La ONU reclama investigar quién está detrás del ataque en Mali
NACIONES UNIDAS.- Los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas reclamaron a las autoridades de Mali que investiguen con urgencia quiénes están tras del ataque perpetrado contra una base de la ONU en Kidal, al norte del país africano, que dejó tres muertos, y llevarlos ante la Justicia.
El Consejo recordó en un comunicado que los atentados contra aquellos que actúan por el mantenimiento de la paz son considerados por el derecho internacional como crímenes de guerra.
Los miembros quisieron “condenar en los máximos términos posibles” el ataque de este sábado contra la sede de la misión de estabilización de la ONU en Mali (Minusma).
Expresaron asimismo sus “profundas condolencias” para con los familiares y amigos de los dos cascos azules de nacionalidad guineana y del civil de Burkina Faso que murieron en el ataque, y mostraron su apoyo para las autoridades de Mali y de los dos países de los cuales eran originarios las víctimas mortales.
Igualmente reafirmaron la necesidad de combatir “por todos los medios, y de acuerdo a la Carta de la ONU, las amenazas a la paz internacional y la seguridad causadas por actos terroristas y actuar contra los criminales que usan ese terror, sean quien sean y actúen por lo que sea”. Los miembros del Consejo de Seguridad reiteraron el “total” apoyo al Minusma y las fuerzas francesas que lo apoyan.
El ataque se produjo ayer a las 04.00 de la madrugada hora local (misma GMT) con un nutrido fuego de morteros disparados por desconocidos y, aunque el atentado aún no ha sido reivindicado, lleva el sello yihadista por su similitud con otros parecidos en contra de la presencia de la Minusma en Mali.
El ataque sembró el pánico en Kidal, según fuentes locales, y máxime cuando las autoridades pidieron a la población de todos los barrios aledaños al aeropuerto que se abstuvieran de salir a la calle. Kidal es el feudo de Ag Ghali y, de hecho, escapa a la autoridad efectiva del gobierno central de Bamako.
Ansar al Dine es uno de los grupos que reivindicó el ataque del pasado 20 de noviembre contra el hotel Radisson Blu de Bamako, que ocasionó la muerte de veinte personas, entre clientes (la mayoría extranjeros, seis de ellos rusos) y personal del establecimiento.
Aquel ataque fue reivindicado en dos ocasiones por alianzas yihadistas.
La Minusma tiene desplegados en Mali a más de 9.000 cascos azules, además de un millar de policías y otro de civiles, lo que la convierte en una de las mayores misiones de la ONU en el mundo y también una de las más peligrosas por ser blanco frecuentes de los grupos yihadistas que se ocultan en el norte del país.
El jefe de la Minusma, el tunecino Mongi Hamdi, señaló horas después del atentado que “estos ataques no doblegarán la determinación de la ONU de apoyar al pueblo maliense y al proceso de paz y reconciliación en Mali”.
Hamdi se refería así al acuerdo alcanzado en junio entre los grupos separatistas tuaregs y el gobierno central, que redujo los episodios de violencia sectaria en el convulso norte del país pero no terminó con ellos.
Aunque la mayoría de organizaciones tuaregs se sumó al acuerdo, el grupo de Ansar al Dine, del histórico rebelde Iyad Ag Ghali, lo boicoteó, al negarse a romper con los grupos yihadistas con los que se ha aliado en los últimos años.
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