La mira larga de Leonel

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Así como en política no existe mejor aliado que el tiempo, la proyección de los acontecimientos es fundamental en la mejor estrategia electoral… Y en ambos escenarios Leonel tiene una gran ventaja: el referente histórico de Balaguer y Bosch frente al espejo de Peña Gómez. El radicalismo de posiciones extremas no es recomendable, lo mismo que cerrarse a cualquier entendimiento o negociación si no involucra la dignidad personal o partidaria, cosas que nunca entendieron ni Bosch ni su aventajado discípulo Peña Gómez, y eso los marginó a ambos del poder. Cuando Peña Gómez lo entendió, ya era tarde… Y Bosch murió nonagenario, sin entenderlo jamás. Balaguer vivió con ese convencimiento, gobernó por 22 años y se metió el país en el bolsillo chiquito del pantalón. Es justo lo que algunos llaman “el pragmatismo de Leonel”, que no es otra cosa que vivir de frente a la realidad nacional, conocer la psicología del dominicano común y moverse con sigilo en un entorno donde prevalecen los bajos instintos políticos, las triquiñuelas, los golpes bajos y la carencia de institucionalidad. Para contrastar esa realidad bastaría hacer una simple comparación entre aquel Leonel que llegó al poder por primera vez en 1996– hace ya 18 años–, y el Leonel que regresó en 2004 y que se mantuvo por otros ocho años en la Presidencia, con el mismo sustento partidario pero con esquema completamente distinto. Entre uno y otro se operó una transformación que explica su liderazgo actual y la perspicacia con que está conduciendo el reciclaje para regresar al poder dejando que el proceso fluya espontáneamente. No se opone a nada… Es probable que su decisión más inteligente sea dejar que las cosas fluyan de forma natural, sin violentar nada, simplemente dejando pasar las ocurrencias en su partido, en el gobierno y en la oposiciónÖ Dicho con sus palabras: observando cómo sopla el viento. Su intuición lo conduce por la senda de la concertación interna y tiene siempre a mano el bálsamo que cura las heridas de los partidos aliados en el Bloque Progresista. Nunca trascienden los consuelos constantes a la dirigencia aliada inconforme con Danilo. A lo interno ha dejado el caramelo de la reelección… No que la propicia, quede claro, pero sí que no la confrontaría en el evento de que Danilo se aventure a una reforma constitucional que sin él, sin Leonel, sería algo menos que imposible. Pero su posición ha sacado de paso al sector danilista aliado a Reinaldo Pared, que ha quedado sin aliento. El alboroto ha tocado a Francisco Javier, que falla el tiro al pedirle “más explicaciones” a Leonel en torno a su posición sobre la reelección, como si el ex presidente no lo hubiese dejado clar “No, no me opondría si eso es lo que determina la mayoría… lo que decide el partido y lo que quiere la gente”. Son tres condiciones… Leonel no ha dicho ni dejado entrever que propiciaría una reforma constitucional para que Danilo se reelija. Sólo pone esas tres condiciones, casi nada: (…) que lo determine la mayoría, que lo decida el partido, que lo quiera la gente. ¿Cuál mayoría tendría que decidirlo? ¿Cómo decidiría el partido la reelección? ¿Cómo se determinará qué quiere la gente? Es obvio que a esas tres condiciones hay que agregar una cuarta, la más importante: que lo quiera el propio Danilo… ¿Se entiende por qué Leonel está fuera de liga…?

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