaculizaron el proceso de reforma económica preconizado por Gorbachov: el grave accidente nuclear en la Central de Chernóbil en abril de 1986, que causó graves daños al medio ambiente y reveló las deficiencias del programa nuclear soviético, y el terremoto de Armenia en diciembre de 1988, que provocó más de 20.000 muertos y graves daños materiales.